Ciudad

Cloacas tapadas y bronca

Por Laura Hintze.- Desde hace cuatro meses habitantes de la zona de Riccheri, Gálvez, Virasoro y avenida Francia conviven con un corralito de Assa de donde surge olor nauseabundo. Quejas a la empresa.


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“Si quieren, juntamos moneditas para que Aguas Santafesinas arregle el caño”. La determinación de los vecinos –expresada en una suerte de chiste– es contundente, y la razón no es menor: hace cuatro meses que tienen las cloacas tapadas, olor nauseabundo y el riesgo permanente de que sus casas vuelvan a inundarse con cada lluvia. Ocho vecinos de la manzana comprendida por Riccheri, Gálvez, Virasoro y avenida Francia se reunieron ayer con El Ciudadano con la intención de “apelar a la prensa para que alguien nos dé una mano”.

En el medio de la intersección de las calles Riccheri y Virasoro hay un corralito de Aguas Santafesinas (Assa) que emana un olor nauseabundo. Con sólo asomarse, se entiende el hedor: el agua está estancada hace meses, la basura flota en el bache, hay moscas, y, claro, muy mal olor. La historia se repite: caños tapados o rotos, decenas de reclamo que no llegan a ningún lado y vecinos enojados por la situación en la que están viviendo desde hace meses.

“Vivo en Francia entre Gálvez y Virasoro. Estamos así desde la lluvia fuerte de diciembre. Fui a Aguas Santafesinas y me tomaron el reclamo. También me mandaron al Enress (Ente Regulador de Servicios Sanitarios) y allí también me tomaron el reclamo. Siempre llamamos y nos dicen lo mismo: que van a reiterar el trámite. Pero nunca vienen. Hace poco mandaron un camión para desagotar las cloacas pero nos dijeron que hasta que no arreglen el corralito no hay solución”, relató Carlos, uno de los vecinos que tomó el mando del reclamo.

Las instancias de reclamo se están terminando para las familias de la zona. “Nuestras casas están contaminadas, es un riesgo para nuestra salud. En verano no podemos abrir las ventanas por el olor que hay y cuando se larga a llover tenemos el corazón en la boca. Con todo, tenemos las boletas de Assa al día”, explicaron vecinos y vecinas de todas las edades. Hace cuatro meses que el corralito en cuestión está instalado en – literalmente – en el medio de la calle. Según explicaron los vecinos, hay un caño maestro roto que tiene que arreglarse para luego solucionar el problema en las cloacas. Un dato no menor: durante días la luz de la calle estuvo cortada en la zona, y el obstáculo pasó a ser invisible, no ocurriendo un siniestro de milagro.

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