Ciudad

De acá

Con la magia en las manos

El juego de cartas Magic: The Gathering suma adeptos en la ciudad. Aseguran que se trata de una comunidad reconocida en todo el mundo aunque silenciosa. Dicen que existen jugadores en la ciudad pero falta más unión.


Con los ojos entrecerrados y aire misterioso, Facundo clava su mirada sobre el campo de batalla desparramado en una mesa. Sobre ella y en naipes ve criaturas, artefactos y encantamientos celestiales de su oponente que acechan a sus esbirros infernales, condenándolos de regreso a las profundidades del averno, de donde nunca deberían haber salido. El joven mezcla cuatro cartas en sus manos. La derrota, piensa Facundo, es inminente. Un último intento: sumar un nuevo naipe de la pila. Lo levanta, voltea y con una sonrisa maligna se dirige a su oponente: “Juan, si te lo ganaba en esta jugada te ibas a querer matar”. Facundo perdió la mano. Esta escena es parte de la cotidianidad de muchos jugadores que han formado una comunidad en la ciudad con eco en todo el mundo. Está basada en el juego de cartas Magic: The Gathering. El Ciudadano dialogó con un par de los mejores representantes del país, ambos de la región. Uno de ellos viajará a Estados Unidos en pocos días para representar a la Argentina en un campeonato mundial.

Facundo Conde es jugador de cartas Magic: The Gathering, creado en 1993 por el neoyorquino Richard Gardfield, un matemático y reconocido diseñador de juegos.

Entre los jugadores de Rosario Facundo es conocido por el apodo Chock. Tiene 21 años, y sólo con dos años de práctica consiguió meterse entre los ocho mejores del Gran Prix Buenos Aires 2015, un torneo con participantes de todo el mundo. Esta clasificación le dio a Facundo una plaza para competir en el Pro Tour, un campeonato a disputarse esta semana, entre el 16 y 18 de octubre en Milwaukee.

Con un estilo más introvertido, Juan Agustín Cuch se presenta como “el único juez Nivel 2”, una suerte de árbitro de partidas reconocido, que imparte justicia en la ciudad. Ambos se ofrecieron a disputar un encuentro con El Ciudadano.

“He jugado a otros juegos, pero nunca en este nivel de competitividad. Antes jugué Pokemon y conseguí estar como mejor rankeado de Rosario. Cuando me metí en el mundo Magic había diez que jugaban a mi nivel, otros veinte mejores. En Buenos Aires había otros 150 que jugaban veinte veces mejor que todos acá. Lejos de desilusionarme, eso me llamó la atención y me incentivó a quedarme”, contó Facundo.

Por su parte, Juan solamente se desempeña como árbitro o juez de las partidas. “En mi pueblo, Cañada de Gómez, era muy complicado conseguir cartas. Entonces nunca jugué a un alto nivel competitivo. Le empecé a enseñar a mucha gente pero cuando vine a Rosario me di cuenta que lo que me gustaba era otra cosa, no tanto jugar. Entonces, me agarró ganas de conocer las reglas del juego y cómo se organiza todo”, reveló Cuch.

Su labor no es sólo fiscalizar sino evacuar dudas de los jugadores y determinar las sanciones cuando se observa alguna irregularidad. También debe gestionar conjuntamente con otros jueces de Argentina los torneos de mayor trascendencia.

Un juego estratégico

Si bien jugar al Magic depende de una pequeña dosis de fortuna, a diferencia de otros juegos de cartas, no todo puede librarse al azar. Existen componentes que definen antes de la partida su destino. Los principales son el armado del mazo, que no tiene palos ni números como la española. En cambio hay personajes con características específicas y que puestas en juego con otras cartas, que evocan hechizos o escenarios, dan vida a la partida –ver recuadro–. Mucho del resultado de un juego depende de la estrategia destaque y defensa propuesta por los jugadores. “Lo que me gusta de la competición es poder desafiarme mentalmente con alguien que sabe lo que hace. Hay diferentes formas o niveles. No se trata sólo de jugar con lo que tenés en el campo de juego. También tenés que pensar en lo que el otro puede tener en la mano. Hasta tenés que jugar con lo que el otro piensa que vos tenés. Obviamente hay un poco de suerte. Son cartas, pero hay gente que traspasa el azar”, explicó Facundo, apodado Chock.

Un duro y gratificante camino

Facundo jamás imaginó que dos años después de haber empezado a competir iba a representar a su país en Estados Unidos. Su carrera comenzó cuando un amigo le enseñó a jugar y le prestó un mazo para competir en un torneo regional. La primera experiencia resultó por demás de desalentadora. Sin embargo, su verdugo intuyó que poseía potencial, lo invitó a enseñarle algunos secretos y en la actualidad se convirtió en un nuevo mejor amigo.

“Cuando arranqué lo veía como algo entre amigos pero hoy ya es algo que me une con mucha gente. Gracias a esto pude conocer mucha gente muy copada. Es una comunidad secreta que nadie conoce, pero que en todo el mundo es conocida”, comentó el joven entre risas. Para explicar esta unión ejemplificó: “En el partido decisivo de octavos de final del torneo en Buenos Aires venció a un jugador de Brasil. Según contó, en el lugar se desató la euforia no sólo de sus amigos sino de todos los argentinos que estaban presenciando el encuentro. Creo que fue el momento más emotivo del torneo”, apreció Facundo.

Para fomentar esa unión el joven invitó a todos los jugadores de <Magic< de la ciudad a sumarse a la comunidad <MTG Rosario< accesible a través de la red social Facebook.

“En Rosario no hay mucho movimiento a nivel competitivo. Si bien compramos nuestras cartas en otras tiendas especializadas, seguimos viendo que se venden en comercios los mazos. Eso quiere decir que hay muchos grupos pequeños que juegan pero no están agrupados en comunidad. Por eso invitamos a todos a que nos contacten a mí o a Juan para poder seguir conociendo gente que comparte los mismos intereses. En definitiva, de eso se trata la cosa”, concluyó Facundo.

Detalles de cómo se juega Magic

Magic: The Gathering es un juego de cartas. Pero lejos de la simpleza de las españolas o las de póker, que se pueden usar para distintos juegos, en esta caso las cartas “son” el juego. Pero además cada naipe es un complejo entramado: existen cuatro tipos de cartas que forman un mazo común: tierras, criaturas, artefactos y hechizos. Y estos últimos, a su vez, se subdividen en tres tipos: encantamientos, conjuros e instantáneos.

A su vez las tierras, también llamadas “maná” se subdividen en cinco tipos: pantanos, islas, montañas, llanuras y bosques.

La partida se lleva adelante por turnos entre dos contendientes, aunque existen otras modalidades con más participantes. Cada jugador posee 20 puntos de vida y el objetivo, claro está, es eliminar al contrincante, reduciendo sus vidas a cero.

El proceso, complejo para los ajenos, obliga a desplegar habilidad y estrategia. Es que en una batalla entre los contendientes se dirimen los valores de las criaturas y los hechizos, todos señalados con diferentes números en la parte inferior derecha de los naipes. Un naipe de criatura muestra cuanta fuerza y resistencia tiene la carta a jugar. Y además, la mayoría posee “habilidades” que pueden activarse en el momento en que ésta entra o sale del juego.

Por ejemplo, si una criatura de una categoría enfrenta a otra de diferente categoría le inflingirá un punto de daño. Pero la criatura vencida no morirá a menos que reciba un punto de daño adicional de alguna otra fuente, por ejemplo, un hechizo.

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