La idea de Reinaldo Merlo era clara. Luego de reconocer su error en el planteo ante San Martín de San Juan, frente a Belgrano plantó un 4-4-2 bien definido. Con ese esquema salió a presionar desde el minuto inicial. Y esa presión empezó a dar resultados. A los 10, Martín Rivero rescató un rebote y su derechazo se clavó al lado del palo derecho de Olave.
Con la ventaja merecida, Central perdió la pelota y Belgrano comenzó a despertar. Como ante los sanjuaninos, Valentini y Braghieri no daban garantías, y sus espaldas eran presa fácil de las corridas del Picante Pereyra.
Y así fue como un largo pelotazo, con Braghieri descolocado, dejó a Pereyra cara a cara con Broun. El delantero eludió al arquero y definió cruzado para marcar el empate a los 24.
De todas maneras, en los pies de Rivero Central encontraba huecos y llegaba con peligro al arco defendido por Olave. Lo tuvo Guizasola, pero encontró el travesaño. Toledo cabeceó un lindo centro de Shaffer, pero se fue apenas afuera.
En la segunda parte, el local entró con otra actitud. Y por momentos fue superior al canalla. Los volantes del Pirata le ganaban la pulseada a Paglialunga y Rivero ya no era el mismo que en la primera parte.
El partido entró en un terreno de lucha, pelea y nerviosismo. Shaffer fue el abanderado y siguió en cancha porque Favale le perdonó la vida, y hasta que Merlo decidió reemplazarlo por Danelón.
Y a Central le falta rodaje, como mencionó Merlo, pero también algo de oficio. Belgrano, con muy poco le creó varias situaciones y convirtió a Broun en figura. El arquero le tapó a Pereyra primero y después se volvió a lucir cuando Mahecha entró solo por derecha.
Central rescató un punto en Nuevo Alberdi. Tuvo un buen primer tiempo, pero falló en todo en el segundo. Y seguramente Merlo se fue preocupado por el bajón futbolístico de su equipo en el complemento. Será cuestión de esperar el transcurrir del torneo para saber si este Central puede vestirse de verdadero candidato. Por ahora sigue en deuda.
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