Espectáculos

Anita Martínez y un humor que desafía el paso del tiempo

Por Miguel Passarini.- La actriz habla de su unipersonal "De vuelta al barrio", que presenta esta noche a las 21, en La Comedia de Mitre y Ricardone.


El humor es un territorio que muy pocos artistas pueden transitar con solvencia. Complejo a la hora de definir cuestiones que van desde lo ideológico hasta lo más cotidiano o mundano, el género, a nivel teatral en la Argentina, acredita unos pocos exponentes que pueden alardear de su vis cómica. Entre ellos, la actriz, conductora, bailarina e “invitada remadora” Anita Martínez, que esta noche regresa a la ciudad con su unipersonal De vuelta al barrio, con el que se presentará, desde las 21, en el Teatro Municipal La Comedia (Mitre y Ricardone).

“Ahora, a las actrices que como yo se sientan en el living de un programa y dicen cosas graciosas nos llaman «remadoras», somos como una nueva variante en la pantalla chica”, dijo Anita Martínez al comienzo de una charla en la que el humor acompañó el recorrido.

En su unipersonal, la actriz atraviesa, y analiza con fina ironía, algunos de los lugares comunes en relación con la evolución de aspectos de la cotidianidad, apelando al axioma que asegura que “todo tiempo pasado fue mejor”.

“En el espectáculo reaparecen aquellas cosas que, quizás, vivimos de chicos y que quedaron en el pasado; y no talla esto de que «todo tiempo pasado fue mejor», con lo que sí juego, sino que apelo a traer al presente algunas cosas de las que han pasado y que yo, en lo personal, extraño mucho”, adelantó la actriz que completó: “Por ejemplo, me gustaría ver a mi hijo jugando en la vereda y hoy no puedo hacerlo; o las nenas de antes que para los quince te pedían la fiesta, con la bola de cristales y con Sergio Denis cantando, y ahora piden las tetas y después suben las fotos al Facebook con las tetas nuevas (risas)”.

En otro momento de la charla, la actriz, que viene de participar en la temporada de Carlos Paz con una versión teatral del clásico de la tevé Mar de fondo junto a Alejandro Fantino, enumeró: “También cambiaron las parejas, los noviazgos, las mujeres ya no sueñan con ser Susanitas, ahora no se va al almacén sino al supermercado chino, y esa cola del almacén servía para comentar aquello que pasaba en el barrio, para sociabilizar”.

A nivel estético, en De vuelta al barrio la actriz apela, también, a sus conocidas dotes como titiritera. “Todo el cuento está apoyado en la temática de títeres para adultos; así aparece uno que es mi hijo, otro que es mi abuelo, y de este modo se plantean las diferencias generacionales y, por ejemplo, se confronta cómo era levantarse una mina antes y cómo es ahora; del mismo modo que, para tocar un tema de actualidad, aparece una monja que parece que tuvo algo que ver con el nuevo Papa, pero ahora está preocupada porque pidió el retiro y se tiene que ir al Vaticano. De algún modo, es un repaso por mi propia historia, porque cuando uno va promediando determinada edad es inevitable anhelar cosas del pasado, porque uno se va poniendo grande”.

Respecto de aquello que la hace reír, la actriz completó: “Me hacen reír mucho las cuestiones cotidianas, los fracasos cotidianos, porque yo soy una persona que fracasa mucho. Va un ejemplo: los otros días la vi a Nicole Neumann en un programa de televisión y tenía una ropa que a ella le quedaba genial pero si me la llego a poner yo me extraditan y me ponen un sello que diga «sin retorno». Yo soy de esa clase de personas a la que le pasan cosas todo el tiempo, de esas a las que las estafa hasta el mecánico, y encima tengo que llevar puesta esta cara (risas)”.

Finalmente, la actriz reflexionó acerca del lugar que el humor ocupa hoy en la pantalla chica argentina: “Creo que no hay lugar para el humor en la televisión; de todos modos, si la televisión está rara es porque nosotros, como sociedad, también estamos raros, estamos caníbales, y el ejemplo más contundente es toda esta cuestión de los videos privados que salen a la luz. Qué es lo que genera tanto morbo, ¿nunca hicieron eso? ¿Es necesario hacerle eso a ciertas personas del medio? Es de una crueldad enorme. Antes a los artistas se los cuidaba porque en muchos casos eran la alegría de la gente; es una pena, eso ya no pasa”.

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