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Certificado para no hablar

El abogado imputado de asesinar a Andrés Arduvino declinó ampliar indagatoria: presentó escrito firmado por un médico que indica que está bajo tratamiento psiquiátrico que le impide responder preguntas.


A casi dos semanas del crimen de un joven de 23 años en el interior de un departamento ubicado en la planta baja de un edificio de Montevideo al 1600 se siguen sumando dudas, interrogantes y hechos que entorpecen la investigación. La última novedad se dio ayer, cuando el abogado Fabián Casarini, quien hace 12 días asesinó a puñaladas a un muchacho dentro de su departamento aduciendo que se defendió de un ladrón, fue citado por la Justicia para ampliar su declaración indagatoria, pero la medida se vio frustrada luego de que el profesional del derecho presentara un certificado médico en el que indica que se encuentra bajo un tratamiento psiquiátrico que le impide responder preguntas. De esa manera, la fiscal Cristina Herrera (quien solicitó extender el secreto de sumario) no pudo despejar dudas en relación con una serie de irregularidades que surgen de la investigación y de la versión del letrado, diametralmente opuesta a la esgrimida por los familiares de la víctima, quienes desmienten que Andrés Arduvino haya ingresado al domicilio forzando una abertura.

Fuentes judiciales informaron que Fabián Casarini sólo respondió dos preguntas que no estaban directamente relacionadas con el crimen y luego se abstuvo de declarar. Una de ellas fue en referencia a elementos faltantes en la escena del crimen que surgieron de una segunda inspección ocular realizada días atrás en la planta baja de Montevideo al 1600. Casarini reconoció ayer que luego de que la Policía se retirara de su casa volvió a ingresar y sacó algunas de sus pertenencias. El abogado —que está imputado de homicidio simple— alegó desconocer que no podía entrar a su casa o que, en su caso, debía dar aviso a las autoridades.

En ese sentido, voceros del caso dijeron que los faltantes fueron una computadora portátil, un teléfono celular y un par de zapatillas, elementos que en la mañana de ayer quedaron secuestrados en la causa, luego de que la jueza de Instrucción Mónica Lamperti le diera dos horas a Casarini para que los presentara en su tribunal.

La otra pregunta que respondió el abogado no fue informada, aunque una fuente allegada a la investigación informó que estaba destinada a despejar si antes de la llegada de la Policía “se modificaron pruebas”. Tras la respuesta del letrado, trascendió que se ordenó otro paquete de medidas a realizar.

En relación con las pericias realizadas anteayer en una de las ventanas del departamento que dan a la calle, donde había un barrote sacado y varias manchas de sangre, la fiscal dijo que según su percepción —ya que los resultados de las pericias todavía no fueron agregados a la causa— podrían coincidir con las dos versiones. En ese sentido refirió que por el estado de oxidación de los barrotes pudieron haber sido arrancados con fuerza, o limados. La funcionaria solicitó además una prórroga de diez días del secreto de sumario, medida que ahora deberá resolver la jueza Lamperti.

Andrés Arduvino ingresó a la guardia del hospital Provincial poco antes de las 3 del domingo 8 de abril pasado. Tenía alrededor de nueve cortes en distintas partes del cuerpo, dos de ellos en los testículos, –según la autopsia– y los médicos solo lograron mantenerlo con vida dos minutos. Según su concubina, alrededor de las 2, Andrés le había dicho que lo esperara en la esquina de Montevideo al 1600 porque tenía que pasar por un estudio. Minutos después, la joven dijo que escuchó ruidos y cuando se acercó, oyó a su pareja gritar “me están matando”, y luego que la persona que lo tenía reducido se “lo tiró” por la ventana.

La versión de Fabián Casarini fue muy distinta. Dijo que se encontraba solo en su domicilio cuando cerca de las 2 escuchó un ruido, y se topó con un extraño dentro de su casa, que tenía un cuchillo. El abogado dijo que logró sacarle el cuchillo y defenderse, para luego tirarlo por la ventana que según sus dichos, había sido violentada por el extraño. El arma blanca nunca apareció en la escena del crimen.

Una de las irregularidades que surgieron en el expediente fue que cuando la Policía llegó al lugar respondiendo a un llamado que salió de la vivienda de Casarini al 911, minutos después de las 3 del domingo de Pascuas, los uniformados se encontraron con el abogado que terminó imputado de homicidio junto al letrado Darío Kantor, y que ambos impidieron el ingreso de los agentes a la vivienda. Los uniformados volvieron al lugar a las 6, y como no había nadie; fueron a la casa de Kantor a pedirles que les abriera el domicilio de Casarini, quien ya no estaba en el lugar y recién se presentó en sede judicial 48 horas después.

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