Género

Informe

Cómo queda el mapa de las áreas de Género de Argentina


Silvina Molina
La provincia de Buenos Aires es la única de todo el país que mantiene con rango ministerial las políticas de género; Neuquén también sostiene el ministerio, aunque le adosó otros organismos y la Ciudad de Buenos Aires jerarquizó el área, mientras desaparecieron las carteras de Mujer, Género o Diversidad en Córdoba y Santa Fe, y se espera lo propio en Santa Cruz, según un primer mapeo que muestra que la institucionalización de las políticas públicas igualitarias y preventivas de las violencias se sustentan, con vaivenes, en distintos distritos del país.

“Lamentamos que la provincia de Buenos Aires sea la única que ha quedado con rango ministerial en Mujeres y Géneros. Se venía de un proceso de ampliación y hoy estamos en un retroceso”, dijo Estela Díaz, que juró por su segundo mandato al frente de la cartera bonaerense.

“De todas formas destacamos que siguen en todas las provincias estas políticas porque hay un recorrido, un reconocimiento de la importancia que tiene impulsar iniciativas para mejorar la calidad de vida de las mujeres, diversidades, porque hay una cultura institucional construida y se está sosteniendo a pesar del contexto nacional de retroceso, por lo menos en lo discursivo. Veremos cuando tengamos más detalles, quienes serán responsables de la absorción de lo que fue el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad”, agregó.

El primer Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de Argentina se inauguró en diciembre de 2019 y en una primera etapa estuvo al frente de Elizabeth Gómez Alcorta, que renunció en octubre de 2022 por diferencias con el gobierno de Alberto Fernández en el conflicto con mujeres mapuches, y fue reemplazada por Ayelén Mazzina.

Según se publicó en el Boletín Oficial, el Ministerio deja de existir –tal como había anunciado en campaña electoral el presidente Javier Milei– y será absorbido por el Ministerio de Capital Humano, que lo convertirá en una subsecretaría.

“Ministerios de Mujeres ¿realmente los necesitamos? La respuesta corta es: sí”, comienza un informe fechado el año pasado de la Iniciativa de Conocimiento sobre Género y Diversidad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Allí se destaca que estos organismos “tienen un rol fundamental en la construcción de capacidades al interior del Gobierno, en la creación de redes con actores no gubernamentales, y en la generación de evidencia sobre el estado de las brechas de género y la efectividad de los programas implementados”.

Y si bien el documento detecta “avances”, alerta de que “en general los ministerios de la región cuentan con estructuras débiles que ponen en riesgo la concreción de sus funciones. Datos presupuestarios de 2022 para cuatro países de la región indican que los ministerios de la Mujer representan solo un 0,18% de total del presupuesto nacional para el Poder Ejecutivo. Además de contar con un presupuesto limitado, estos ministerios suelen tener una planta de trabajo reducida”.

Efectivamente, el extinto Ministerio nacional representaba “el 0,2% del presupuesto anual” y “la planta de trabajadores y trabajadoras que lo integran es de las más bajas del Estado”, tal como informó en su mensaje de despedida la ex ministra Mazzina.

La investigación del BID incluye “un análisis longitudinal sobre estas oficinas en la región que muestra que, entre 1990 y 2016, la gran mayoría de los países mantuvo o aumentó la jerarquía de la oficina dedicada a este tema”.

Hasta la asunción de las nuevas autoridades en cada provincia, luego de las elecciones de este año en el país, en Argentina había cinco provincias que tenían ministerios específicos para políticas de igualdad: Buenos Aires, Neuquén, Córdoba, Santa Fe y Santa Cruz.

En la jurisdicción bonaerense se mantiene el organismo, en Neuquén pasó de ser de las Mujeres y de la Diversidad a de Desarrollo Humano, Gobiernos locales y Mujeres.

La ministra saliente neuquina es María Eugenia Ferraresso, reemplazada en el ministerio ampliado por Julieta Corroza, quien fue crítica de la gestión en el área de mujeres y géneros.

