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Bate en mano

Por Rodrigo Arévalo.- Un grupo de aficionados, que formaron la Agrupación Rosarina de Béisbol y Softbol en 2000, quieren seguir dándole vida a un deporte que tuvo a la ciudad como pionera. Ver video.


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El béisbol rosarino quiere volver a brillar. Si bien la ciudad es la cuna de este deporte en Argentina, a finales de los 90 estuvo a punto de desaparecer y desde hace más de una década un grupo de aficionados se reúne todos los sábados en la cancha ubicada en el Hipódromo Independencia, con la esperanza de que los batazos vuelvan a sonar como lo hicieron alguna vez.

Miguel Ángel Muraca, quien es el presidente de la Agrupación Rosarina de Béisbol y Softbol (ARBS), fundada el 20 de julio de 2000, y uno de los encargados de enseñar esta disciplina a los más chicos, le detalló a El Hincha las dificultades con las que deben lidiar día a día para poder mantener la práctica del deporte.

“Cuando formamos la ARBS alquilamos un predio en el Club Fábrica Militar de Armas, pero al año siguiente nos duplicaron el precio, por lo que debimos abandonarlo y conseguir otro lugar, con el cual pasó lo mismo”, contó Muraca.

Y prosiguió: “Por suerte, gracias a un convenio con el Instituto Superior de Educación Física (ISEF), conseguimos que nos brinden un espacio en el óvalo del hipódromo y allí, con mucho esfuerzo, armamos la cancha”.

Desde ese rincón de la ciudad, en uno de los pulmones verdes por excelencia de Rosario, a partir del 2003 el grupo de beisbolistas rosarinos intenta “mantener la llama encendida” para que la disciplina siga desarrollándose y en un futuro la actividad resurja en los clubes para que vuelva a formarse una liga local.

“Tenemos entre 20 y 30 chicos en infantiles, un grupo de mujeres que hace softbol, más de 20 en mayores y un equipo de veteranos. Los sábados nos juntamos a entrenar y finalizamos con un partido entre los chicos, porque la competencia es la única forma de que mantengan el entusiasmo”, expresó Muraca, quien practica béisbol desde hace 47 años.

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El grupo se divide en distintas categorías: Preinfantil (menores de 9 años), Infantil (de 9 a 11), Pony (12 y 13), Juvenil (14 y 15), Juvenil Mayor (16 y 17) y Mayor (más de 18). Aunque en Rosario, al no haber tanta cantidad de jugadores, los límites de edades se flexibilizan bastante.

Además de los partidos internos, el equipo de la ARBS (conocido en el país simplemente como Rosario) se enfrenta ante combinados de otras ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Salta y Paraná. La visita más importante fue la de los Cardenales, un equipo de la Liga Metropolitana de Buenos Aires formado por mayoría de jugadores centroamericanos.

La ciudad tuvo su mejor momento beisbolístico en la década del 80 y principios de los 90. Después de los Juegos Panamericanos de Mar del Plata en 1995 (el béisbol se desarrolló en la subsede de Buenos Aires), donde Argentina tuvo un gran desempeño terminando en el quinto lugar, los clubes rosarinos comenzaron a abandonar la disciplina hasta que en 1999 ya no quedó ninguno que la practique.

“Al no ser un deporte popular, los clubes prefirieron usar el espacio para hacer canchas de fútbol y los últimos tres, Provincial, Fábrica de Armas y Arroyito decidieron ponerle fin”, se lamentó Muracca.

Otra de las razones de su caída fue la falta de difusión. Según el presidente de la ARBS no se le da demasiada importancia en los medios de comunicación, a pesar de los buenos resultados de la selección argentina, conocida como Los Gauchos, que en septiembre fueron campeones sudamericanos por tercera vez.

“Argentina le ganó la final a Brasil en Santiago de Chile y se supo muy poco, en 2004 y 2011 también fue campeón y no salió en ningún lado. Los éxitos deben estar acompañados por la difusión, sino los jóvenes argentino que les gusta el béisbol sólo ven las Ligas Mayores y nunca se enteran de que pueden empezar a jugar en su país”, reclamó Muraca.

Y dio un claro fundamento de su opinión. “Cuando Los Gauchos le ganaron el primer partido a Estados Unidos en los Panamericanos de 1995 fue tapa de todos los diarios y al otro día el Estadio Nacional explotó de gente. Incluso el periodista Mario Pergolini fue el padrino del equipo”.

Lo económico tampoco es ajeno al béisbol. Al igual que la mayoría de los deportes alternativos que se practican en la ciudad, el mantenimiento del predio y la adquisición de los materiales son totalmente “a pulmón”.

Sin cobrar cuotas y sólo con colaboraciones, la ARBS le otorga todos los elementos a los chicos para que practiquen. Si bien hoy en día es difícil conseguir bates, pelotas y guantes por los inconvenientes en las importaciones, todos estos materiales tienden a durar mucho tiempo, por lo que se pasan de generación en generación.

A la ARBS también se le hace muy difícil conseguir espónsores, ya que no hay interés de las empresas en el béisbol. Por su parte, según contó Muraca, el municipio sólo colabora en lo que tiene que ver con la “incentivación”.

“Participamos de los juegos rosarinos y a los chicos les dieron medallas, lo que los alienta a seguir jugando, pero nunca pudimos obtener un subsidio”, exclamó en dirección hacia las autoridades municipales.

Así, estos amantes de uno de los deportes más populares del norte y el centro de América intentan, desde su cancha en el hipódromo, cultivar un juego apasionante que alguna vez supo brillar en Rosario.

