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Pena y castigo

Denuncian desborde en el Irar

En un comunicado, los trabajadores de esa institución aseguran que en la actualidad hay espacio sólo para 25 adolescentes y la cantidad de alojados duplica ese número, lo que dificulta el trabajo y vulnera derechos.


Trabajadores del Instituto para la Recuperación del Adolescente (Irar), la cárcel de menores ubicada en Saavedra y Cullen, volvieron a denunciar que la cantidad de chicos alojados duplica la capacidad de plazas. La situación no es nueva y las soluciones definitivas parecen no llegar nunca. En general, porque las condiciones de encierro que vulneran los derechos básicos de niños y adolescentes han dado lugar a innumerables habeas corpus que derivaron en órdenes judiciales de refacción, con lo que hoy día dos de los cuatro sectores están en obras. Y en particular, porque la cuestión del cupo muestra una “falta de articulación” entre el poder Ejecutivo, que tiene a su cargo la institución, y el Judicial, que ordena detenciones sin considerar la cuestión del espacio disponible.

“La institución está desbordada, no sólo por la cantidad de jóvenes, sino también por la falta de personal”, dijo a El Ciudadano un acompañante juvenil que es miembro de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), tras referir que en las condiciones actuales en las que se encuentra el Irar —con dos de los cuatro sectores en obras— “el máximo de jóvenes debería ser de 25” y el último fin de semana ese número se duplicó.

“Queremos poner en conocimiento a la sociedad estas cuestiones ya que, más allá de lo complejo del momento donde se presentan día a día situaciones violentas en la ciudad, creemos que se deberían articular medidas alternativas al encierro con políticas públicas serias e integrales para la niñez y la juventud, educativas, culturales y deportivas y no represivas”, reza un comunicado conformado en una asamblea de trabajadores que tuvo lugar en marzo pasado.

En ese texto, se responsabiliza por las condiciones de sobrepoblación “al Poder Judicial que, lejos de buscar mejores condiciones para los jóvenes en conflicto con la ley penal y proponer alternativas al encierro en instituciones totales como Irar, dispone el ingreso masivo de jóvenes a la institución”. También interpelan al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Santa Fe “ya que no podemos garantizar derechos integralmente en esta situación acuciante y solicitamos mayor personal para poder afrontar las tareas en las distintas áreas”.

Según el acompañante juvenil que dialogó con El Ciudadano, el último fin de semana llegaron a tener 51 chicos dentro del instituto, por lo que muchos han quedado alojados en las celdas individuales de ingreso y en otros espacios sin baño ni agua, como aulas de la escuela, lavaderos y hasta las oficinas de los trabajadores.

Este diario intentó obtener una respuesta oficial, pero pese a hacer varios intentos no obtuvo respuesta.

En agosto del año pasado se vivió una situación similar luego que las cuatro juezas de menores de Rosario y su par de San Lorenzo dispusieron el traslado de los adolescentes a unidades penitenciarias de adultos. Una de las magistradas fue gráfica. Dijo que “los animales en un zoológico están mejor que los adolescentes” allí alojados. La iniciativa provocó un fuerte rechazo y finalmente quedó sin efecto, bajo el compromiso de que se realicen reformas edilicias en una institución que desde su inicio cuenta con problemas estructurales, que incluye la convivencia con ratas, y cuya promesa de cierre fue enunciada por la anterior gestión socialista.

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