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“Griffa fue mi mentor”

Por Franco Trillini. El Loco brindó una charla en el City Center Rosario en apoyo a la candidatura de su hermano Rafael.

Fue un Loco Bielsa auténtico, que habló simplemente de fútbol y no se metió en terreno político, decidido a apoyar a su hermano Rafael en su difícil camino hacia la Gobernación de Santa Fe, pero respetando siempre sus principios inalterables. Ingresó rápidamente al auditorio colmado del Salón Paraná en el City Center Rosario con la cabeza gacha y escuchó distante la reducida presentación que le hizo el candidato peronista. Agradeció con una sonrisa los aplausos y después empezó con su conferencia, ayudándose en unos apuntes que utilizó a modo de machete para recordar alguna frase en especial, más un pizarrón al cual recurrió varias veces para explayar mejor sus ideas.

Tras casi dos horas de charla, cuando finalizó se levantó raudo y como sólo lo separaban unos metros de la puerta de salida, tardó algunos segundos en perderse. Su hermano corrió detrás de él. Los restantes candidatos de la misma fuerza, el vice Oscar Martínez y el concejal Osvaldo Miatello, se quedaron en sus asientos como pintados y en el más respetuoso de los silencios. Bielsa no aceptó saludos ni que nadie se le arrimara, como tampoco antes había permitido el ingreso de ningún tipo de cámaras. Típico comportamiento del Loco.

Aunque todo indicaba que la charla iba a estar orientada hacia lo estrictamente político, lo cierto es que el ex técnico de la selección argentina habló simplemente de su única materia de tantas horas de estudio: el fútbol.

Los puntos de vista y las vivencias de Marcelo Bielsa, el técnico, el genio, el incorruptible embajador de un país salpicado por los corruptos, son únicas e imperdibles y los lectores, por más compromisos políticos que existan, merecen leerlos, conocerlos. Nadie se puede atrever a mezclar los negocios con la impecable trayectoria de uno de los entrenadores más buscado y pretendido en el mundo.

Bielsa dictó cátedra y dejó conceptos de un valor incalculable, que no sólo sirven en el deporte sino en la vida misma.

Entre los invaluables consejos que ofreció el Loco, también se hizo tiempo para reconocer lo importante que fue en su vida el haber podido trabajar y aprender de la mano de un maestro como Jorge Bernardo Griffa, hombre que marcó profundamente su forma de ver las cosas a lo largo de extensa y prolífica carrera como entrenador de fútbol.

“Tuve la suerte de pertenecer a una generación en Newell’s donde el conductor fue Jorge Griffa, el verdadero artífice y arquitecto de todos los éxitos posteriores. Nunca conocí un líder como él. Me marcó para siempre, sus conceptos, sus palabras, sus consejos, todo su trabajo. Griffa fue mi mentor”, sentenció Bielsa, quien luego agregó: “Durante los 10 años que trabajé junto a él, alguna vez reflexionamos como nos hubiese servido poner en la oficina donde entraban los padres de los chicos de inferiores un cartel que diga: si hacés las cosas bien, el fútbol te hará rico, si piensas en hacerte rico no harás las cosas bien”.

Fueron casi dos horas del más puro Marcelo Bielsa, el que defiende sus ideales a rajatabla y que, por suerte, sigue siendo el mismo Loco de siempre.   

Conceptos para el recuerdo

“En la Argentina nos acostumbramos a bendecir el éxito a cualquier precio y costo y a maldecir la derrota, aunque haya sido digna”.

“En el fútbol sólo nos quedó el sentimiento por los colores, los jugadores cada vez se identifican menos con nuestra escuela porque se lo llevan muy jóvenes y no se respetan los trabajos a largo plazo. Eso ya no existe. Ahora copiamos y admiramos lo que ocurre en otros países, como el caso de España, donde sí valoran los proyectos a largo plazo”.

“En la actualidad en nuestro país hay solamente tres clubes que supieron honrar las palabras y cumplir con sus compromisos: Estudiantes de La Plata, Lanús y Vélez, por eso están un poco más arriba de todos”.

“Desde hace tiempo se perdió aquello de tener una identidad futbolística. Antes, vestir una camiseta significaba algo especial, porque tenía una particularidad que lo distinguía. El futbolista quería ir a un club porque lo satisfacía y jerarquizaba. No quiero hacer diferencia con nadie, pero cada uno tenía una particularidad. Hoy se perdió completamente eso”.

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