Año distinto. Escenario distinto. Mismos protagonistas. El mismo final. Rosario Central lo hizo de nuevo. Miguel Ángel Russo lo hizo de nuevo. Y esta vez fue a domicilio: 1-0 en el Coloso Marcelo Bielsa con un tanto de Franco Niell al minuto del complemento. El Canalla se volvió a quedar con el clásico de la ciudad, se erigió como el gran ganador de la temporada y encima se prendió en la conversación por el título.
La fiesta arrancó en el Parque pero terminó en Arroyito. La gente de Newell’s aportó un color impresionante al encuentro más importante del campeonato, pero al igual que en el 1-2 en el Gigante el torneo pasado, el equipo no estuvo a la altura. Alfredo Berti no estuvo a la altura.
Se impuso de nuevo Russo. Y con el mismo libreto del clásico anterior. Presión asfixiante sobre Bernardi y velocidad para salir de contra. Sin brillo pero con inteligencia, el Canalla construyó un triunfo que, a la hora de analizar lo hecho por uno y otro, fue inapelable. Méndez y Domínguez cortaron el circuito de juego de la Lepra en el medio, Niell y Abreu aportaron marca y sacrificio en todo el frente de ataque y la línea de fondo no se complicó nunca. Partido perfecto de Central, que hizo la diferencia con una corrida monumental de Delgado que el ex Gimnasia coronó mandando la pelota al fondo de la red con una precisa definición.
Perdió de nuevo Berti. Newell’s volvió a quedar atrapado en la red que le tejió el rival y dejó una flojísima imagen delante de su público. Solamente Guzmán se salvó de reprobar. Cero ideas, cero profundidad, cero variantes. Cero en casi todo para el local. Y sobre todo para el DT, que volvió a perder un clásico y con el mejor plantel que la Lepra tiene en muchísimos años.
El clásico fue una fiesta, pero el único que se fue con una sonrisa fue el Canalla. Y bien merecido que lo tiene.
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