Romina Sarti
Desde el año 2022, cada 4 de marzo, personas gordas, activistas por la diversidad corporal y aliados/as, nos organizamos para reivindicar las corporalidades gordas, diversas. En respuesta al día mundial contra la obesidad, donde se patologiza a las corporalidades que no encajan en el estándar impuesto, visibilizamos la importancia de luchar contra un sistema que valida cuerpos según su forma, su tamaño.
Es importante recordar que cuando decimos gordofobia, nos referimos a la discriminación a la que nos vemos sometidas las personas gordas por el hecho de serlo. Hablamos de humillación, invisibilización, maltrato, ridiculización, patologización, marginación, exclusión y hasta de ejercicio de violencia física ejercidos contra un grupo de personas por tener una determinada característica física: la gordura. No nos adaptamos a la ampliamente aceptada norma de la delgadez (Piñeyro, 2019. p. 33)
Esta discriminación corporal también es un reflejo de prejuicios arraigados en nuestra sociedad, que van en sintonía con los estándares de belleza heterocisnormativos, quiméricos, inalcanzables. Justamente en esta idealización se encuentra el negocio del sufrimiento: la industria de la belleza, la industria de la dieta, la industria de la intervención, gana millones a costa de amoldar la corporalidad a lo aprobado socialmente. Es importante en este punto no caer en la trampa de la banalidad: la gordofobia perpetua el ciclo de marginación que dificulta el acceso a oportunidades económicas y sociales. En definitiva, obtura el cumplimiento de los derechos intrínsecos a las personas. A su vez limita nuestra capacidad de apreciar la diversidad como algo natural, al insistir vehementemente en la validación de los cuerpos que responden al paradigma predominante, fagocitando la heterogeneidad propia de la condición humana.
La gordofobia es un sistema de opresión que replica un ideal de belleza privilegiando y validando un cuerpo sobre otro. Se da en toda la comunidad, en los medios, en la escuela, en el transporte, en el sistema de salud, en interacciones cotidianas; es decir, está arraigada en toda la sociedad y de allí la dificultad en desbaratarla.
Quienes militamos por la diversidad corporal, estamos llevando a cabo acciones globales colectivas y/o individuales, entre las que mencionamos 4M global y DM contra gordofobia. La primera es una acción de intervenciones en espacios públicos con imágenes que buscan interpelar y llamar a la reflexión sobre los efectos de la gordofobia en las personas. Las segundas, con un manifiesto muy detallado, del que podemos comprender de manera específica las implicancias que tiene este sistema de opresión en la vida de las personas.
Este día, de gran relevancia a nivel internacional, nos recuerda lo importante de luchar por el cumplimiento de los derechos de todas las personas, más allá de sus formas corporales. Los derechos humanos son para todas, todos, todes. No hay cuerpos más válidos que otros, no hay géneros más válidos que otros, no hay colores más válidos que otros. La justicia social, la visibilización de las violencias, el repudio a la discriminación de cualquier tipo, son herramientas que nos sirven para construir una sociedad verdaderamente inclusiva y equitativa. El 4M es un recordatorio de la importancia de erradicar los estigmas asociados a la visión monocromática corporal, a la violencia estética, a la gordofobia.
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*Licenciada en Ciencia Política (UNR), militante por la diversidad corporal, anticapacitista, docente de Problemáticas de la Discapacidad, Sociología de la Discapacidad, y de Metodologías en la UGR, trabajadora en la Secretaría de DDHH de la UNR. Columna de opinión “Cuerpas mutantes”. Miembro fundacional de IG: @alicya.para.iberoamerica (Asociación por la liberación corporal y alimentaria para Iberoamérica). IG: romina.sarti
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