Ciudad

Distrito Oeste: 800 personas por año estudian informática

Por Paola Cándido.- Más de 5.600 rosarinos ya pasaron por los cursos. La demanda es tal que este año se dictan en verano.

En el marco del proceso de descentralización y modernización del Estado municipal, el 12 de febrero de 1999 fue inaugurado el centro municipal de distrito Oeste Felipe Moré, el segundo de los seis en los que se divide hoy la ciudad. Ubicado en avenida Presidente Perón 4602, el área municipal integró a una de las zonas más populosas y postergadas de la ciudad, que además cuenta con una gran incidencia de población juvenil. En ese marco, desde el año 2005, allí se dictan, entre otros cursos, el taller de Capacitación en Informática y Herramientas de Internet, y desde entonces se repite año tras año: son los propios vecinos los que, con su voto, lo ponen como una prioridad a la hora de decidir los destinos del Presupuesto Participativo.

Según el Observatorio Social, el programa municipal que desde 2008 releva las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad, en el distrito Oeste habita casi el 14 por ciento de la población total de Rosario. Son más de 125.000 personas, de las cuales buena parte, casi el 44 por ciento, tiene entre 5 y 24 años. Pero casi el 29 por ciento son adultos de entre 40 y 59 años y adultos mayores, es decir, personas que superan los 60 años. En ese marco, los cursantes anuales rondan las 800 personas, incluyendo niños, adolescentes y jóvenes. Pero el mayor porcentaje de inscriptos corresponde a adultos y adultos mayores. Así, en más de un lustro, alrededor de 5.600 rosarinos acudieron al distrito Oeste a estudiar informática.

En ese sentido, debido a la gran demanda de inscriptos, se implementaron este año cursos de verano, dictándose en diferentes horarios y cubriendo diferentes niveles de capacitación. Los cursos se desarrollan en el CMD y en otras instituciones de la zona oeste como vecinales y clubes. Según los organizadores, así se logra “una accesibilidad sencilla para quienes tienen interés en realizarlos”. Son además gratuitos, y a cada asistente se entrega el material teórico–práctico en formato digital e impreso sin costo alguno. Y, al finalizarlos, cada cursante se llevará su diploma.

A su vez, los contenidos del curso están cruzados por “dos cuestiones esenciales”: Educación Popular y Perspectiva de Género. Así, los textos con los cuales se trabaja no son elegidos al azar: “Tienen un contenido ideológico, social, que arranca en la participación concreta y real pero que analiza las desigualdades y las injusticias. Y sirven de disparadores: optan, por ejemplo, por el software libre que es fundamental para el desarrollo de una tecnología sostenible, solidaria y más democrática”, destacan desde el área de Informática del CMD.

La metodología del curso, según explicaron, “apunta a que exista una participación activa y creativa” de quienes comienzan: es que la idea es que arranquen, pero sobre todo que se queden. Por ello, dicen, se busca que la capacitación no sea simplemente tecnológica, “sino que sirva como una herramienta que les permita cambiar algo de la realidad social en la que viven”.

“Que se apropien de la herramienta y de los conocimientos”, es la propuesta.

Y se recibe. Rosa Maserata es vecina de la zona, tiene 52 años, y ya hizo tres cursos de informática. “Me sirvió para mi trabajo de publicidad”, dice. “La mayoría de la gente se maneja por internet para hacer trámites o cualquier información que necesite, es una forma de estar actualizada”, explica. Y marca que además busca información “sobre muchas cosas” que hace la Municipalidad en los distritos: “En marzo empiezo otro curso de diseño y fotografía. Tengo un negocio de electricidad y hace nueve años hago una revista barrial de la zona oeste, donde entre otras cosas hay notas de profesionales y auspiciantes”, cuenta cómo le ayudó en lo laboral.

Lo mismo, pero en otro rubro, le ocurrió a Daniel Gómez: tiene 47 años, es mozo y animador de eventos y el año pasado empezó el curso. Se quedó y ahora está en el segundo nivel: “Yo no sabía ni lo que era un mouse, ni sabía prender la máquina. Aprendí mucho, el trato de la profesora es excelente y siempre estaba al pie del cañón. También coseché nuevas amistades. Este año nos van a enseñar a sacar turnos en Pami, hacer trámites por internet, etiquetar fotos”.

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