Una psicóloga de 30 años fue encontrada asesinada de cuatro puñaladas y con quemaduras debajo de un colchón prendido fuego en el interior de su departamento de la capital catamarqueña. Los investigadores del crimen de la psicóloga María Eugenia Rojas sospechan que una ex pareja, aunque no se descarta a otras tres personas que podrían “encajar” con las evidencias recolectadas en el marco de la causa, entre ellas un comerciante.
El cuerpo de Rojas, de 30 años, fue encontrado en la noche del martes en su domicilio del edificio ubicado en avenida Virgen del Valle 143, en la zona noroeste de San Fernando del Valle de Catamarca. El hallazgo fue hecho cuando Américo Vergara Basso, dueño del edificio, advirtió humo en el departamento de Rojas y concurrió a la comisaría 4ª a denunciar el incendio, tras lo cual los efectivos se dirigieron al lugar junto al hombre.
“Con matafuegos y agua bajamos la temperatura del departamento, y cuando logramos ingresar, dimos con la joven Rojas tendida en una cama con el rostro desfigurado por el fuego”, contó Vergara Basso. En un primer momento se pensó que se había tratado de un suicidio, aunque luego de los primeros peritajes esa hipótesis quedó descartada.
Es que los forenses que realizaron la autopsia al cuerpo de Rojas establecieron que la mujer presentaba quemaduras pero no falleció por el incendio sino de varias cuchilladas.
“La mujer murió de manera brutal ya que el asesino le asestó cuatro puñaladas con una cuchilla de cocina de grandes dimensiones”, sostuvo el informante. De acuerdo a los peritos, la víctima presentaba profundos cortes en la zona de la pelvis y el pecho, al tiempo que la cuchilla quedó incrustada en un omóplato.
Los forenses determinaron, además, que fue la cuchillada en el pecho la que causó la muerte de Rojas, quien fue hallada envuelta en una sábana y debajo de un colchón prendido fuego, dijeron los informantes, que además agregaron que el fuego fue provocado por el asesino antes de huir “con la clara intención de ocultar las pruebas”.
Respecto de la posibilidad de un ataque sexual como móvil del crimen, el mismo investigador señaló que no se hallaron signos de abuso ni rastros de semen en el cuerpo de la víctima.
Los investigadores sospechan que una ex pareja de la profesional, aunque no se descarta a otras tres personas que podrían “encajar” con las evidencias recolectadas en el marco de la causa, entre ellas un comerciante.
Es que, dijeron los voceros, en la escena del crimen habrían dejado “pruebas contundentes y científicas” que permitirían descartar que el móvil del hecho haya sido el de un robo y sí presuponer que el autor fue un hombre que conocía a la joven y que podría haber tenido una relación sentimental con ella.
Los detectives determinaron que Rojas no había ido el martes al gimnasio como hacía cada noche de 21 a 23, ya que presumiblemente recibió una visita de un conocido, con el que estuvo tomando una cerveza.
Esa persona, por las características de las heridas detectadas en el cuerpo de la psicóloga, sería un hombre de contextura robusta y bastante fuerte, ya que al puñal utilizado para el crimen lo hizo ingresar más de 30 centímetros en el cuerpo de la joven de manera certera.
Los pesquisas apuntaron que el edificio donde vivía la psicóloga no cuenta con cámaras de seguridad ni con un portero permanente. Y que tampoco hay cámaras de seguridad en los alrededores del edificio, agregaron los voceros.
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