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Pasará 13 años preso por el homicidio de una joven

Se trata de un hombre de 62 años que intervino en una pelea que había protagonizado su hijo

La joven fue apuñalada en una pelea en barrio La Tablada.(Foto: Marcelo Martinez Berger)
La joven fue apuñalada en una pelea en barrio La Tablada.(Foto: Marcelo Martinez Berger)

La Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario confirmó una condena a 13 años de prisión a Máximo Hilario Santacruz, un hombre de 62 años acusado de matar en mayo de 2007 a Laura Ruiz Díaz, de 18, y de herir de gravedad a su hermano de 16. Si bien el asesinato ocurrió en medio de una pelea entre familias con cuchillos de por medio, los magistrados consideraron que el arma blanca utilizada fue introducida en la reyerta por el imputado y que además las heridas fueron provocadas cuando las víctimas se encontraban indefensas.

Máximo Hilario Santacruz tiene 62 años, y en el mes de junio, el magistrado Julio Cesar García, a cargo del Juzgado de Sentencia de la 6ª Nominación, lo condenó a la pena de 13 años de prisión, accesorias legales y costas, por el delito de “homicidio simple y lesiones graves en concurso real”.

La víctima fatal fue Laura Ruiz Díaz, una adolescente de 18 años que la noche de 27 de mayo de 2007 fue asesinada de una puñalada en el corazón y otra en el abdomen, en medio de una reyerta que uno de sus hermanos mantenía con un vecino de barrio La Tablada.

En el mismo hecho resultó lesionado de consideración Luciano, otro de sus hermanos, de 16 años, que recibió asistencia médica y se recuperó.

El juez García consideró que Santacruz había sido el autor de las puñaladas y resolvió condenarlo. Sin embargo, su defensa apeló el fallo, y en sus agravios planteó que el accionar del hombre había actuado en legítima defensa de él, su hijo y su esposa.

En este contexto, la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario analizó el caso y resolvió confirmar la sentencia apelada.
 
La muerte de Laura

El hecho por el que Máximo Santacruz fue llevado a juicio ocurrió el 27 de mayo de 2007 en Chacabuco al 3800, en barrio La Tablada.

Según el relato que el propio imputado brindó ante la Policía aquella noche, momentos antes del fatal desenlace, su hijo Gabriel, de 17 años, salió a comprar cigarrillos cuando fue interceptado por Mauro Ruiz Díaz. Los muchachos comenzaron a pelear, por lo que integrantes de ambas familias –que vivían en la misma cuadra– intercedieron. En medio de la gresca, que cada vez iba sumando más gente, Laura recibió el puntazo que poco después le quitó la vida. En tanto, su hermano Luciano sufrió una importante herida en el abdomen.

“La chica recibió una apuñalada en el corazón que la mató en el acto, los familiares la llevaron al hospital (de niños Víctor J.) Vilela, pero llegó fallecida. El hermano ingresó al Heca con un cuchillazo en la zona abdominal con evisceración y pasó directamente al quirófano”, señaló la fuente de la pesquisa aquel día.

Sin embargo, los familiares de Laura no contaron la misma versión. Según dijeron a El Ciudadano al día siguiente de la muerte de la adolescente, ese día Mauro, uno de los nueve hermanos de Laura, salió de su casa para comprar algo y en la esquina –en Chacabuco y bulevar Seguí– lo estaba esperando, escondido detrás de un árbol y con una faca, Gabriel, el hijo del dueño del bar.

Según la hermana de Laura, el agresor atacó a Mauro y ambos comenzaron a forcejear. “Ahí fue que salió el padre del pibe con una navaja y al mismo tiempo mi mamá se cruzó para ayudar a mi hermano”, contó. “Por los ruidos, Laura, que ya se había acostado, salió a la puerta a ver que pasaba y en eso se cruzó el tipo del bar y sin razón la apuñaló en el corazón”, relató la muchacha.

Tras la estocada mortal, el hermano de la joven, Luciano, que estaba junto a ella habría intentado defenderla y también fue herido por Máximo. “Le cortó la panza y le sacó todo para afuera. Los médicos tuvieron que coserle los intestinos”, detalló la hermana de la chica asesinada.

“Laura era re-tranquila, no salía a ningún lado y no podía trabajar porque sufría de epilepsia, no se merecía lo que le pasó. Este tipo no puede estar suelto, es un asesino y la mató como a un chancho”, dijeron enardecidos los familiares de la adolescente.
Tras enterarse de la muerte de Laura, familiares y vecinos de La Tablada prendieron fuego el bar que los Santacruz tenían en la cuadra. Los bomberos no pudieron acceder de inmediato a la zona, puesto que les cortaron el paso. Cuando lograron sofocar el fuego, el lugar había quedado destruido.

Los fundamentos del tribunal

Los jueces Ernesto Pangia, Juvencio Mestres y Otto Crippa García, integrantes de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario, consideraron que “no cabe duda que existió una pelea entre el hijo del imputado y un hermano de la víctima, pero ninguna de las víctimas portaba elemento contundente alguno. Los testigos dicen que tanto el imputado como su hijo Gabriel tenían consigo cuchillos”.

En este sentido, señalaron que “independientemente de quién comenzó” la pelea, no hubo una “agresión injusta por parte de la víctima hacia el imputado o sus parientes”, por lo que Santacruz “no padecía un peligro real”, que justificara la legítima defensa.
Además, remarcaron que, cuando el hombre lesionó a los hermanos Ruiz Díaz “Luciano se encontraba en el piso, y a Laura le aplicó los puntazos” que le causaron la muerte “cuando la tenía dominada y «de los pelos»”, reza el fallo.

Es por esto que los magistrados rechazaron el pedido de la defensa de que el hecho se enmarcara dentro de la figura de la legítima defensa, y confirmaron su condena a 13 años de prisión.

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