“Tengo la esperanza de que resurja, sé que es difícil, pero hay que seguir captando chicos y trabajando, lo importante es que hay jóvenes con mucha voluntad y cuándo yo no pueda más, ellos van a seguir y ojalá vuelva a haber varios equipo para revivir la liga local”, cerró Muraca, esperanzado de que los bates y los guantes regresen a los clubes rosarinos con competiciones oficiales.

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Rosario, pionera en Argentina

La historia del béisbol nacional tuvo sus comienzos a principios del siglo pasado, en Rosario, gracias a la gran actividad portuaria. Fue allí, donde los marineros de buques extranjeros practicaban este deporte en sus ratos de ocio.

De esta forma, algunos lugareños comenzaron a imitarlos. Uno de los más entusiastas fue José Bejo Mediavilla, quien reunió a un grupo de muchachos para comenzar a practicar el deporte organizadamente.

Así, varios clubes adoptaron la disciplina. Para 1930, Newell’s, Ben Hur, Defensores de Gimnasia y Esgrima (actualmente llamado Deportivo Sarmiento), Provincial y Universitario ya practicaban béisbol y el 17 de julio de 1930 se fundó la Asociación Rosarina de Béisbol.

El primer partido oficial fue el 24 de agosto del mismo año, entre Newell’s y Universitario, el cual fue ganado por el club del Parque Independencia por 8 a 5.

El primer campeón fue Ben Hur, que conquistó el torneo Iniciación en la temporada 1930/1931. Mientras que el primer título oficial, con la estructura de la nueva asociación, fue para Hinode Béisbol Club, un equipo de la colectividad Japonesa.

El primer torneo Nacional se realizó en 1958 en el estadio Municipal, en el que participaron tres equipos que terminaron en el siguiente orden: Provincia de Buenos Aires, Capital Federal y Rosario.

La Federación Argentina de Béisbol también tuvo su nacimiento en Rosario, en 1960, aunque se dispuso que la sede central sea en Buenos Aires.

El béisbol rosarino tuvo su mejor momento en los 80 y a principio de los 90, mientras que llegó a desaparecer casi por completo a fines de esa década, hasta que en el 2000 se fundó la ARBS.

Dos Rosarinos, los primeros profesionales

Los primeros dos argentinos en jugar béisbol profesionalmente son oriundos de Rosario. Se trata de Lisandro Corba y Gustavo Carubelli. Ambos formaron parte de la selección argentina que jugó los Juegos Panamericanos de Mar del Plata en 1995 junto a Maximiliano De Biase, el otro rosarino que llegó al profesionalismo posteriormente.

Corba y Carubelli fueron contratados por los Atlanta Braves, luego de su gran actuación en los Panamericanos, para jugar en sus filiales de la categoría “Rookie” de las Ligas Menores. Ninguno de los dos llegó a las Grandes Ligas.

Mientras desarrollaba su carrera como beisbolista, el Conejo Corba también despuntó el vicio de su pasión por el básquet en la Asociación Rosarina, defendiendo la camiseta de Saladillo.

Por su parte, De Biase jugó desde 2003 hasta el año pasado de manera profesional en Italia. En 2008 ganó el Scudetto con el T&A San Marino. Además fue elegido como el jugador más valioso de los playoffs.

Aunque De Biase formó parte de la selección argentina en los Panamericanos del 95, desde 2005 jugó para el seleccionado de Italia, donde disputó el primer Clásico Mundial de Béisbol, en 2006.

Otros rosarinos destacados en el exterior fueron Mariano Boccardo, quien jugó en la Universidad de La Habana (Cuba) y en la Universidad de Florida (Estados Unidos), Leandro Paglialunga (Italia), Duilio Muñoz (Italia), Julio Palavichino (España), Claudio Cipone (España) y Mario Corba (entrenador en Italia).

El béisbol también tiene su sello rosarino. Lisandro Corba y Carubelli, los pioneros en jugar de manera profesional.

Ningún argentino pudo llegar a Ligas Mayores

Hasta la fecha, ningún argentino llegó a jugar en las Ligas Mayores de béisbol. Los que más cerca estuvieron son el bonaerense Diego Echeverría y el salteño Rolando Arnedo, recientemente contratado por los Arizona Diamondbacks, de las Ligas Mayores, para trabajar en su filial de República Dominicana.

Echeverría es considerado el jugador argentino que más lejos llegó en el béisbol. El pitcher oriundo de la localidad bonaerense de Dolores jugó en dos equipos de Ligas Menores afiliados a los Tampa Bay Rays.

Entre 2007 y 2008 de desempeñó en los Renegados de Hudson Valley, de la categoría “A”, mientras que en 2009 lo hizo en los Hot Rods de Bowling Green, de la categoría A.

Echeverría cerró su estadía en el exterior en 2010, donde se desempeñó en Colombia, para regresar a la Liga Metropolitana. Actualmente es jugador y coach de pitchers en la selección argentina.

Por su parte, Arnedo participó de las Ligas Menores en el año 2005. El salteño jugó en los GCL Nationals, franquicia de los Washington Nationals, y en los Vermont Lake Monsters, de los Oakland Athletics.

El hecho de que el Arnedo se encuentre seleccionando jugadores para una franquicia de los Arizona Diamondbacks, abre una puerta a los beisbolistas argentinos para que en un futuro alguno pueda llegar a las Ligas Mayores.
Argentina en los Juegos Panamericanos de 1995:

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