Economía

La verdadera grieta

Desigualdad extrema: los datos derriban el mito de que la pandemia contribuiría a una sociedad mejor

Un estudio de la ONG Oxfam expuso que los diez hombres más ricos del mundo duplicaron su fortuna en el último año ante el deterioro económico del 99% de la población mundial. La riqueza de una pequeña élite de 2755 milmillonarios creció más desde la llegada del Covid 19 que en los últimos 14 años


“Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado su fortuna, mientras que los ingresos del 99 % de la población mundial se habrían deteriorado a causa de la COVID-19. Las crecientes desigualdades económicas, raciales y de género, así como la desigualdad existente entre países, están fracturando nuestro mundo”, expone un informe elaborado por la organización no gubernamental Oxfam.

El estudio se presenta de manera anual en el foro de Davos, uno de los encuentros que reúne a los empresarios y políticos más poderosos del mundo. En este caso el abordaje tiene que ver con las desigualdades en el marco de la pandemia y las decisiones deliberadas para favorecer a los sectores más ricos  perjudicando de manera directa al conjunto de la población y, especialmente, a las personas en mayor situación de pobreza.

El top ten de multimillonarios está encabezado por Elon Musk (fabricante de los autos eléctricos Tesla), Jeff Bezos (propietario de Amazon), Bill Gates (fundador de Microsoft) y Mark Zuckerberg (fundador de Facebook). También figuran Bernard Arnault y su familia, Larry Ellison, Larry Page, Sergey Brin, Steve Ballmer y Warren Buffet. Según el informe, la postura predominante entre estos grupos de poder tiende a defender la evasión fiscal y el rechazo al impuesto a la riqueza.

Consideran que las problemáticas son estructurales, y demandan una modificación urgente en la manera de gestionar políticamente. Mencionan como uno de los principales causales la multimillonaria inyección de dinero público durante la pandemia, que por un lado posibilitó exorbitantes ganancias a farmacéuticas que monopolizaron el negocio de las vacunas y por otro condujo a la inflación de los precios en los mercados bursátiles.

Instituciones como el FMI, el Banco Mundial, Crédit Suisse, y el Foro Económico Mundial han estimado que la pandemia ha provocado un aumento de las desigualdades dentro de los países en todo el mundo. Las personas en mayor situación de pobreza del mundo y los grupos racializados están sobrerrepresentados en la cifra de muertes provocadas por el virus. En algunos países, las personas en mayor situación de pobreza tienen casi cuatro veces más probabilidades de perder la vida por la COVID-19 que las más ricas.

La riqueza de una pequeña élite de 2755 milmillonarios ha crecido más durante la pandemia de COVID-19 que en los últimos 14 años, que ya había sido una época de bonanza económica para ellos. Se trata del mayor incremento anual de la riqueza de los milmillonarios desde que se tienen registros, y está sucediendo en todos los continentes del planeta. Según Oxfam, este incremento “es el resultado del aumento desorbitado de los precios de los mercados de valores, el apogeo de las entidades no reguladas, el auge del poder monopolístico y la privatización, junto a la erosión de las normativas, los tipos impositivos a las personas físicas y las empresas y los derechos laborales y los salarios; todo ello propiciado por la instrumentalización del racismo”.

La responsabilidad política

Desde Oxfam consideraron que las enormes sumas de dinero público que se han inyectado en nuestras economías han inflado drásticamente los precios en los mercados bursátiles, resultando en ganancias sin precedentes para los milmillonarios. “Las enormes sumas de dinero público que se han destinado a las vacunas han elevado los beneficios de las grandes farmacéuticas en decenas de miles de millones de dólares”, aseguraron.

También agregaron que no se trata de una cuestión de escasez de dinero. “Eso quedó claro cuando los Gobiernos movilizaron 16 billones de dólares para la respuesta ante la pandemia. Lo que falta es voluntad para abordar las desigualdades y la riqueza y el poder de los ricos y poderosos, así como imaginación para liberarnos del asfixiante corsé que constituye el neoliberalismo extremo”, sostuvieron.

Según consideraron desde la ONG, los gobierno aún están a tiempo de revertir esta realidad, y resaltaron: “Esto requiere una transformación ambiciosa de las reglas que rigen la economía con el fin de predistribuir de una manera más justa el poder y los ingresos (empezando por garantizar que los mercados, el sector privado y la globalización no generen una mayor desigualdad), haciendo que los ricos tributen lo que les corresponde justamente e invirtiendo en medidas públicas de eficacia demostrada”.

