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Cannabis, obstetricia y lactancia: la ciencia contra los estigmas

Desde la Red de Cannabis de Uso Medicinal e Industrial del CONICET (RACME) explican qué pasa con las personas gestantes que usan marihuana

“La pregunta de las mujeres, cuando preguntan en el consultorio, es: ¿puedo fumar de vez en cuando cannabis?, ¿afecta a mi bebé si estoy en tratamiento con cannabis?, ¿puedo usar cannabis sin problemas si doy la teta?”. Silvina Vulcano, médica tocoginecóloga especializada en cannabis, comparte estas interrogantes con la clase del Posgrado de Cannabis de la Universidad Nacional de San Luis, dictado por integrantes de la Asociación de Usuaries y Profesionales para el Abordaje del Cannabis (Aupac) de Rosario. Meses antes Vulcano había acompañado a la Red de Cannabis de Uso Medicinal e Industrial del CONICET (RACME) a responder estas preguntas, pero ya no en el consultorio sino ante la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) luego de algunos casos donde trabajadores de la salud habían separado a mujeres y personas gestantes de sus recién nacidos. 

Un quiebre

El 25 de junio de 2022 Ludmila Melo fue separada de su hijo recién nacido, Zen, en el Hospital Materno Natal de la capital cordobesa. Quienes trabajaban allí habían activado el protocolo “Mamás en consumo”, destinado a embarazadas con problemáticas de drogas, y le había impedido darle la teta durante las primeras 93 horas de vida de su hijo. Poco importó que Melo había firmado una declaración jurada antes del parto explicando que estaba inscripta en el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann) y que usaba cannabis para tratarse por una neuralgia del trigémino, una patología conocida por su principal síntoma: dolores como descargas eléctricas que detonan en el rostro. La madre llamó a la ONG Alpakamasca Mujeres Cannábicas de Córdoba, quienes intercedieron para revertir la decisión del hospital, cuyos directivos más tarde declararon que no conocían del Reprocann.

Usar cannabis y gestar en debate

Pocos meses después, en noviembre de 2022, integrantes de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) disertaron en un espacio formativo para profesionales llamado «Cannabis y Lactancia”, cuyas exposiciones levantaron preocupación en quienes trabajan en salud de personas gestantes con la planta como aliada.

Para aportar información y derribar algunos mitos, desde la Red de Cannabis de Uso Medicinal e Industrial del CONICET (RACME) enviaron un informe al SAP, donde explicaron sobre gestación y cannabis en base a un metanálisis de 2016, que había cruzado 24 estudios distintos a mujeres gestantes. Allí escribieron:

  • Que muy pocos estudios mostraron alguna asociación, negativa o positiva, entre el uso de cannabis durante el embarazo y el niño; 
  • Que los efectos de la exposición al cannabis en el útero sobre los parámetros de crecimiento fetal y otros resultados, es decir, la duración de gestación y parámetros antropométricos, no se demostraron; 
  • Que las personas que usaron cannabis durante el embarazo tenían un aumento en la probabilidad de presentar anemia. Sin embargo, solo uno de los estudios que mencionan mayor riesgo de anemia mostró un aumento significativo en las probabilidades de tener dicha condición; 
  • Que la puntuación de Apgar – una prueba para evaluar a recién nacidos poco después de su nacimiento– fue la evaluación neonatal más discutida, ya que no se demostraron asociaciones significativas entre la exposición intrauterina al cannabis y las puntuaciones de Apgar y que se necesitan más estudios para determinar la asociación entre el uso de cannabis y los parámetros de crecimiento fetal. 
  • Que a pesar de ello, se halló que los recién nacidos expuestos al cannabis intraútero, tuvieron una mayor internación en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN/UCI) de manera preventiva, aun con parámetros clínicos normales, lo cual representa costos asociados. 
  • Que las personas gestantes podrían beneficiarse de poder conversar los posibles riesgos, a pesar de la falta de robustez en la evidencia científica sobre los efectos del uso de cannabis durante el embarazo. 
  • Que a medida que el consumo de cannabis sigue siendo socialmente aceptado en muchos países, comprender los posibles efectos sobre la salud materna y fetal debería convertirse en una estrategia en el control prenatal.

“Cuando se piensa en gestación y lactancia, las personas quieren saber si va a haber un retardo de crecimiento intrauterino, si va a haber una disfunción placentaria y si voy a tener un niño pequeño. Por otro lado, quieren saber qué pasa intraútero con el neurodesarrollo”, explica Vulcano y completa: “Lo importante es que puedan hacer estas preguntas porque las personas van al cannabis por relajación, ansiedad, náuseas, insomnio y no quieren usar opioides, más allá de quienes ya tienen tratamiento en cannabis por otras afecciones”.

Otra revisión científica hecha en 2018 en Canadá concluyó que “realizar investigaciones sobre el tipo de cannabis consumido (ya sea inhalado o ingerido), la frecuencia de exposición y si esto ocurrido antes o durante el embarazo sería útil para respondiendo algunas preguntas importantes sobre el impacto de la dosis, la vía y el momento de la exposición sobre los resultados perinatales. Comprender el impacto del consumo de cannabis durante el embarazo en los resultados perinatales es esencial para desarrollar pautas para el consumo de cannabis durante el embarazo”.

