Últimas

Del fondo patriótico al Congreso

Por: Carlos Duclos

Lidia “Pinky” Satragno, animadora/legisladora que, como en 1982 con Malvinas, persiste en abonar la confrontación.

Pinky en abril de 1982 con Cacho Fontana en “Las 24 horas por Malvinas” pidiendo colaboración para la aventura militar.
Pinky en abril de 1982 con Cacho Fontana en “Las 24 horas por Malvinas” pidiendo colaboración para la aventura militar.

Corría el año 1982 y un disparate más, de entre tantos cometidos por diversos gobiernos argentinos dictatoriales y democráticos, se consumaba el 2 de abril de ese año: la recuperación de las Islas Malvinas por medio de la declaración de guerra nada menos que al Reino Unido o, lo que es lo mismo, a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán). La frase célebre, que le costó la vida a muchos argentinos y la devastación psíquica a muchos miles más que hoy han sido literalmente abandonados por todos, recorrió el mundo como un rayo: “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”. Era Galtieri, en el balcón de la Casa Rosada, lanzando al mundo una advertencia que terminaría en una humillante genuflexión con la rendición.

Más allá de la irresponsabilidad de la conducción política y militar de entonces, se debe dejar claro y reconocer el valor de los soldados, suboficiales y oficiales argentinos, el patriotismo de todo un pueblo, inocente y crédulo, que aportó todo para la victoria que los estrategas y líderes con sentido común sabían un imposible.

Un famoso dúo de conductores de entonces, Pinky y Cacho Fontana, condujeron el famoso programa, por el canal estatal 7, las “24 horas por Malvinas”, con el que el gobierno de la dictadura procuró reunir fondos destinados a las acciones bélicas. La hoy diputada nacional, de raigambre radical pero que llegó al Congreso de la mano del PRO, Lidia “Pinky” Satragno, comenzó aquella maratón recaudatoria diciendo: “Estas 24 horas de solidaridad con el Fondo Patriótico Argentino se puede demostrar de una sola manera: colaborando”.

Ayer, presidiendo la sesión. Antes sus compañeros de PRO le bajaron el discurso que había preparado, “de fuerte tono opositor”.
Ayer, presidiendo la sesión. Antes sus compañeros de PRO le bajaron el discurso que había preparado, “de fuerte tono opositor”.

Y el pueblo argentino, solidario como siempre, colaboró: entregó dinero, joyas, pieles, alimentos que fueron a parar a las manos de los militares gobernantes de entonces y después, ¿quién sabe adónde? Poco tiempo más tarde, luego de la rendición argentina, la ciudadanía se enteraría de que los abnegados combatientes en Malvinas no recibieron lo mínimo indispensable para encarar una lucha de semejantes dimensiones, y que algunas barras de chocolates informaron algunos medios, aparecieron en mercados del sur. El verdadero tesoro recaudado por la dictadura nadie supo adónde fue a parar.

No está demás recordar que Estados Unidos de Norteamérica, a través de las gestiones de Alexander Haig, propiciaba la administración conjunta de las islas, pero la irresponsabilidad de Galtieri y sus amigos terminó con la gestión, y el resultado fue la muerte de más 600 soldados argentinos y el abandono de las islas de manera indignante, entre otros males.

A la mala memoria argentina es necesario refrescarla a veces y en ese marco no puede dejar de decirse, para ser justos, que muchos de los políticos que luego serían protagonistas de esta llamada democracia se hicieron presentes para apoyar la locura del general y mandatario argentino. Progresistas como Oscar Alende y Raúl Alfonsín, entre otros de todo el espectro ideológico, se presentaron en la Plaza de Mayo para auspiciar la “recuperación” de las Malvinas.

Después vendría un nuevo capítulo en el eterno enfrentamiento argentino entre bandos, y aquéllos que se encontraron en un punto de la historia signado por la aventura militar se dispersarían hasta enfrentarse crudamente. Un enfrentamiento que llega hasta nuestros días.

En ese marco, hasta hace pocas horas, y como informó ayer Ámbito Financiero, “la diputada televisiva (Pinky), que por ser la de mayor edad presidirá como decana de la Cámara baja la sesión preparatoria donde se definirán autoridades y comisiones, tenía pensado improvisar un duro discurso político de tono opositor, pero esa idea fue desactivada por sus compañeros de banca”.

Tal parece que la idea de la confrontación (sin medir las consecuencias, como en Malvinas) no se disipa en algunas mentes de líderes argentinos, ni siquiera en los momentos en que la investidura debe sobrepasar a la pasión para respetar los espacios y momentos trascendentes de la república.

Afortunadamente hay oficialistas y opositores que todavía reflexionan en el marco del sentido común y la necesidad de unidad para el desarrollo social. ¿Qué hubiera significado para la vida institucional un discurso de barricada en la ceremonia de toma de juramentos de ayer? Una decepción más para el anhelo de una sociedad que aspira al encuentro de sus líderes para el crecimiento de todos. Sin embargo, muchos dirigentes están hoy como aquel perdido general, lanzando bravuconadas y advirtiendo que están listos para la batalla, mientras todo un pueblo se rinde ante cientos de problemas y angustias.

Comentarios