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Con Rosario de testigo

Las Leonas cerraron el mejor año de su historia obteniendo el título mundial en la recordada final ante Holanda.

Incomparable. Este 2010 que se termina será un año que quedará en la historia del seleccionado femenino de hockey sobre césped. Las Leonas, las mismas que nacieron en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, hicieron vibrar a Rosario y se coronaron campeonas del mundo en el estadio del Parque Habitacional Ludueña.

Estaba todo dado para que ocho años después del primer título ecuménico de la mano de Sergio Cachito Vigil en Perth, la selección nacional diera otra vuelta.

La preparación fue intensa, agotadora. Durante más de seis meses, el conjunto comandado por Carlos Chapa Retegui entrenó en el Cenard y en Rosario. Jugó amistosos con la selección masculina, obtuvo el Rabo Trophy y el Champions Trophy, ambos ante Holanda, hasta allí la número uno del ranking mundial.

“Nuestro objetivo es llegar de la mejor manera al Mundial. Hay tiempo para mejorar y aprender”, decía el Chapa la primera vez que Las Leonas “pararon” en la ciudad.

El plan de entrenamiento del profesor Luis Barrionuevo se denominó “Everest”, como el pico más alto del planeta, para que las chicas llegaran a la cima del deporte internacional.

Había tres etapas y en cada una de ellas había una media concentración en Rosario.

Por eso, cada vez que la selección entrenó en el Estadio Municipal o entrenó en el estadio de Calasanz y Urquiza, un centenar de fanáticas iban tras ellas.

Luciana Aymar, Soledad García, Rosario Lucchetti y Alejandra Gulla eran las más requeridas y, en mayor o menor medida, todas estuvieron a disposición para una foto o un autógrafo.

El primer gran impacto de Las Leonas en Rosario fue el 10 de marzo, cuando con victoria 2 a 0 ante Alemania estrenaron el césped sintético del Parque Habitacional Ludueña.

Pero no todas fueron rosas en aquella época. Es que el as de espada que tenía la selección, Lucha Aymar, sufrió una lesión que paralizó más de un corazón.

En el segundo test match ante las germanas, Lucha tuvo un fuerte esguince en el tobillo izquierdo que puso en duda su participación en el Mundial.

“Confiamos en su recuperación, ella es una persona muy fuerte y desea mucho poder estar en el Mundial ante su gente, por eso no tengo dudas en que llegará diez puntos”, afirmó Retegui después del encuentro.

Y así fue, tres meses después, Aymar ya estaba jugando otra vez. Y todavía faltaba lo mejor.

Antes del certamen más esperado, Las Leonas obtuvieron el tricampeonato en el Champions de Nottingham y, tras un comienzo irregular con una derrota y un empate, golearon en el partido decisivo a la selección naranja por 4 a 2. Era sólo un adelanto de lo que iba a pasar. El 29 de agosto y ante un marco imponente, Aymar encabezaba la fila de Las Leonas que enfrentaban a Sudáfrica en el primer partido del Mundial.

Con el nerviosismo lógico del debut, el poderío de la selección argentina tardó en aparecer pero los goles fueron llegando y con un rotundo 5-2 arrancó el camino hacia el título.

“En todas las competiciones el primer partido es el más difícil. Teníamos que sacarnos los nervios y las ganas de jugar. No podíamos cometer los mismos errores que en el Champions”, dijo Silvina D’Elía, la mendocina que con 24 años fue una referente de la defensa nacional.

Luego del debut pasaron los triunfos ante Corea del Sur (1-0), España (4-0), China (2-0) e Inglaterra (2-0) para clasificarse primeras e invictas en el grupo B.

En semifinales las esperaba Alemania, un equipo duro, áspero, que había dejado atrás a Australia en el grupo A y que no sería presa fácil.

“Sabemos cómo juegan y ellas saben cómo jugamos. Tenemos que estar concentradas y dar lo máximo. No podemos pensar en nada más que en este partido”, afirmó la mendocina Macarena Rodríguez, pieza de recambio constante en el esquema de Retegui.

Ante las germanas hubo sufrimiento, garra, buen juego y una protagonista excluyente: Luciana Aymar. Así, con nombre completo, porque Lucha convirtió una vez más un gol para meter a la selección en el partido más esperado. Fue 2-1 y en el último escalón esperaba Holanda.

“Aymar es una llorona, se la pasa protestando”, tiró desde el banco el DT holandés Hernán Kruis como para calentar la gran final.Del otro lado, con altura y también con puntería, Sole García y Charito Lucchetti dijeron: “No le tenemos miedo a Holanda”.

Y se notó. Argentina se llevó por delante a la tibia selección naranja y en menos de diez minutos ya estaba 2-0 arriba con goles de Noel Barrionuevo y Carla Rebecchi.

El estadio explotaba, todo era una fiesta. Las Leonas eran campeonas por segunda vez en su historia.

Pero no todo iba a ser tan fácil, es que el descuento de Paumen le puso suspenso al marcador y cargó de nerviosismo a todos.

Holanda presionó con todo arriba y dejó espacios atrás que fueron aprovechados por la cordobesa García, quien no pudo convertir pero le sirvió el rebote a Rebecchi para que, ahora sí, Las Leonas sentenciaran el juego con el 3-1 definitivo y pudieran gritar: campeonas del mundo.

Por voluntad, por sacrificio, por calidad humana e individual, el plantel comandado desde afuera por Retegui y desde adentro por Aymar, tuvo un 2010 imborrable y con la ciudad como testigo inscribió su nombre en la historia del hockey mundial.

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