Central mantuvo su costumbre de ganar. El receso veraniego no interrumpió su andar, no lo afectó. Todo lo contrario. Ayer, en su primera presentación oficial de 2013, el Canalla estiró a siete la racha de éxitos que inició el año pasado. Y si bien el equipo de Miguel Ángel Russo no brilló, fue justo vencedero sobre Deportivo Merlo en cancha de Almagro.
No le sobró nada. Tal vez el 2-1 final sea la máxima prueba de ello. Pero Central volvió a exhibir virtudes indispensables para mantener intacta la ilusión de lograr el objetivo: la vuelta a primera .
Ambición, para salir a buscar el resultado; personalidad, para tratar de sobreponerse a situaciones adversas; y oficio, para sacar provecho de la flaquezas del rival de turno. Con estas cualidades como estandartes, el Canalla volvió a dar otro paso firme en el camino hacia el ansiado ascenso.
Central encontró ayer en el oportunismo de Medina, la posibilidad de abrir el partido antes del primer cuarto de hora. Y supo trabajar la ventaja. Caranta fue un espectador en la primera parte.
El Canalla tenía a Merlo bajo control. Y flotaba la sensación de que el local sólo podía complicar en alguna jugada con pelota detenida. Y fue así. En uno de los pocos descuidos defensivos del auriazul, en los albores del complemento, el Charro igualó.
Pero el equipo tuvo poder de reacción. Y encontró su premio en la guapeza de Toledo, que llegó al gol cuando la historia se complicaba. Terminó sufriendo Central. Mirando el reloj, con dientes apretados. Tal vez pudo resolverlo mejor, y este haya sido un defecto a señalar en la victoria. Pero es así, perece que, sino sufre, no vale.
Ganó Central, y mantuvo esa sana costumbre, la que adoptó en el final del año pasado. Así, se mantuvo en zona de ascenso y sigue sin depender de nadie para llegar al objetivo. Es dueño de su destino, nada más y nada menos.
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