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Central: Botar hace agua

Detectaron una serie de irregularidades en el manejo del puerto deportivo auriazul. La duda de Mostaza Merlo pasa por el Kily

El puerto deportivo de Rosario Central genera un importante ingreso para la tesorería del club. Ubicado en la zona costera lindante al Gigante de Arroyito, Botar permite recaudar unos 200 mil pesos limpios por mes a partir del alquiler de espacios para guardar embarcaciones. Pero la actual dirigencia detectó una serie de irregularidades que desde hace un tiempo afectan la administración y el normal funcionamiento de la guardería náutica. Y este hecho fue el que motivó a la secretaría del club a intervenir Botar.

Si bien todavía no existe un informe oficial acerca de las irregularidades detectadas, El Hincha accedió a un informe preliminar, en el que se detallan varios ilícitos. Entre ellos, cobro dispar de alquileres a embarcaciones similares, un alto nivel de morosidad de dueños de embarcaciones para los que no está prevista sanción económica alguna, la falta de coincidencia entre la cantidad de embarcaciones que figuran en el sistema informático de Botar y las que están alojadas realmente en la guardería, además de anomalías en cuanto al alquiler de un local que funciona en el mismo lugar de manera independiente a la guardería.

Según lo que surge del sistema informático en el que el encargado Carlos Degiorgi llevaba la cuenta de las camas en uso, Botar tiene unas 400 embarcaciones alojadas. Aunque la guardería posee espacio para 500. De todos modos, se detectaron más de 15 lanchas que no figuran en el sistema. Lo que abre al menos un par de posibilidades: o no les cobraban alquiler, o el dinero cobrado nunca llegó a Central. Tampoco existe registro cierto de cuándo se cobran las cuotas. Además, hay una alta morosidad, la cual no tiene prevista sanción alguna. Por lo que figura en el sistema, jamás se habrían cobrado intereses o multas por el pago tardío de los alquileres cuyos valores, comparados con otras guarderías, están desactualizados. Actualmente los alquileres fluctúan, según el tamaño de la embarcación, entre los 400 y los 600 pesos.

La administración de la Guardería cuenta con un sistema informático muy precario, y no tiene vinculación ni control directo on line con el club. Hasta ahora, Botar se viene manejando como un área de negocios en la que el club no tiene ingerencia. Pero Central sí se hace cargo de los gastos de empleados, roturas de embarcaciones, entre otros. Además, insólitamente, la guardería no tiene seguro por responsabilidad civil.

Durante el gobierno anterior, el dinero recaudado por Botar se destinaba directamente a gastos del country de Arroyo Seco, otra subsede de Central que hoy también se encuentra bajo investigación. Es decir que la plata no pasaba por la tesorería del club.

La falta de mantenimiento del lugar llama poderosamente la atención. Y esto no tiene que ver con cuestiones económicas, ya que hay temas que se podrían haber solucionado sin una erogación de dinero importante. Como ejemplo cabe marcar que desde hace un buen tiempo se suceden problemas eléctricos en la guardería, de los cuales el encargado estaba al tanto. Sin embargo, nunca los afrontó. Es más, según gerentes de la EPE (Empresa Provincial de Energía) hubo no menos de 15 avisos sobre estos inconvenientes que, ahora, generaron problemas con el medidor.

En el predio del puerto náutico funcionan además dos locales comerciales: un taller de servicio náutico (Náutica Full Time) y un restaurante (Marró). En el taller trabajaría entre otros el hijo del encargado Degiorgi, usando la electricidad del lugar sin abonar un peso. Además, pagaban un supuesto alquiler a la misma guardería. Aunque nadie encontró contrato de alquiler alguno para constatarlo.

En cuanto al restaurante, que abona un alquiler con contrato en vigencia, quien maneja la explotación del mismo solicitó varias veces la colocación de un medidor de energía particular para su comercio. Pero nunca se atendió su pedido.

Dentro de la información extraída de la PC se encontró también un listado de kayaks que no estaban alojados en Botar. Además, apareció un listado de precios para presentar a los clientes correspondientes a otra guardería. En otras palabras, se hacía publicidad de otra guardería que tendría vinculación directa con el encargado de Botar, Degiorgi, que además es empleado de Rosario Central.

Por último, y sin razón aparente, desde 2007 no se paga más la tasa municipal, cuando justamente desde entonces se le dio a Central el uso del predio por 10 años.

Esta falta de pago genera hasta la posibilidad de pérdida del anexo del predio del club, donde también funcionan cocheras.

Muchas de estas irregularidades que constan en este informe fueron detectadas en su momento por gente de Mística Canalla, durante el gobierno anterior. Inclusive, se presentó una carpeta con detalles sobre el manejo de Botar en comisión directiva. Pero la dirigencia de turno descartó el informe, que de alguna manera dejaba expuesto a uno de los vicepresidentes de la comisión que encabezaba Horacio Usandizaga, Daniel Viliguer.

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