Tras la “boda del siglo” de Guillermo y Catalina, el Reino Unido se dispone a celebrar con gran pompa el jubileo de diamante de la reina Isabel II, la guinda de un “annus mirabilis” para la monarquía británica.
Cuando se reúnan durante las fiestas navideñas en la casa de campo de la soberana en Sandringham, los Windsor podrán festejar el año transcurrido y mirar hacia otro que probablemente cimentará su estatus de familia real más popular del mundo. Guillermo, segundo en la línea de sucesión ala Corona, y Catalina, su novia desde hacía nueve años, se casaron el 29 de abril en una fastuosa ceremonia seguida por 2.000 millones de televidentes en todo el mundo.
Y otro festival de majestuosas proporciones está previsto para señalar el sexagésimo aniversario de la llegada al trono de la reina, menos de dos meses antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres.
Durante los cuatro días de un largo primer fin de semana de junio están previstas fiestas callejeras, un gran concierto en el palacio de Buckingham, un espectacular desfile náutico por el Támesis y una procesión de carrozas.
“Lo que están haciendo es aprovechar el impulso que crearon durante la boda real”, explicó Katie Nicholl, la especialista en realeza del dominical The Mail on Sunday.
“Ha sido un año fantástico para la familia real. Esta boda animó no sólo a sus miembros, sino a todo el país”, dijo a la agencia de noticias AFP.
Además de la boda real, la soberana de 85 años efectuó una visita histórica de reconciliación a Irlanda en mayo y fue aclamada en octubre durante un viaje a Australia, un país que no descarta convertirse un día en república.
Su marido, el príncipe Felipe, cumplió 90 años en junio, y otra de sus nietas, la hija de la princesa Ana Zara Phillips, se casó con el internacional de rugby inglés Mike Tindall en julio.
Nada que ver con el “annus horribilis” de 1992, marcado por la separación de tres de sus cuatro hijos y un incendio que causó graves daños al castillo de Windsor, aunque el peor momento fue sin duda la muerte de la princesa Diana en un accidente de coche en París en 1997, cuando la reina fue acusada de haber perdido contacto con la realidad y de ser insensible al dolor de sus súbditos.
Pero desde entoncesla Casade Windsor ha modernizado gradualmente la monarquía, lo que parece haber dado réditos en 2011.
Guillermo y Catalina, ambos de 29 años, iniciaron su vida pública sin tropiezos con una gira triunfal por Canadá y California.
Su unión llevó a los líderes de los dieciséis países dela Commonwealthque tienen todavía por jefa de Estado a la reina Isabel a acordar una reforma que eliminará la prioridad de los varones en la sucesión al trono y pondrá fin a la norma que prohíbe a cualquier sucesor ala Coronacasarse con un católico.
“Catalina ha aportado glamour a la familia real, renovado el interés por ella y todo el mundo quiere saber hacia donde va a evolucionar”, dijo a la agencia AFP Richard Palmer, el corresponsal real del Daily Express.
“2012 va a ser casi tan rico en acontecimientos como 2011. El jubileo dominará el año, al menos que Catalina se quede embarazada”, agregó.
Aunque la monarquía británica fue la que copó más portadas en el año que se cierra, otras familias reales europeas se hicieron un hueco en los medios de comunicación con felices acontecimientos.
Mónaco tuvo su propia boda en julio cuando el príncipe Alberto II se casó con la ex nadadora olímpica sudafricana Charlene Wittstock, en medio de rumores de crisis desmentidos por el palacio.
En Dinamarca, la princesa Mary, esposa del heredero del trono Federico, dio a luz a mellizos, y la reina Margarita se prepara a celebrar en enero los cuarenta años de su ascensión al trono. Y la princesa heredera de Suecia, Victoria, espera su primer hijo para marzo.
El año no fue tan feliz para la familia real española, puesto que el rey Juan Carlos tuvo que pasar dos veces por el quirófano, en mayo para una operación de rodilla y en septiembre para otra del tendón de Aquiles. Y los problemas aumentaron en las últimas semanas debido a la investigación de un escándalo de corrupción que involucra al yerno de los reyes, el esposo de la infanta Cristina Iñaki Urdangarín, que podría ser imputado.
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