Desde hace ya varios años por Arroyito se dijo en más de una ocasión: “Central tocó fondo”. Pero el equipo que conduce Miguel Ángel Russo se encarga de demostrar que esta frase es errónea. Ayer cayó ante un equipo que todavía está más cerca del Argentino A que de la B Nacional. Sin embargo, el humilde Douglas con sus armas se encargó de vapulear al Canalla en el ya no tan mítico Gigante de Arroyito.
Central fue un equipo inexpresivo, solamente liderado por un par de juveniles como Nery Domínguez y Fernando Coniglio.
El arranque fue más de lo mismo, el conjunto de Russo salió decidido a buscar el resultado, pero en la primera que tuvo el rival lo lastimó. Yacuzzi dejó libre su sector y allí Douglas encontró inmerecidamente, hasta ese momento, el primer gol de la tarde.
Central fue a buscar la igualdad y a pesar que tuvo cinco situaciones claras de gol se fue al vestuario perdiendo.
Russo retocó las cosas en el vestuario: mandó a la cancha a Talamonti y García, dejando en las duchas a los fácilmente reemplazables de Yacuzzi y Freitas.
De arranque, Medina encaró por la derecha y habilitó de buena manera a Coniglio, que de cabeza marcó el empate.
Cuando el encuentro era dominado por Central, apareció Casteglione. El ex Arsenal quedó ridiculizado por Alba que, tras un caño al defensor, remató al arco de Caranta que quedó sin resistencia porque el balón pegó en Valentini.
Los insultos de los hinchas hacia los jugadores y técnico no tardaron en llegar. Y esto repercutió en los futbolistas que intentaban llegar a la igualdad, aunque sin muchas ideas.
En una de las últimas del partido, Casteglione hizo una de caricatura y le sirvió el tercero a la visita.
Central no solamente perdió, sino que se mostró como un equipo híbrido. Y este resultado acotó, sin dudas, el crédito de su entrenador.
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