Relación entre la lactancia y el uso de cannabis

Según informaron desde la RACME, la guía de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Canadá y el colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, desalientan específicamente el uso de cannabis durante la lactancia y expresa que las mujeres que amamantan deben ser informadas sobre el potencial riesgo de exposición infantil a metabolitos de cannabis. Sin embargo, ninguna de las guías recomiendan no amamantar en presencia del consumo de cannabis.

Apoyaron esta definición en el artículo de revisión de estudios de 2017 llamado Marijuana and Breastfeeding:Applicability of the Current Literature to Clinical Practice. Los temas a revisar fueron: efecto del THC –uno de los componentes psicoactivos más conocidos del cannabis– en la madre; transferencia de THC a leche materna; efectos del THC en el bebé. 

En el texto citado por la RACME figura que “los rangos de prolactina –hormona ligada a la producción de leche– disminuyeron en promedio un 50%, pero se sostuvieron dentro de los rangos normales para mantener la lactancia”.

También se señala que “el THC se transfiere a través de la leche materna, pero que los valores cuantificados presentan una alta dispersión corporal”. Además, se incluye que “el desarrollo psicomotor y neuroconductual no se vio afectado al año de vida” y que “se requiere un estudio bien diseñado con un tamaño de muestra grande, factores de confusión mínimos y una asignación cuidadosa de un grupo de control apropiado”.

Finalmente, figura que “con base en la información disponible, en el caso en que una madre se presente en la sala de partos e informe el uso de marihuana o dé positivo en la prueba de marihuana, el médico debe asesorar a la madre cuidadosamente sobre el uso de esta sustancia durante la lactancia y la importante falta de datos de seguridad en este momento. Aunque se debe alentar a las madres a evitar la marihuana o limitar su uso durante la lactancia, la decisión final depende en última instancia de cada mujer”.

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Recomendaciones sobre cannabis, lactancia y cuidados

Desde Racme explicaron que aunque se debe hacer todo lo posible para sostener la lactancia en las personas con trastornos por consumo problemático, la decisión al respecto debe ser evaluada y consensuada caso por caso. “Se debe alentar a las personas con trastornos por uso de sustancias psicoactivas a amamantar a menos que los riesgos superan claramente los beneficios. Se debe motivar y apoyar a las personas que amamantan y que consumen alcohol u otras drogas para que dejen de consumirlos. Sin embargo, el uso de sustancias no es necesariamente una contraindicación absoluta para la lactancia materna”.

Finalmente, escribieron: “Cada caso se debe evaluar riesgo y beneficio de todas las intervenciones, no juzgar o realizar valoraciones morales y/o punitivas que alejan a las consultantes y brindar la mejor atención posible. En el particular caso de que exista consumo problemático de esta u otras sustancias, las intervenciones desde la reducción de riesgos y daños son las que muestran mejores resultados, existen protocolos al respecto, y la separación del vínculo niño-madre debe ser evitado”.

Drogas y cuidados

En 2020 fue sancionada la ley 27.611 de “Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia”, conocida como Ley 1000 días para proteger, fortalecer y acompañar el cuidado integral de la vida y la salud de las personas gestantes y menores de edad en sus primeros tres años. 

En la versión revisada de las recomendaciones de esta ley que se dan a trabajadores de la salud figura que “desde hace más de 100 años que se reconocen los efectos teratogénicos (malformaciones) y el impacto en el neurodesarrollo que viene con el consumo de alcohol durante la gestación”. La recomendación de las organizaciones internacionales de salud es alcohol cero durante el embarazo. 

En cuanto al tabaco, mencionan que aumenta el riesgo de aborto espontáneo, enfermedades respiratorias, muerte súbita y trastornos de comportamiento y aprendizaje, entre otros problemas.

Respecto a la cocaína, señalan que aumenta la chance de bajo peso al nacer, malformaciones, accidentes cerebrovasculares y disminución del perímetro craneal. 

Cannabis y ginecología: en qué puede ayudar la planta

Una mano

En caso de que el consumo de drogas sea problemático existen distintos espacios de atención. Además de las opciones de gestión no estatal, están los 744 centros de salud públicos que deben, por la ley de Salud Mental y Adicciones, atender a todas las personas sin discriminación alguna. 

Si conocés a alguien que necesita contención en consumos problemáticos, podés contactarte con La Estación, un espacio de gestión municipal donde analizan y ofrecen alternativas de tratamiento, incluso a quienes tienen cobertura de salud. El número de teléfono es 4-808797 y trabajan en Gálvez 867 de lunes a viernes de 9 a 17.

También está el Centro de Orientación y Atención Virtual de la Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod), que brinda escucha profesional a todas las personas e instituciones de forma gratuita todos los días del año de 8 a 24 horas. Sus teléfonos son 0800-268-5640 y 3415407653. A su vez, ofrecen consultas sin turno previo de lunes a viernes de 8 a 14 horas en El Galpón de las Juventudes de Rosario (Belgrano 950) y en avenida Gobernador Freyre 2074 de la capital santafesino.

Finalmente, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) mantiene el 141, un servicio telefónico que cuenta con profesionales las 24 horas para asesorar. También pueden escribir al cinterior@sedronar.gov.ar.

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