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Balanza nueva en año nuevo

Tras las calorías consumidas en las Fiestas, quienes lucharon por bajar de peso se enfrentan a una pelea difícil: retomar un plan equilibrado. Desde Alco instan a aprovechar el verano para ingerir alimentos sanos

El desarreglo alimenticio en esta época suele tirar por la borda un año de sacrificio.(Foto: Leonardo Vincenti)
El desarreglo alimenticio en esta época suele tirar por la borda un año de sacrificio.(Foto: Leonardo Vincenti)

Según especialistas en nutrición, una persona común subió en promedio 2 kilos y medio en sólo tres días por las Fiestas. Pero aunque el aumento haya sido abrupto, recomiendan no bajar bruscamente de peso a base de dietas extremas, sino que el camino es consumir un menú equilibrado y bajo en calorías, acompañado de ejercicios físicos. El problema es cuando aquellos que han mantenido una alimentación equilibrada para bajar de peso se encuentran con suculentos platos repletos de calorías a lo largo de dos semanas, entre despedidas y las fiestas de Navidad y Año Nuevo. En el caso de los Anónimos Luchadores Contra la Obesidad (Alco), la pelea contra las calorías se torna mucho más difícil. Es por eso que desde la organización han publicado una serie de “literaturas”, como las denominan, para que cada uno pueda seguir recomendaciones alimenticias incluso en las vacaciones.

Marcela Del Turco es integrante del grupo rosarino que tiene sede en uno de los salones del colegio María Auxiliadora (continúan sus reuniones cada miércoles de 20 a 22 en Viamonte 1561) y, en diálogo con El Ciudadano, señaló que hay que aprovechar el verano y el comienzo de año para “ponerse las pilas y bajar esos kilos que no pudimos bajar el año pasado”, sobre todo teniendo en cuenta la llegada del verano, la menor cantidad de ropa que se utiliza y los alimentos que se deben ingerir para hacer frente a las altas temperaturas.

“Hay mucha gente que trabaja duro durante el año o bien que no pudo seguir su alimentación sana como corresponde. Entonces, suele pasar que a fin de año, y con la llegada del verano, nos hace un ‘click’ en la cabeza. A mí me pasó. Es entonces cuando tenemos que ponernos firmes, seguros de nosotros mismos y aprovechar esta etapa del año para consumir frutas y verduras de estación y mucho líquido”, dijo. Al mismo tiempo, enfatizó: “Ya está, las fiestas y despedidas de año terminaron, ahora es tiempo de retomar la buena alimentación, sin estragos”.

Durante las últimas semanas del año pasado, Del Turco aseguró que fueron muy pocos los que asistieron a las reuniones de Alco, sin embargo, expresó con orgullo que los presentes se comprometieron a llevar adelante un plan de cuidados a la hora de ingerir alimentos. A lo largo de las charlas se tuvieron en cuenta muchos consejos para los platos a preparar durante las fiestas y a los alimentos que se deben ingerir durante las vacaciones. “Una de las cosas más difíciles es la ingesta del famoso caldo, que nos ayuda a almorzar o cenar con menos apetito”, apuntó la coordinadora de uno de los grupos locales. Sin embargo, mencionó durante la entrevista la frase que el afamado doctor Alberto Cormillot repite: “Hay que comer de todo un poco”.

Otros entendidos en la materia coinciden en que una dieta liviana y equilibrada es la mejor solución para erradicar los kilos extras.
Esto implica disminuir los alimentos altos en calorías y preferir frutas y verduras, carnes blancas –pollo, pavo y pescado– y carnes de vacuno bajas en grasa.

A esto se suma comer en porciones pequeñas, bajando la cantidad de pan y la porción de arroz o tallarines (una tasa), evitar los dulces, los líquidos con azúcar y el alcohol. También eliminar mantecas y comidas altas en grasa, inclusive la comida chatarra en general y un clásico del verano: las típicas picadas con fiambres.

Una de las tantas voces a escuchar

Uno de los testimonios de Alco es el de Sandra, que ingresó al grupo en 1992 y cometió el error más común en estos emprendimientos: bajó de peso y abandonó las reuniones. “Me fui creyéndome sabérmelas todas y volví en diciembre de 1997, a una semana de Navidad, con 97,600 kilos, con una carga emocional muy grande, proporcional al peso que traía. Entonces me comprometí a recorrer este camino, que no es el más fácil pero sí el más efectivo. Mi logro no consistió en adquirir el título de flaca sino en cambiar de actitud ante la comida. Hace 7 años que estoy en mantenimiento. Bajé 37 kilos, con algunos altibajos, pero con el único objetivo de querer mejorar la calidad de vida para vivir más y mejor”, contó.

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