Para ir tomar ese rumbo, sugirieron tres ejes fundamentales a seguir:

1-Todos los Gobiernos deben gravar con efecto inmediato las ganancias que las personas más ricas han acumulado durante la pandemia con el fin de recuperar parte de estos recursos y utilizarlos para el bien mundial. Por ejemplo, un impuesto excepcional del 99% sobre las ganancias acumuladas durante la pandemia por los diez hombres más ricos del mundo permitiría recaudar 812 000 millones de dólares.

2-Deben invertir en políticas sólidas y fundamentadas en datos para salvar vidas e invertir en nuestro futuro. El legado de la pandemia debe ser unos servicios públicos de salud universales y de calidad financiados con dinero público, para que nadie tenga que volver a pagar de su bolsillo por acceder a estos servicios.

3-La principal prioridad es poner fin a la pandemia y, para ello, los Gobiernos deben acabar con los monopolios de las vacunas y las tecnologías que las hacen posibles, a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los países ricos pueden elegir modificar el rumbo o bien redoblar la privatización de las vacunas con una avaricia autodestructiva que permita que la pandemia continúe evolucionando y atormentándonos con nuevas variantes.

Milimillonarios

Desde el inicio de la pandemia, ha surgido un nuevo milmillonario en el mundo cada 26 horas. La riqueza de los diez hombres más ricos del mundo se ha duplicado, mientras que los ingresos del 99 % de la humanidad se habrían deteriorado a causa de la COVID-19.Mientras tanto, se calcula que cerca de 17 millones de personas han perdido la vida a causa de la COVID-19, una magnitud de muertes sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.

Las desigualdades entre países también están aumentando, debido a que el monopolio farmacéutico priva a varios países del acceso a las vacunas contra la COVID-19, al deterioro de la sostenibilidad de su deuda,y al recorte en gasto social en más de cien países. Los datos que maneja Oxfam sugieren que el 85 % de los 107 préstamos para la respuesta ante la COVID-19 que ha concedido el FMI llevarán a 73 países a aplicar medidas de austeridad una vez se haya superado la crisis. Desde el comienzo de la pandemia, dos tercios del conjunto de países de renta baja y media-baja ya han comenzado a recortar sus presupuestos para educación, los cuales ya resultaban claramente insuficientes antes de la aparición del virus.

El informe describe que “las desigualdades extremas son una forma de violencia económica en la que las decisiones legislativas y políticas a nivel sistémico diseñadas para favorecer a las personas más ricas y poderosas perjudican directamente a la amplia mayoría de la población mundial”.

A medida que la pandemia de COVID-19 se extendía por el mundo, los bancos centrales inyectaban billones de dólares en las economías de los países para mantener a flote la economía mundial. Buena parte de este estímulo económico ha ido a parar a los mercados financieros, y de ahí al patrimonio neto de los milmillonarios. Desde el inicio de la pandemia, los Gobiernos han inyectado 16 billones de dólares en la economía global, lo que ha contribuido ampliamente a que la riqueza de los milmillonarios se incremente en cinco billones de dólares (pasando de 8,6 billones de dólares a 13,8 billones de dólares desde marzo de 2021), ya que la intervención de los Gobiernos ha provocado una escalada de precios en los mercados bursátiles.

El estudio agrega que Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha recibido miles de millones de dólares en subvenciones públicas, mientras infringe la legislación laboral y socava los esfuerzos de los trabajadores y trabajadoras para organizarse sindicalmente. En 2018 no pagó impuestos federales sobre la renta. Musk, que pagó un “tipo impositivo real” del 3,27 % entre 2014 y 2018, criticó la propuesta de aplicar un impuesto a los milmillonarios en 2021, argumentando que su plan “es utilizar este dinero para llevar a la humanidad a Marte y preservar la luz de la conciencia”.

El auge del poder monopolístico ha resultado en que un menor número de empresas que son ahora incluso más grandes y poderosas ejerzan su dominio sobre varios sectores. La concentración de los mercados en las economías de los pases de renta alta durante la pandemia podría incluso superar la observada durante los 15 años transcurridos entre 2000 y 2015.

“En 2021, descubrimos que cientos de milmillonarios hacían uso de paraísos fiscales para no pagar los impuestos que en justicia les correspondían, según revelaron los papeles de Pandora. Los Gobiernos de todo el mundo pierden más de 200 000 millones de dólares anuales a causa de la evasión y elusión fiscal de las empresas, una cifra que duplica los 100 000 millones de dólares que los países ricos habían prometido en vano ofrecer a los países de renta media y baja en concepto de financiación climática”, concluyeron desde Oxfam.

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