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Dueños de estaciones de servicios se reúnen para “pedir fin a la crisis de los combustibles”

Los propietarios nucleados en Fecra buscan acordar una postura común. La titular de esa federación, Rosario Sica, señaló que “hay una oferta insuficiente”, y que “así no se puede seguir”. Escasez en los surtidores

Los propietarios de estaciones de servicio de todo el país nucleados en la FECRA se reunirán hoy para acordar una posición y pedir al Gobierno y a las petroleras que le “pongan fin a la crisis” que atraviesa el sector de los combustibles. La presidenta de la Federación de Empresarios de Combustible de la República Argentina, Rosario Sica, aseguró esta mañana que el desabastecimiento se produce porque “hay una insuficiente oferta ante una demanda creciente” y sostuvo que en el país “no hay seguridad jurídica” para que las petroleras del exterior vengan a invertir.

La falta de combustibles viene afectando con altibajos a todo el país desde enero pasado, en especial al interior donde la presencia de estaciones de servicio es más esporádica que en la zona metropolitana de Buenos Aires. “Así no se puede seguir”, afirmó Sica, quien responsabilizó a las petroleras por la escasez y advirtió que la situación se ve agravada por “el constante cierre de estaciones de servicio” por la falta del producto y de rentabilidad.

“Ni las refinerías ni las estaciones de servicio cuentan con stocks, los costos de explotación son elevadísimos y hay un ambiente muy delicado, ya que los consumidores se enojan con los playeros porque creen que están acaparando naftas y gasoil, cuando en realidad somos tan víctimas como ellos”, dijo Sica en declaraciones radiales. La dirigente de FECRA explicó que la situación “no es tan grave en la ciudad de Buenos Aires, porque las estaciones de servicio están más cerca una de la otra”.

“En cambio -agregó- en las provincias, con el cierre masivo de estaciones, es muy raro que alguien se traslade ciento cincuenta kilómetros para cargar nafta en otro pueblo”. Según la empresaria, “no va a haber solución inmediata porque no hay seguridad jurídica para que las empresas vengan a hacer tareas de exploración y explotación”, algo que “se intenta compensar con barcos regasificadores, con un costo sideral”.

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