Los penales fueron la salvación. Caranta atajó el último de River a Uribarri, y Abreu hizo el que tenía que hacer, acaso justificando en esa jugada su presencia en la cancha. Central pasó a River, no importa si lo mereció o no. River, quedó eliminado y eso es lo que cuenta.
Central tuvo un arranque desilusionante. Esperando a River, y los pibes se fueron soltando con la base de los mayores. Tratando de jugar y desde la posesión de pelota. Central fue tibio, se tranquilizó ante la poca profundidad del Millo y se repitió con los pelotazos a Abreu, que casi nunca fueron dominados por el uruguayo.
Hubo que esperar 23 minutos para ver un centro coherente de Aguirre, que fue cortado por Chiarini cuando Abreu esperaba en el segundo palo. Muy poco para un equipo de titulares que enfrentaba a otro de suplentes. Cuando Simeone rompió el travesaño y Sánchez pateó apenas desviado, y luego Caranta se lució ante Driussi hubo sensación de alivio. Había pasado el primer tiempo sin goles, y River fue mucho mejor.
Central cambió y tuvo su momento en los primeros veinte del complemento, fue la actitud el secreto. Lo llevó por delante pero chocó con Chiarini, determinante en una atajada ante Valencia. Marcelo Gallardo entendió que el partido se complicaba y mandó a la cancha a dos titulares, Rojas y Mora. Esto motivó a los demás y el Millo fue recuperando su mejor forma. El final llegó de manera inexorable, con River buscando y Central aguantando, pero fue Abreu quien desperdició la más clara tras un rebote de Chiarini. Después, entre Caranta y Abreu definieron el partido a favor de Central. Jugó mal, es cierto, pero ganó y sigue vivo en la Copa Argentina. Y ahora esperará rival entre Argentinos y Estudiantes de Caseros.
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