Ciudad

Con prudencia y respeto

Desde Defensa Civil aseguran que se mide el comportamiento del río Iguazú para prever el del Paraná. Además se piden medidas para cuidar las viviendas isleñas controlando la velocidad de navegación.

En plena expansión del parque náutico en la ciudad, Defensa Civil advirtió sobre los cuidados que hay que tomar a la hora de incursionar río adentro. El director de ese organismo, Raúl Rainone, aseveró ante el El Ciudadano que “hay algunos indicios a tener en cuenta sobre el comportamiento del río. Hasta la semana pasada se hablaba de grandes posibilidades de que del Paraná empiece a bajar, según la altura y el flujo de caudal del río Iguazú. Los movimientos que haya en el Iguazú se notarán en Rosario en unos 25 o 27 días, y ésos son nuestros parámetros de medición”, reveló.

Pero aclaró: “Muchos no saben que en el medio de esos 25 o 27 días, en pleno traslado del agua, puede desatarse una tormenta en cuencas altas o intermedias. Además, si se registran sudestadas, significa que se frena la corriente del río. Toda esta variabilidad hace que tengamos una lectura irregular. No podemos hacer pronósticos a largo plazo porque si en el medio tenemos tormentas no podemos conocer la bajante del Iguazú. Cuando los términos son normales esto se puede evaluar: usamos los mismos parámetros que cuando fue la gran bajante”, explicó.

Respecto al auge de la navegación recreativa, Rainone aseguró que más allá de poder conocer nuevos espacios, se debe tener mayor cuidado en el contacto con los bichos que se trasladan en los camalotes. “No desestimemos los lugares que no conocemos”, sugirió.

 Mejor aprender en tierra

 Por su parte, el prefecto Sergio Charles aseguró a este medio que muchos de los que salen a navegar no toman las medidas de prevención necesarias. “La precaución recomendada es máxima y hacemos hincapié en que cuando hay alerta meteorológico se trate de no salir a navegar. De hacerlo, es buena idea comentar a sus familiares dónde se ubicarán los navegantes en caso de ser sorprendidos por una tormenta, porque mucha veces ha pasado que los familiares nos llaman y no saben por dónde estaba planeado el recorrido, lo que hace que la búsqueda sea mucho más difícil”, explicó.

“Esto se dificulta aún más con los kayaks”, reconoció el jefe de Operaciones de la Prefectura Rosario, aunque reconoció que muchos saben navegar y respetan las posibles inclemencias del río. “Algunos embarcados se suelen quedar, con buen criterio, del otro lado de la isla, pero la mayoría de los familiares no conocen su paradero”, dijo Charles refiriéndose a estos últimos.

Precisamente, respecto de los isleños, Rainone pidió respeto de parte de los navegantes, dado que aquellos que se desplazan a gran velocidad provocan con sus embarcaciones olas que golpean y erosionan los cimientos y pilotes de sus viviendas.

“Cuando el río tiene su altura normal, toda su marejada rompe en la barranca, pero hoy, con esta altura excepcional, ya no hay barranca que reciba las olas, y estas terminan afectando directamente las casas de los isleños”, apuntó. Y enfatizó: “Si bien ésta es una buena oportunidad para los navegantes, es un conflicto para los habitantes de la isla. Además, no olvidemos que el primero que ayuda al navegante en peligro es el isleño, así que me parece justo tener reciprocidad y cuidado con el oleaje que provoca la embarcación”, sugirió.

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