Ciudad

Valorar la vida animal

Amadea y Prometeo, los chanchos que fueron rescatados en Rosario y serán adoptados por un refugio

La historia de dos cerdos que en abril escaparon de un criadero arrastrados por la creciente del Arroyo Ludueña; su rescate y paso por la organización Mundo Aparte, entre animales más exóticos. Y su inminente viaje a Mendoza donde vivirán en una granja lejos del matadero


Dos de los voluntarios de la ONG trasladaran a los animales hacia una granja en Mendoza.

Mundo Aparte es una organización ambiental que se dedica al cuidado y refugio de animales silvestres. Este año hicieron una excepción. En abril, a partir de lluvias intensas hubo una crecida del arroyo Ludueña que generó destrozos y emergieron dos chanchos que fueron rescatados por Defensa Civil. Como ningún productor los reclamó, fueron recibimos por la ONG que los tuvo bajo su cuidado hasta hoy. Este jueves por la noche emprenden viaje hacia Mendoza donde una granja de animales los adoptará.

Franco Peruggino tiene 31 años y hace 10 forma parte de Mundo Aparte, cuyo refugio se encuentra al norte de la ciudad. Estos últimos meses fueron agitados. Con los persistentes incendios en las islas muchísimos animales huyeron heridos y la organización los está cuidando hasta que puedan devolverlos a su hábitat.

Son 15 voluntarios que están al cuidado de 100 animales entre los que hay zorros, gatos montés, pumas, ciervos y aves rapaces. Es la primera vez que reciben animales de granja, pero consideraron que la situación lo ameritaba porque para ellos su trabajo tiene que ver con “valorar la vida de los animales, no importa su especie”.

“Cuando trabajás con animales no hay feriados ni pandemias, es una actividad más que esencial. Su vida depende de nuestro trabajo porque se trata de animales en cautiverio. Necesitan el trabajo del hombre para rehabilitarse y seguir mejorando”, definió.

El 29 de abril, “justamente el día del animal” –destacó Peruggino– un chancho apareció flotando por la crecida del arroyo Ludueña. Tres días después emergió, en el mismo lugar, una cerda. Ambos están en edad adulta y pesan cerca de 200 kilos. Desde Mundo Aparte piensan que deben haber estar en el mismo criadero que posiblemente haya sido ilegal “ya que nadie reclamó por ellos”.

Los bautizaron Prometeo y Amadea y desde entonces los cuidan en un rancho que prepararon gracias al trabajo conjunto con las organizaciones Piara, Amparo Animal, La Tiendita Vegana y Liberación de Caballos. También recibieron donaciones de la comunidad que les permitieron acondicionar su refugio para poder contener la vida de estos animales.

Pensaron que serían solo unos días de tránsito, sin embargo pasaron cinco meses en los cuales estuvieron averiguando a qué granja podían llevarlos. En Rosario no consiguieron y las que conocen de Córdoba y Entre Ríos están llenas. Así encontraron un refugio de animales de granja en la provincia de Mendoza. Esta noche emprenden el viaje dos de los voluntarios de la ONG para poder trasladar a los animales.

“Prometeo y Amadea fueron refugiados, cuidados y amados; descubrieron que la mano del ser humano no siempre es violenta, que tenían el derecho de vivir felices, de correr, de dormir una siesta al sol y de jugar con barro”, expresaron en un comunicado.

El contexto de pandemia demoró los trámites. Pero hoy con permisos del Senasa e hisopados de los dos viajeros pueden llevar a los dos chanchos a su destino. Las condiciones de viaje no son las mismas que para la mayoría de los animales de granja: en este caso, pararán de forma seguida para hidratarlos, les inyectan corticoides para disminuir el estrés e intentarán que ningún movimiento brusco del camión los lesione. “Nos importa que lleguen bien, no los estamos llevando a un matadero. Van a una finca de 9 hectáreas, cuya dueña se dedica a rescatar diferentes animales del maltrato”.

Perugino señaló que “cuando el animal es visto como tierno o exótico la gente le da más importancia”. En cambio, en este caso se trata de animales que “la gente sólo ve en un plato de comida”: “Hicimos el mismo trabajo que con cualquier animal, porque hablamos de valorar la vida en cualquiera de sus formas, no importa de qué especie hablemos. A diferencia de la mayoría de la de los cerdos, éstos no van a terminar en un estómago sino en una granja felices”.

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