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En bateas

Fidel Nadal: “Este disco es el sueño del pibe”

Su nuevo disco titulado Tek a Ship fue grabado en su totalidad en Kingston, Jamaica, con históricos músicos de ese país.


El músico Fidel Nadal calificó como “el sueño del pibe” y definió como “el mejor de su carrera” el disco Tek a Ship, el registro número 19 de su etapa solista, que fue grabado en su totalidad en Kingston, Jamaica, con históricos músicos de ese país, y mezclado por el mítico productor Bobby Digital Dixon.

“Hay que imaginarse un pibito de barrio que creció escuchando Bob Marley y Peter Tosh durante años, se volvió fanático del reggae y, después de una carrera muy extensa, se le da esta posibilidad. Es fuerte”, expresó a la agencia de noticias Télam el ex cantante de Todos Tus Muertos.

Sucesor del masivo Internacional Love, Tek a Ship es un trabajo de 13 canciones, que logra recrear el sonido vintage de los clásicos discos de reggae jamaiquino grabados en los años 60 y 70, con muchos de los músicos que participaron en esas placas, como es el caso del saxofonista Dean Frazer y del trombonista Nambo Robinson, quienes trabajaron con Marley en Survival.

“Es un disco ciento por ciento jamaiquino. El único argentino, entre comillas, soy yo. Es la única manera de emular el sonido de Jamaica. Podés tener las mismas máquinas, ingenieros que trabajen con los mismos programas, pero hay una atmósfera, una vibración que no se puede copiar. Pasan los años y ellos siguen siendo los número uno en ese sentido”, consideró Nadal.

Y añadió: “El otro día escuché un disco mío y caí. Antes no notaba la diferencia de sonido pero es abismal. Es como el dulce de leche. Podés llevar la receta para que lo hagan en otro lugar, pero lo probás y no es lo mismo”.

Además de todo lo referente al sonido, la similitud con el espíritu de los discos clásicos del género también aparece en la temática de las letras, las cuales hacen referencia a la resistencia contra la opresión del blanco y al regreso de los negros a África. En tal sentido, la canción que le da título al disco alude a la Black Star Line, la compañía naviera creada por el profeta negro Marcus Garvey en los años 20 para repatriar esclavos a Etiopía.

Sin embargo, Nadal se reservó un espacio para hablar con crudeza de una ruptura amorosa, aunque aclaró que su intención principal era apelar a cuestiones afectivas que permitieran un autorreconocimiento en quienes escucharan las canciones, como en el caso de “Déjame pasar”, “Me abandonó” y “Mi corazón está ahí”.

“Quería escribir cosas que le hayan pasado a toda la gente al menos una vez en la vida. Quería tocar lo emocional, porque eso es lo que te acompaña toda la vida”, apuntó el cantante.

A pesar de la felicidad que manifiesta sentir por el álbum, grabar Tek a Ship no fue una tarea sencilla y todo el periplo dejó un anecdotario para todos los gustos. “Quería grabar en Jamaica”, comenzó su relato. “Empecé yendo para grabar un tema, pero volví a Argentina muy cebado. Me di cuenta que no podía sacar un disco con un tema grabado allá y el resto acá. Hubiera sido un grave error. Entonces volví y registré cuatro canciones más. Cuando escuché lo que sonaba y entendí que era lo mejor que había hecho en mi carrera, ya no dudé en completar el disco en Kingston, como correspondía. No me equivoqué”, confesó.

Si bien todo comenzó como una utopía, tras un llamado de su manager y el pedido de definiciones, Nadal se dio cuenta de que el proyecto podía concretarse: “Sentí que lo que pidiera se podía cumplir”, expresó. “Le hablé a mi manager de Jamaica y de las ganas de que me produjera Bobby Digital. Yo mismo busqué a Bobby, le escribí un mail en donde le contaba quién era y mis ganas de grabar con él. Al otro día me respondió que le interesaba y que siguiera las tratativas con su hijo Craig”.

En medio de esas negociaciones la compañía Popart, a quienes Nadal considera “amigos más allá de los negocios”, le dijo que “la idea era buena pero que la plata no estaba”. “Me aclararon que no podían coartarme la carrera y que siguiera adelante. Si no prosperaba, ellos me iban a estar esperando con lo que podían ofrecerme. Ahí, mi manager me ofreció prestarme la plata porque confiaba en mí y en que iba a hacer algo que valiera la pena. Así empezaron nuestras incursiones a Kingston”, contó.

Retomando las tratativas para que la producción estuviera a cargo de Bobby Digital, Nadal recordó un momento clave: “Fue cuando el hijo de Bobby me preguntó si quería que él mismo me produjera el disco y su padre se ocupara de la mezcla. Enseguida acepté y creo que eso fue lo que me allanó la relación. Yo vivía en el estudio y con Craig nos convertimos casi en hermanos. Y Bobby venía cada mañana, mezclaba y se iba. Casi no me hablaba. A veces, yo me sentaba en la consola al lado de él, me miraba, asentía con la cabeza mientras escuchaba algo y seguía con su trabajo”, relató y continuó: “Muchas veces estaba tentado de decir algo, me costaba entender, pero me di cuenta que las cosas tenían que ser así. Si lo había buscado, tenía que dejarlo hacer. Con Bobby, poco a poco fuimos teniendo confianza”.

En ese proceso de producción se fueron dando también la participación de varios músicos jamaiquinos que brindaron al disco su sonido particular, participaciones que no fueron expresamente pedidas por Nadal sino que “ellos (Bobby y Craig) fueron llamando a los músicos que consideraban apropiados para cada canción”, confesó. “Esos son momentos inolvidables porque, de repente, estaban los músicos que yo escuchaba de chico y admiraba tratando de sacar una canción mía”, expresó.

Así el disco número 19 de Nadal se fue haciendo realidad y llegó la hora de elegirle un nombre: “Sabía que se tenía que llevar el nombre de un tema. Me gustaba «Déjame pasar» pero con el paso del tiempo ese título fue perdiendo fuerza. Y estaba «Tek a Ship», que en principio se llamaba «Ethiopia» pero los técnicos en el estudio lo identificaban con ese nombre. Fue el único tema del que Bobby me dijo algo. De los demás no dijo nada, pero un día estaba mezclando «Tek a Ship» y me dijo que esa canción era muy buena. Ahí me decidí. No sé, los títulos son como un graffiti que escribiste en una pared. Los escribiste por un motivo, pasan los años y cada uno lo reinterpreta como quiere”, dijo el vocalista.

Una vez terminado, el nuevo material fue lanzado a la venta por Pelo Music: “Ofrecíamos el disco en todos lados y no pasaba nada. Pensé que Tutankamón tenía que salir del sarcófago, entonces me saqué las vendas y empecé a moverme yo mismo para conseguir sacar el disco. Llamé a un amigo que conoce toda mi carrera, le conté lo que pasaba y se lo hice escuchar. Él coincidió que era mi mejor trabajo y me propuso ir a ver a Pelo Aprile, quien lo escuchó completo sin pronunciar ni una palabra y, al terminar, con un apretón de mano me expresó que le interesaba mucho. Ahí entendí todo. Sin hablar de plata ni de contratos, me di cuenta que este disco salía por ahí”, concluyó Nadal admitiendo que si bien este disco es “el sueño del pibe” le cuesta disfrutarlo: “¿Podés creer? Yo siempre tengo que hacer, no puedo parar”, confesó.

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