Ciudad

Del juguete al auto eléctrico

Gonzalo Viera tiene 33 años, es ingeniero en robótica y construyó con sus propias manos un vehículo que alcanza 60 km/h y tiene dos horas de autonomía. Ya lo vendió, y ahora va por un segundo prototipo.

Por: Agustín Aranda

“De chico me gustaba desarmar autitos eléctricos de juguete pero siempre los rompía. Me interesaba mucho el motor”. Así contó Gonzalo Viera, ingeniero en robótica y reparador de Arcades (un famoso sello de videojuegos), la génesis de su creación: un auto eléctrico, que fabricó con sus propias manos, ya vendió y prepara un segundo diseño, más rápido, con mayor autonomía y equipado con paneles solares.

Gonzalo tiene 33 años y vive en Rosario, aunque pasó su infancia en la localidad santafesina de San Genaro, a 100 kilómetros de la ciudad. Allí, creció su interés por las bobinas de los motores de los autos eléctricos con los que jugaba. “Recuerdo que los desarmaba y siempre los rompía para ver el motor. Nunca podía volver a juntar todo”, describió en diálogo con El Ciudadano. Ya de grande, vino a Rosario para estudiar ingeniería robótica en una facultad privada, cuando también se interesó en energías alternativas. En la actualidad, además de trabajar en la confección de circuitos electrónicos y reparar (para las delicias de niños y no tanto) Arcades en uno de los supermercados Libertad de la ciudad, Gonzalo construyó en 2006 un auto abastecido por energía eléctrica, cual celular.

“Siembre me interesó la problemática del medio ambiente, por eso diseñé un motor de alto rendimiento y bajo consumo eléctrico. Después fui diseñando el chasis con una estructura –dimensiones y peso– acorde al motor. Por último, estuve recorriendo mucho hasta que encontré una carrocería de Buggy Brama”, confió Gonzalo.

Cabe destacar que el pintoresco Brama constituyó un vehículo de serie limitada de fabricación argentina durante 1974. Con 3.5 metros de largo, 1,60 de ancho y 1,20 de alto y sin capota, el Brama de Gonzalo tuvo como agregado un revestimiento de fibra de vidrio que lo aleja de su origen, asemejándolo a una Ferrari T60 deportiva. “Quedó bastante parecida”, confió satisfecho su creador al respecto de la obra que tomó cuatro años y sólo 9 mil pesos, aunque deberían actualizarse los precios debido a la modificación del valor del dólar.

Entre las bondades del vehículo, Gonzalo apuntó: “Casi no hace ruido al andar, ya que lo que sólo se escucha es el roce de los neumáticos sobre el pavimento”.

Belleza interior

El auto eléctrico manufacturado íntegramente por Gonzalo cuenta con una autonomía de dos horas a partir de su motor de 24 voltios. Alcanza una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora, tiene una caja de cuatro cambios y lugar para cuatro personas. La batería se carga durante 4 horas en un enchufe común de 220 voltios. “Tiene la mecánica de un Fiat 600 y Fiat 128. Es un rejunte, tiene parabrisas de un Dogde 1500 también”, señaló el ingeniero. Pero aún más importante, la construcción del motor y los sistemas necesarios para alimentarlo no requieren de materiales o herramientas de complejidad. “Usé elementos estándares que se pueden comprar en una casa de electricidad en motores. Caños, cables, todo muy sencillo y accesible”, explicó Gonzalo al lamentar que a sabiendas de ello las empresas petroleras obligan a que no se difunda la fabricación de este tipo de autos en el mundo.

Sin embargo, un coleccionista de Buenos Aires se interesó en el Brama de Gonzalo. “El primero se lo vendí hace un tiempo a un coleccionista de Buenos Aires que se dedica a comprar autos raros. Lo vio por internet y me lo compró enseguida porque le gustó el diseño y que sea eléctrico”, indicó.

Versión 2.0

En la actualidad, el ingeniero se encuentra diseñando un nuevo modelo de auto eléctrico, esta vez con techo, puertas que se abren hacia arriba –alguien recordará del mítico DeLorean del ochentoso film Volver al Futuro– y un motor similar al anterior aunque con una diferencia. “Éste funcionará al 100 por ciento con el concepto de movimiento continuo, es decir que se recarga con el andar de las ruedas también. En el anterior pude lograr un rendimiento de un 90 por ciento de recupero de energía”, explicó Gonzalo al indicar que contaría también con paneles solares como forma de suministro de energía. Según adelantó su creador, el nuevo vehículo tendrá un tiempo de carga de la batería mucho menor, de una hora. “El próximo va a tener techo y las puertas se van a abrir hacia arriba, porque las bisagras son mucho más sencillas de montar y más barato. Va a tener un motor más grande y la idea es desarrollar un auto que llegue a 100 kilómetros por ahora, esta vez con un costo un poco mayor”, proyectó el ingeniero en robótica.

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