Policiales

Dos acusados en el banquillo

Comienza juicio por el homicidio del tractorista

La víctima, oriunda de Chabás, fue asesinada tras encontrarse con una mujer en Pérez. La mujer –ya firmó un abreviado– reconoció que quería darle un susto pero a los agresores "se les fue la mano". Dos de ellos serán enjuiciados a partir de este jueves. La Fiscalía pide prisión perpetua para ambos


Adrián Intilángelo tenía una relación esporádica con una trabajadora sexual de Pérez. Ese fue el único dato que pudo brindar su familia a la Fiscalía. El tractorista de 49 años salió de Chabás en su utilitario y no regresó. Lo encontraron asesinado días después, a fines de marzo de 2015. El cuerpo estaba calcinado a un costado de un camino rural cerca del viejo camino a Soldini. La pesquisa, con el único dato que tenía, investigó sobre los encuentros que Intilángelo mantenía en la vecina localidad y dio con la trabajadora sexual. Ella contó que quería darle un susto y habló con algunas personas “a las que se le había ido la mano”. Dos de los implicados fueron identificados y junto con la mujer terminaron imputados. Ella aceptó un juicio abreviado con una condena condicional por amenazas. Los otros dos fueron acusados y este jueves comienza el juicio oral en su contra. La Fiscalía solicitó prisión perpetua para el dúo por el delito de homicidio doblemente calificado. El tribunal estará integrado por los jueces Román Lanzon, Rodolfo Zvala y Mónica Lamperti.

A fines de marzo de 2015, Intilángelo se comunicó con la mujer que solía ver; era una relación poco formal. Quedaron en encontrarse en Pérez, la ciudad donde la chica residía. El 27 de marzo su familia radicó una denuncia: Intilángelo no había regresado. El cuerpo apareció al día siguiente calcinado en un camino rural paralelo a la avenida de las Américas y el viejo camino a Soldini, pero su Renault Kangoo no estaba. Según se logró reconstruir, los atacantes tomaron el vehículo y se fueron hasta la casa de la víctima, donde robaron algunas pertenencias de valor. Volvieron a Pérez y la prendieron fuego.

La familia de Intiángelo sólo sabía que se veía con una trabajadora sexual de Pérez y con ese dato comenzó la investigación. Primero dieron con una mujer, D.P. Aunque luego de dos días se determinó que no era a quien buscaban. Ubicaron las trabajadoras sexuales de la vecina localidad e intervinieron algunos teléfonos, explicó una fuente vinculada con el caso. Así lograron escuchar la conversación de dos hermanas. Una le dijo a la otra que Lourdes le contó que no andaba bien con Intilángelo y quería pegarle un susto con unos tipos y se le fue la mano.
Con esta información determinaron que Lourdes en realidad era Daiana Claudia Zorat. En su declaración, la mujer contó que era amiga de Cintia, a través de ella conoció a su hermano, Pablo Spadoni, y a su ex pareja, Carlos Montenegro, alias Cordobés. La mujer aceptó que quería darle un susto a Intilángelo y pactó un encuentro.
La víctima la pasó a buscar, le regaló chocolates y un perfume. Se trasladaron hasta un camino rural y allí fue sorprendido por tres hombres. Luego de algunos forcejeos lo balearon en el tórax y la cabeza y lo apuñalaron. Finalmente prendieron fuego el cuerpo.

Según Zorat, la obligaron a subir a la Kangoo y la amenazaron de muerte para que los llevara a la casa de Intilángelo, de donde se llevaron televisores, una consola de videojuegos, un equipo de música y una filmadora. Antes de irse se tomaron algunas cervezas y volvieron en el utilitario a Pérez, donde lo prendieron fuego.

Dos meses después del hecho Zorat y su amiga Cintia fueron imputadas. La primera por el homicidio y la segunda por encubrimiento. En su casa se encontraron pertenencias de la víctima. Ambas lograron un arresto domiciliario que Zorat quebrantó, aunque volvió a caer en agosto de 2016.

En marzo de ese mismo año Cintia aceptó un acuerdo abreviado por encubrimiento. El juez Carlos Leiva homologó la presentación y la condenó a tres años de prisión en suspenso y cuatro años de cumplimiento de reglas de conducta.

En noviembre de 2015 fue detenido en una empresa de Rosario donde trabajaba Carlos Montenegro, alias Cordobés y en febrero de este año cayó Pablo Rubén Spadoni. Ambos fueron imputados por homicidio doblemente calificado por el uso de arma y criminis causa (matar para ocultar otro delito), más robo calificado.

A mediados de este año Zorat aceptó un procedimiento abreviado. Fue condenada a tres años de prisión en suspenso como partícipe necesario del delito de amenazas coactivas calificadas, agravadas por el uso de arma de fuego. Con esta decisión solo quedaron acusados por el crimen los dos hombres; el tercero nunca fue identificado.

Ahora ambos se encuentran a un paso del juicio oral. El debate comenzará este jueves. Ambos están acusados por el fiscal Florentino Malaponte por homicidio calificado y robo. Enfrentan un pedido de pena de prisión perpetua. Las defensas estarán a cargo de Juan Ubiedo y la defensora oficial Andrea Siragusa.

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