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De Al Qaeda a Isis

EE.UU: “El mundo tiene nuevo enemigo”

Kerry llama a la guerra contra el “extremismo”, en cumbre de 60 países.


El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, propuso ayer a los representantes de unos 60 países reunidos en una cumbre en Washington que elaboren un plan de acción mundial para “una nueva guerra contra un nuevo enemigo: el extremismo violento. Y aunque no lo mencionó en forma explicita, quedó claro que apuntaba en especial a los grupos yihadistas como el del Estado Islámico (EI, también conocido como Isis), protagonista en los últimos meses por la difusión en video de sangrientas ejecuciones de prisioneros, en el norte de Irak.

El presidente estadounidense Barack Hussein Obama y Kerry recibieron en el departamento de Estado al secretario general de la ONU, Ban Ki moon, a los ministros del Interior francés y británico, Bernard Cazeneuve y Theresa May, y a otras decenas de altos funcionarios, en el marco del tercer y último día de una cumbre cuya significación aumentó tras los atentados de París y Copenhague.

“A lo largo de toda nuestra historia, enfrentamos amenazas de agresión, de genocidio, de caos y dictaduras. Hoy se nos pide emprender una nueva guerra contra un nuevo enemigo”, dijo Kerry en una columna de opinión en The Wall Street Journal en la que nunca mencionó al grupo Estado Islámico (EI) ni hizo referencia al extremismo islamista.

El presidente Obama había asegurado anteayer que Estados Unidos no estaba “en guerra con el Islam (sino) en guerra contra gente que ha pervertido al Islam”.

“El ascenso del extremismo violento representa el primer desafío para la juventud del siglo XXI”, insistió el secretario de Estado, para quien la lucha contra el EI y otras organizaciones radicales armadas constituye “el combate fundamental de nuestra generación”.

Analistas sostienen que cerca de unos 20.000 combatientes extranjeros se sumaron en años recientes a los grupos extremistas en Siria e Irak, 4.000 de los cuales son provenientes de Europa occidental.

“No tiene precedentes”, advirtió John Kerry, quien señaló que esa cifra equivalía al número de yihadistas que habían ido “a combatir en Afganistán en los años 80 (…) a lo largo de una década”.

Por su parte, Ban aseguró que “el surgimiento de una nueva generación de grupos terroristas como Daech (acrónimo árabe del EI) y (el grupo islamista nigeriano) Boko Haram representa una grave amenaza para la paz y la seguridad mundial”.

Pero, al margen de la constatación, “tenemos que reunirnos para interrogarnos sobre nuestra estrategia”, dijo el secretario de Estado al abrir los debates.

Seis meses después de la creación de una coalición internacional de unos sesenta países contra el EI –que esencialmente realiza bombardeos aéreos contra posiciones del EI en Siria e Irak–, “la cumbre deberá ampliar el diálogo internacional y (…) adoptar un programa de acción contra el extremismo violento”, insistió.

“La sola fuerza militar no garantizará la victoria”, advirtió sobre el intervencionismo militar a cualquier precio. “A largo plazo, esta guerra no será ganada sino recurrimos a un arsenal más amplio y creativo”, reclamó Kerry.

El tema de la primera sesión fue por qué tantos jóvenes se estaban uniendo a Al Qaeda y el EI, dijo el secretario de Estado, “porque no se puede derrotar aquello que no se comprende”.

Nada garantiza, sin embargo, que la comunidad internacional reunida en Washington logrará elaborar el “plan de acción” concreto que quiere Estados Unidos.

Ban, quien denunció la “estrategia deliberada de choque y terror” emprendida por EI, con sus videos de decapitaciones de rehenes, se comprometió a convocar en los próximos meses una cumbre mundial de dignatarios religiosos para “enviar un potente mensaje de solidaridad y tolerancia”.

“El siglo XX se definió por la lucha contra la gran depresión económica, la esclavitud, el fascismo y el totalitarismo. Ahora es nuestro turno”, concluyó Kerry, quien prometió que el combate contra el extremismo violento dominaría la próxima asamblea general de las Naciones Unidas en septiembre próximo.

Irán: de Eje del Mal a socio

Una veintena de representantes demócratas pidieron ayer el aplazamiento del discurso del premier israelí, Benjamin Netanyahu, ante el Congreso de Estados Unidos previsto para el 3 de marzo, una intervención que causa polémica tanto allí como en Israel.

Netanyahu tiene previsto dedicar su intervención a la política de Irán, incluido su programa nuclear. “La tentativa de promover un proyecto de nuevas sanciones contra Teherán, podría socavar las negociaciones cruciales entre el P5+1 (EE.UU., Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) e Irán”, justificaron los demócratas.

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