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De lo que se hablará desde mañana

Una terminología particular campea en torno al cónclave del que surgirá el nuevo jefe de la iglesia.

A partir de mañana, encerrados en el interior de la Capilla Sixtina del palacio apostólico del Vaticano, los 115 cardenales con derecho a voto (menores de 80 años) elegirán al sucesor de Benedicto XVI.

En torno a la figura del jefe de la iglesia católica se mueven términos que componen una lexicografía particular.

Aquí, algo de lo que se hablará con mayor asiduidad en los próximos días:

n Anillo del pescador. Es un anillo de oro macizo que llevan todos los papas con su nombre grabado en latín y que en la antigüedad servía para sellar documentos. Tras la muerte o la renuncia de un papa, el Vaticano raya el anverso del anillo, que sirve como sello, para impedir falsificaciones.

n Annuntio vobis gaudium magnum habemus papam (Les anuncio con gran alegría: tenemos Papa). Es la fórmula con la que el cardenal protodiácono anuncia la elección del nuevo pontífice.

n Camarlengo. Es el administrador de la propiedad y las rentas del Vaticano, y hasta la elección del nuevo Papa es temporalmente el máximo responsable de la iglesia católica. Actualmente es el cardenal italiano Tarcisio Bertone.

n Capilla Sixtina. Es el recinto donde se lleva a cabo el cónclave. Está situada dentro del palacio apostólico del Vaticano y es conocida en el mundo entero por los magníficos frescos de Miguel Ángel que decoran su cielorraso.

n Cardenal protodiácono. Es el encargado de anunciar públicamente el nombre del nuevo Papa. Actualmente es el francés Jean-Louis Tauran.

n Colegio cardenalicio (o “sagrado colegio”). Es la reunión de todos los cardenales de la iglesia católica, tengan o no derecho a voto en el cónclave. El decano actual del colegio es el italiano Angelo Sodano.

n Cónclave. Expresión derivada del latín “cum clavis” que significa “bajo llave”. Es la reunión de los cardenales de todo el mundo (en este caso 115 de 51 países distintos) que deliberan para designar al Sumo Pontífice. El cónclave se reúne en un plazo de entre quince o veinte días tras la renuncia o la muerte del Papa pero puede adelantarse si todos los cardenales ya están en Roma.

n Constitución apostólica. En 1996 Juan Pablo II promulgó la constitución apostólica Universi Dominici Gregis que detalla todo el proceso de elección del nuevo Papa, desde la “sede vacante” (el momento en que el Vaticano se queda sin jefe) hasta la proclamación de su sucesor. El pasado 25 de febrero Benedicto XVI promulgó un decreto (“motu proprio”) que permite adelantar la fecha del cónclave.

n Fumata blanca, fumata negra. Durante el cónclave se vota dos veces por la mañana y dos veces por la tarde. Tras cada votación, las papeletas se queman en una estufa dentro de la Capilla Sixtina que tiene salida al exterior. Si no se alcanza un acuerdo, se usa otra estufa con productos químicos (en la antigüedad era paja húmeda) para que el humo sea negro, indicando que no se ha llegado a un acuerdo. Si el resultado es positivo, se queman sólo las papeletas, lo que provoca el humo blanco que anuncia la elección del nuevo Papa. En ese momento las campanas de la Basílica de San Pedro y de toda Roma empiezan a redoblar.

n Papables (papabili en italiano). Son los cardenales de los que se cree que tienen posibilidad de ser papas.

n Sede vacante. Es el período que empieza con la muerte o la renuncia del Papa y todos los jefes de los dicasterios (los ministerios) de la Curia Romana, el gobierno de la Iglesia, dejan su cargo.

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