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Dimes y diretes de la calvicie

Además de desterrar varios mitos, especialistas aseguran que la alopecia no distingue sexo y que aún no se encontró la cura definitiva. Afirman que hay ocho genes que demuestran la causa de la patología.

La alopecia areata afecta al 2 por ciento de la población mundial. Se presenta en igual medida en los hombres y mujeres, pero se diagnostica más frecuentemente en las segundas porque ellas se acercan más seguidas al consultorio médico. Esta patología es de origen autoinmune, es decir que el sistema defensivo del cuerpo ataca sus propias células sanas.

La alopecia areata se caracteriza por la pérdida de pelo en el cuero cabelludo y en otras partes del cuerpo. En algunas ocasiones el patrón de caída de cabello da lugar a la presencia de parches redondos sin pelo ubicados en distintos lugares.

Aún no se cuenta con una cura completamente efectiva, pero se intenta aliviar los síntomas con tratamientos como las inyecciones bajo la piel, los corticosteroides tópicos y la terapia de rayos ultravioletas.

Los investigadores de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) aseguran en un estudio publicado en la revista Nature que sus hallazgos quizás sirvan para desarrollar un tratamiento efectivo en el corto plazo. Identificaron ocho genes relacionados con el desarrollo de esta patología, pero subrayaron la importancia del llamado ULBP3 por su asociación con las células citotóxicas. Estas células pertenecen al sistema inmune y pueden invadir y destruir rápidamente los tejidos. En el cabello sano este gen no se expresa, pero en el pelo de las personas con alopecia areata genera la producción de una proteína.

Otros dos genes identificados por los científicos también se expresan anormalmente en el cabello de las personas con esta enfermedad, mientras que los cinco restantes participan en las respuestas inmunes.

Encontrar a los genes que inician la alopecia areata es un paso adelante muy importante, pero la naturaleza de estos genes es aún más interesante, dijo Ángela Christiano. La especialista explicó que los genes encontrados tienen mucho en común con aquellos asociados a patologías autoinmunes como la artritis reumatoide, la celiasis y la diabetes tipo 1.

Como ya hay fármacos en uso para tratar estas patologías, Christiano afirmó que pronto se podría probar estas drogas en estudios clínicos para la alopecia areata. Finalmente, existe la posibilidad de desarrollar fármacos que apunten específicamente al mecanismo detrás de la enfermedad.

Sin distinción de sexos

La caída del cabello afecta a hombres especialmente, pero también a mujeres, preocupa a todas las edades y se ha convertido en uno de los mayores complejos estéticos de la sociedad actual. ¿Qué causa la alopecia? Lo cierto es que lo primero que habría que indicar aquí es que existen diferentes tipos de alopecia y que hay casi tantas causas como tipos.

Una de las más comunes es la alopecia androgenética (o androgénica), calvicie común o prematura. Afecta especialmente a los hombres. De hecho, un 90 por ciento de los hombres comienzan a sufrirla (en diferentes grados) a partir de los 21 años. Una causa genética que se lleva “escrita” y contra la que poco (a excepción de un trasplante de folículos pilosos vivos en el lugar de los muertos) se puede hacer. De hecho, muchos estudios cifran en más de un 90 por ciento la causa genética. Las causas también pueden deberse a daños en el cuero cabelludo, procedentes del uso inadecuado de peines metálicos o de secadores de pelo. También virus (herpes o varicela, por ejemplo) o bacterias (sífilis o lepra), agentes físicoquímicos (quemaduras, rayos X) pueden desembocar en una pérdida irreparable de pelo.

Por otro lado existen lo que podrían denominarse “alopecias reversibles”. Aquellas en la que la pérdida de pelo es temporal y el cuero cabelludo vuelve a poblarse cuando el elemento externo que provoca la caída de cabello desaparece: consumo de determinadas drogas, medicamentos, anticoagulantes, antitiroideos, sesiones de quimioterapia, enfermedades y/o depresiones.

Existen, sin embargo, varios mitos acerca de otros factores que provocan alopecia. Ideas que hoy son de común aceptación en la cultura popular, pese a carecer de base científica. Uno de los más reconocidos especialistas en tratamientos contra alopecia en Estados Unidos, el doctor Robert Leonard, desmitificó algunas creencias populares.

Por ejemplo, ante el lavado excesivo del cabello, el doctor aseguró que los pelos que arrastra el agua de la ducha ya estaban fuera y no ha sido el chorro de la ducha quien los ha “arrancado”. Los expertos recomiendan el lavado del pelo a diario como mejor manera de mantener sanos los folículos.

Por otro lado, se suele recomendar no colocar crema solar en el cuello cabelludo. Se cree que el uso de cremas en la cabeza para proteger del sol es perjudicial porque debilita el pelo. Leonard aseguró que es “todo lo contrario”. Se aconseja su uso, teniendo en cuenta que las quemaduras sí pueden desembocar en calvicie. “Cuanto más fino se tenga el cabello más recomendable será el uso de protectores solares”, comentó.

Asimismo, también negó la creencia de muchos calvos sobre la ayuda que pueda dar al crecimiento más fuerte del cabello si se lo corta bien corto. “No existen evidencias que conduzcan a asegurar que raparse la cabeza puede demorar o evitar la caída del cabello. De hecho, cuanto más fino sea el pelo y más corto se lleve, más expuesto se encontrará el cuero cabelludo a ataques externos que lo debiliten”, sostuvo.

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