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Diez años de prisión por el crimen de discapacitada

La víctima recibió un disparo tras quedar en medio de un tiroteo entre el imputado y otro joven.

Un joven de 19 años fue condenado a diez años y ocho meses de prisión tras ser encontrado culpable del homicidio de una chica de 21 años discapacitada ocurrido en septiembre de 2008 en la zona de la Siberia. La víctima quedó en medio de los fuegos cruzados del muchacho sentenciado y otro joven de la zona, que fue condenado por el mismo hecho, pero por el delito de abuso de armas, a tres años y un mes de prisión. El fallo fue emitido por el Juzgado de Sentencia de la 1ª Nominación. Una vez que se conoció la disposición del magistrado, la defensa apeló dicha condena.

De acuerdo con la resolución del juez Ismael Manfrín, a cargo de la investigación, Guillermo Andrés Villalba, de 19 años, fue encontrado penalmente responsable del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, por un hecho ocurrido la madrugada del 14 de septiembre de 2008, en la zona de Ituzaingó y Berutti. La víctima de ese episodio fue Romina Soledad Recasens, una chica de 21 años que tenía síndrome de Down y quedó en medio de un enfrentamiento entre Villalba y otro joven de la zona.

Por el delito de homicidio, el magistrado condenó a Villalba a la pena de 10 años y ocho meses de prisión, al entender que si bien el accionar del imputado no iba dirigido a matar a la muchacha, sino a su contrincante en el tiroteo, no le importó que sus actos llevaran aparejados daños colaterales como, en este caso, la muerte de Romina.

Por el mismo episodio pero por un delito menor fue condenado Martín Elías D’Agostino, quien estaba imputado de abuso de armas. “No se aprecian significativas diferencias entre el dolo de homicidio con el que actuara Villalba con el que integra la conducta del acá imputado, cuya diferencia sustancial debe ser buscada en lo fortuito del resultado finalmente obtenido”, consideró el juez.

Así, a pesar de que los dos jóvenes estaban ubicados cada uno en un extremo opuesto de la balacera, como los peritajes revelaron que fue del arma de Villalba de la que salió el disparo mortal, fue éste quien recibió la condena más dura, mientras que D’Agostino fue condenado –luego de que esta causa se le unificara con una posterior tentativa de robo– a la pena de tres años y un mes de prisión.

El hecho por el que ambos jóvenes fueron sometidos a juicio ocurrió pasada la 1.30 del 14 de septiembre de 2008, en Ituzaingó al 200 bis, cuando la víctima, Romina Soledad Recasens, de 21 años, caminaba por allí junto a su madre y quedaron en medio del fuego cruzado de Villalba y D’Agostino.

Tras ese episodio, vecinos de la zona socorrieron a la muchacha herida, y la trasladaron hasta el hospital Provincial, adonde quedó internada y falleció cerca de las 5.30. Horas después del crimen, la Policía detuvo a cinco personas, entre los que se encontraba Villalba, quien estaba refugiado en la casa de su tía, en Pasco al 200. Allí se secuestró un revolver calibre 22, que luego se comprobó que fue desde el que se produjo el disparo que terminó con la vida de Romina.

En tanto, D’Agostino fue apresado meses después, el 30 de enero de 2009, durante un intento de robo. Según el fallo, cuando fue detenido el joven intentó sobornar con 10 mil pesos a los uniformados a cargo del operativo, quienes no accedieron a la coima y llevaron al muchacho hasta la comisaría 4ª, ya que sobre él pesaba el pedido de captura por el homicidio de Romina, ocurrido en esa jurisdicción.

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