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Teatro en calle Corrientes

“Drácula” más vigente que nunca

El musical de Cibrián Campoy cumple 25 años y lo celebra durante el verano.


Aunque la mayoría elige vacacionar en la costa y las sierras, para los que durante este verano opten por visitar Capital Federal se encontrarán, desde el próximo 7 de enero, con Drácula, el musical, la popular puesta teatral de Pepe Cibrián Campoy que, a veinticinco años del estreno, se estará presentando durante el verano en el porteño teatro Astral de calle Corrientes.

Pionero del musical en el país, Campoy vuelve a dirigir la obra de su autoría mientras se prepara para ser el protagonista de El Vestidor, pieza de Ronald Harwood, donde compartirá escenario con Luis Machín y Ana María Picchio, en junio, y con dirección de Marcos Carnevale.

Drácula, con música de Ángel Mahler y producido por Tito Lectoure, llegó al Luna Park en agosto de 1991 con una puesta de sesenta y cuatro artistas capaces de adueñarse de una escenografía imponente, y la propuesta de Cibrián desde aquella impronta estética particular trazó una huella precursora en la historia nacional del género.

El espectáculo permaneció cinco temporadas en el mismo estadio, se presentó reiteradas oportunidades en Rosario y en distintos teatros del país y realizó funciones en España, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay. Aunque Cibrian ya tenía varias obras en su haber como dramaturgo y director (Aquí no podemos hacerlo, Invasiones inglesas), la historia del conde de Transilvania lo consolidó en reconocimiento popular.

Este verano una nueva versión regresará a la cartelera porteña con el cantante Juan Rodó en la piel del Conde Drácula (quien fue su primer intérprete) al frente del elenco, con la rosarina Josefina Scaglione y Florencia Benítez junto con veintidós artistas en escena más una orquesta en vivo dirigida por Ángel Mahler.

“Celebramos cada cinco años; el espectáculo es muy emblemático: me cambió la vida en todos los aspectos; se mantiene vigente porque como afirma el gran director inglés Peter Brook «la mejor manera de darse cuenta del paso del tiempo es ver una mala obra», se hace eterna; con Drácula, la pasión se mantiene”, dijo Cibrián a Télam, custodiado por su perro Quijote.

“Aquella puesta inaugural –continuó– fue un momento muy mágico gracias a los Lectoure, quienes confiaron en mi proyecto que para todos significaba un delirio, y lo era; para mí en cambio no representaba eso porque soy seguro aún con mis fracasos; de todos modos, si no funcionaba hubiera afectado mi carrera”, precisó el realizador.

Antes de retomar los ensayos de la pieza que subirá a escena el jueves 7 de enero en Buenos Aires, el director reconoció la dificultad que implica la revisión del texto en cada nuevo montaje ya que, “el cambio en las actrices, por ejemplo, sus diferentes edades o características, ya establece una nueva dinámica, los roles van mutando y todo eso hay que tenerlo en cuenta”, afirmó.

El artista se apasionó al hablar del proyecto donde junto a Ángel Mahler, su eterno cómplice creativo, revisita esa trama de amores e intensidades, aunque admite: “En esta puesta Mahler no tiene tanto trabajo como yo; preciso ajustar cada detalle, amo esta pieza, pero sinceramente lo que más me gusta en este momento de mi vida es que otros me dirijan”.

Las otras facetas del director

Entre las producciones de Campoy también se destaca Marica, el unipersonal que escribió en 2012 donde explora la supuesta relación entre el poeta Federico García Lorca y su asesino en las horas previas a su muerte; esa fue para él la vuelta a su faceta actoral desde un compromiso social. “De hecho me sirvió mucho para mi vida; la disfruto aún hoy cuando la interpreto por algún lado”, dijo.

Por otro lado la puesta teatral El Vestidor, que tuvo una versión cinematográfica por Peter Yates, lo tendrá en la piel de El Divo, en junio, dirigido por Carnevale, responsable de su debut en la pantalla grande con el film El espejo de los otros.

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