“No apostamos sólo a «representar al vecino». Queremos al vecino participando y gobernando por sí, en todo lo que se pueda”, adelantó el concejal Alberto Cortés, quien es candidato a renovar su banca por el Frente del Pueblo Sur. El dirigente del Partido Socialista Auténtico contó lo hecho como edil, examinó problemáticas de la ciudad y adelantó propuestas para un nuevo mandato.
—¿Qué proyectos tuyos se convirtieron en ordenanzas y mejoraron las condiciones de vida de los rosarinos?
—El viaje plus, la primera ordenanza de construcciones sustentables en una ciudad sudamericana, los créditos para conexión domiciliaria de gas y el Presupuesto Participativo (PP), entre otros. Este último, aunque de los más trascendentes, está distorsionado en su aplicación por la intendencia transformándolo en un simulacro de participación. Si soy electo voy a seguir trabajando para que sea una herramienta de verdadero poder del vecino. También estuvimos a punto de evitar los últimos dos aumentos del boleto de colectivo, pero esto se frustró cuando el PRO rompió su compromiso de apoyo a nuestro proyecto de derogación de superpoderes, y acordó con el oficialismo. Además, presentamos unos 1.600 proyectos, más de uno cada día y medio, lo que es una de las producciones más altas por concejal. Muchas de esas iniciativas se plasmaron y son cosas pequeñas pero importantísimas para el vecino que las ve de cerca: una cuadra pavimentada o iluminada, una zanja mantenida, evitar que quedaran en la calle vecinos desalojados.
De todos modos no apostamos sólo a “representar al vecino”. Queremos al vecino participando y gobernando por sí, en todo lo que se pueda. Por eso el PP, pero también el proyecto ya presentado para elegir por padrón y voto secreto a delegados de los asentamientos irregulares, la exigencia de audiencias públicas antes de cada decisión trascendente del Concejo.
—¿Cómo ves la infraestructura de la ciudad, principalmente en referencia a lo que sucedió en Salta 2141 y en International Park?
—Son temas distintos. En infraestructura hay una grave falta de agua en muchos sectores de la ciudad, herencia de la privatización del servicio. Empezó a revertirse con la estatización, pero se pierde impulso. La provincia invierte cada vez menos en esta urgencia y así, la planta potabilizadora y acueductos estiran sus plazos. En electricidad las inversiones priorizan al centro, como en tantos temas, y eso unido a la falta de un plan sostenido de uso racional de la energía que genera colapsos del sistema. En cloacas, el Concejo votó una ordenanza importante, para concretarlas en 10 años en gran parte de la ciudad. Pero luego la intendencia no aporta lo comprometido para cumplir esos plazos. Con respecto al pavimento, al ritmo actual llevará más de mil años pavimentar toda la ciudad. Lo de calle Salta tiene que ver con la privatización del gas y el descuido por la prestación del servicio y su seguridad. Lo que pasó en Internacional Park es distinto. Es un negocio privado autorizado por el intendente en un parque público sin pasar por el Concejo. La Municipalidad ha sido ineficaz y negligente en controlar la seguridad de estos juegos mecánicos utilizados principalmente por niños. Las consecuencias trágicas están a la vista.
—¿Qué pensás del tema vivienda y construcción en Rosario?
—La construcción indiscriminada, movida más por la especulación inmobiliaria que por la falta de vivienda ha agudizado los problemas de agua y electricidad. Mientras, hay 30.000 familias en asentamientos irregulares en crecimiento y otras tantas de sectores medios que desean su vivienda propia y tienen pocas posibilidades de acceso. Al lado hay 80.000 unidades desocupadas, construidas o compradas sólo para especular. El gobierno municipal otorga privilegios indebidos a empresarios que seguramente aportan a sus dispendiosas campañas electorales. Por ejemplo, el permiso de edificación a un hotel sobre silos en Puerto Norte que tiene diez metros por encima de lo permitido por ordenanza. Lamentablemente, mientras pedíamos explicaciones por ello, la irregularidad fue blanqueada autorizando otros 13 metros adicionales. No fue sólo el oficialismo, también acompañaron el PRO, Boasso y el cavallerismo. La sesión fue tan bochornosa que los concejales de esos sectores se ausentaron de la sesión para no quedar tan pegados.
Es posible resolver el problema del hábitat. En nuestro caso, aún antes de llegar al Concejo, impulsamos en un asentamiento irregular de Saladillo una cooperativa de vivienda, con la cual logramos la tierra y hoy todas las familias de ese predio que fue un asentamiento viven en casas de buena calidad, construidas por ellos mismos, con escrituras y a un costo inferior al de planes oficiales. El primer paso es el acceso al lote con servicios. Hay que incrementar y transparentar el Fondo Municipal de Tierras y promover en serio la participación del vecino en la solución. De la misma experiencia de Saladillo nació lo que hoy es el Programa Municipal de Huertas, y seguimos militando en ese lugar y otros.
—¿Por qué la izquierda va dividida a elecciones?
—Este es uno de los principales problemas a superar. Con la agrupación Giros hemos tratado de tener las mejores relaciones antes y después de que decidieran constituir un partido político. No sólo acompañamos y articulamos con todas sus posturas desde el Concejo, llegando a ser yo el que leyera su manifiesto en el recinto (donde no puede hablar quien no sea concejal), en un momento clave de las luchas de Nuevo Alberdi. Después, ante la evidencia de que tenían un gran interés en tener un perfil propio les propusimos hacer una alianza pero con la posibilidad de que presentaran una lista propia en las Paso (primarias). Así, no se dispersaban los votos, haciéndole el juego a la derecha; pero al mismo tiempo cada sector tenía toda la etapa de las primarias para mostrar su propia identidad. Lamentablemente esta propuesta no fue respondida.
Con el candidato del FIT (Frente de Izquierda) habíamos intentado acuerdos electorales en otros momentos y sabíamos que tienen un celo aún mayor por preservar un perfil diferenciado.
De modo que hicimos la unidad con todos los sectores dispuestos hoy a unirse, esencialmente los que apoyaron en 2011 la candidatura de Carlos del Frade, que integra y apoya este espacio. Seguiremos trabajando por una unidad mucho mayor, no sólo de sectores que se definan específicamente como “izquierda”, sino de todos los que quieran un cambio social real y profundo. Habría sido bueno hacerlo ya, dado que aunque las encuestas nos muestran encabezando holgadamente este espacio, sabemos que la división ha puesto en riesgo la continuidad de la única banca de izquierda en el Concejo. Mientras tanto, vamos demostrando con hechos lo que significa una política de izquierda frente a los problemas concretos y cotidianos, pequeños y grandes de los vecinos.
Propuestas de urbe industrial
“Tenemos 69 propuestas que se pueden leer en nuestro blog plataformamunicipal2013.blogspot.com.ar”, dijo Cortés. Y agregó: “Pero además creemos que muchos problemas de Rosario, incluidos marginalidad y violencia, se agigantaron en los últimos 30 años por el plan neoliberal de la dictadura y el menemismo y que perdura. Eso afectó a la ciudad, desindustrializándola al quebrar dos ejes centrales de trabajo como el puerto y los ferrocarriles. Pensar a Rosario sólo como urbe de servicios y turística, sin recuperar el perfil industrial y sin creación de empleo de calidad, es condenarla a la perpetuación de las dificultades actuales”.
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