David Ferrara
Ramiro e Iván Fabris son puro empuje. Tienen una idea, una visión, y se lanzan a desarrollarla, muchas veces apostando todo detrás de un sueño, liberados de temores y dudas. Por eso quizás llegan a lugares que parecen increíbles. Aprendieron desde chicos que nada ese sencillo en la vida, pero con los años se convencieron de que una mirada optimista y perseguir los anhelos suelen ser el camino correcto. Y el inconformismo es tal vez otra virtud, salir de la zona de confort y buscar más.
Con varios proyectos exitosos en sus espaldas, decidieron perseguir el sueño de diseñar su propia pelota de básquet, deporte que aman, que jugaron y juegan. Y lo hicieron invirtiendo, con prueba y error, recorriendo el mundo para encontrar en la Euro París la fórmula de estar a la altura de las mejores marcas y los estándares para el reconocimiento de la Fiba.
“En el nacimiento de la idea fue importante Gustavo Ciuffo, quien fue mi entrenador y nos planteó que lo que habíamos logrado en el fútbol lo pudiéramos trasladar al básquet”, reconoce y agradece Ramiro.
En 2019 sorprendió ver el stand en las finales de la Rosarina y poco después se anunció que será la pelota a utilizar en los torneos locales.
Como bien lo dice su eslogan, “professional balls”, apostaron a un balón profesional de básquet. Tras sus interminables viajes, lograron un convenio con la misma fábrica que produce para una de las dos principales marcas a nivel mundial.
“Nuestra producción es de pelotas profesionales. Son pelotas que duran, que le sirve a los clubes y a los jugadores. Y la apuesta fue también hacer la pelota profesional para los más chicos, porque sabemos lo que eso significa para ellos. Lo logramos en el fútbol, en el handbol y también en el básquet. Es algo inédito en sus tres modelos”, explica Ramiro, en su habitual vorágine de ideas y conceptos. No para un minuto, e insufla buenas vibras. Cree en lo que dice y lo que hace, a pesar de a veces manejar varios proyectos al mismo tiempo.
La Euro París tiene y tendrá en el gradual el regreso del básquet oficial a ligas de “La Rioja, Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán y Río Negro, sumado a exportaciones a Bolivia y Colombia”.
“Otra de nuestras prioridades es poder ser de ayuda a los clubes, que tenga un valor accesible, lo que es un esfuerzo de nuestra parte, pero creemos que es momento también para acompañar a las instituciones”, analizar Ramiro, quien en las últimas macabeadas en Buenos Aires se dio el gusto de jugar con la pelota que él mismo diseñó: “Fue un sueño. Jugué con la pelota que yo hice. Y jugué feliz, creo que mejor que cuando era más chico”.
Pero Euro París es una marca de elementos deportivos y las pelotas de fútbol son otra de sus pasiones. La reserva de la Superliga jugó con ellas, la Copa Santa Fe también lo hizo y es habitual ver las prácticas de primera división con ese balón.
Para el 2021 otro desembarco los hará felices y los llevará de Rosario al mundo: “Somos el licenciatario oficial Copa América en Latinoamérica, primera marca argentina en ponerse a la altura de las principales marcas a nivel mundial”.
“Siempre soñé y creí con hacer algo grande en mi vida, y reconforma vernos en la Copa Santa Fe 2019, en la Superliga 2020 y en los Juegos de la Juventud 2022. Ver tu firma con el logo de los Juegos Olímpicos es fuerte”, resume Ramiro, quien recibió un golpe personal este año, pero siguió luchando y se reinventó rápidamente: “Al sufrir una pérdida grande este año me empecé a pensar aún más fuerte en el exterior, agradezco día a día la prueba o el golpe hermoso que me dio la vida, que me dio esta forma superadora de terminar el año, entrar a Latinoamérica con Euro Paris. Como me gusta decir a mí soy un soñador de lo real, porque los sueños están hechos para cumplirlos”.
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