El disuelto Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad de Santa Fe, que estuvo a cargo de María Florencia Marinaro, pasó a ser Secretaría de Género y Diversidad Sexual, cuya titular es Alicia Tate y depende del Ministerio de Igualdad y Desarrollo Humano.

Tate es radical y una de las históricas militantes feministas del país que, entre otros temas, tuvo un rol fundamental cuando se debatió la ley de cupo femenino.

El Ministerio de la Mujer de Córdoba fue creado en 2019 bajo la responsabilidad de Claudia Martínez. Ahora, será una Secretaría y por el momento no hay mas detalles, ya que hay un proceso de reestructuración del Gobierno. El último ministerio provincial creado fue el de Santa Cruz con la denominación de Igualdad e Integración, surgido por ley en 2022 y estuvo a cargo de Agostina Mora.

Para Natalia Gherardi, directora ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), las políticas públicas “necesitan del impulso y el compromiso sostenido de autoridades con capacidad de gestión y conocimiento local. Si no se aplican considerando los contextos, las particularidades del territorio y de la población, corren el riesgo de no ser adecuadas o suficientes”.

“Por ejemplo, para abordar las violencias es imprescindible conocer las necesidades económicas y los contextos sociales: ¿Cómo se puede ayudar a una mujer a superar una situación de violencia en la pareja si no tiene ingresos, o posibilidades de insertarse en el mercado laboral? Una institución que tome la responsabilidad de diseñar e implementar las políticas para la igualdad de género debe coordinar su trabajo con otras áreas, pensar políticas integrales para dar respuesta a los problemas, facilitar los mecanismos para que se protejan los derechos”, añade.

CABA es una de las jurisdicciones que jerarquizó el área y apostó por la continuidad, ya que Carolina Barone, que era directora general de la Mujer desde 2021, será ahora subsecretaria.

También en Formosa se mantiene la Secretaría de la Mujer que estará a cargo de Patricia del Carmen Hermosilla, luego de varios años de gestión de Angélica García, y lo mismo ocurre en Tierra del Fuego, donde se sostiene la Secretaría de Mujeres, Género y Diversidad que ahora conducirá Amira Maslup.

La misma situación se da en Salta con la Secretaría de Mujeres, Género y Diversidad, donde reasumió Itatí Carrique, reconocida periodista feminista que va ahora por su segundo mandato.

En Tucumán, la Secretaría de Mujeres, Género y Diversidades es ahora Secretaría de Estado de la Mujer dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, y la titular es Yanina Muñoz, trabajadora social que conducía el Movimiento de Mujeres de la Matria Latinoamericana- MuMaLá (Libres del Sur), de visible compromiso con la agenda feminista.

Hay cambios en Río Negro, ya que la Secretaria de Políticas contra las Violencias por Motivos de Género es ahora subsecretaría conducida por Griselda Linares.

En Chaco, la Secretaría de Derechos Humanos y Género, ahora es Subsecretaría de Género y Diversidades, y su titular es Sonia Valenzuela, que depende del Ministerio de Gobierno y Justicia. La funcionaria es abogada y ha participado como querellante acompañando a víctimas de violencias y abusos.

Mientras que en Entre Ríos la Secretaría de Mujeres, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, pasará a denominarse Secretaría de Fortalecimiento Personal, Familiar y Comunitario.

La abogada Soledad Deza, presidenta de la ONG Mujeres x Mujeres con sede en Tucumán, comentó que “las políticas publicas cierran las brechas que existen entre las leyes y las realidades de cada persona. Sin políticas de género no hay igualdad posible. Son derechos en acción”.

La ministra Diaz señaló que “tener rango de gestión permite que la transversalidad en el conjunto de las políticas de gobierno sea mas efectiva y que se pueda dialogar con las y los principales decisores políticos de cada jurisdicción, sea a nivel nación, provincias y municipios”.

Diaz pidió que “el Estado nacional sostenga la línea 144 (de asesoramiento ante situaciones de violencia) y programas como el Acompañar, que sostienen a quienes sufren violencias, y las políticas de salud sexual y reproductiva. Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada, las leyes y los derechos hay que garantizarlos con políticas publicas, no las garantiza el mercado, el mercado desiguala”.

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