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A un tiro de Trípoli

Con luz verde de la Otán, los rebeldes tomaron una localidad a 50 kilómetros de la capital libia y la semana próxima se reunirán con la alianza atlántica.

Los rebeldes libios lanzaron ayer una ofensiva contra las fuerzas de Muamar Gaddafi para reconquistar una zona que los acercaría a Trípoli, ocupando poco después la aldea de Gualich, a unos 50 kilómetros al sur de la capital.

Poco después, la canciller sudafricana afirmó que Gaddafi planea mantenerse al margen de las negociaciones sobre el conflicto en su país con el fin de facilitar una salida negociada, mientras el secretario general de la Alianza Atlántica Anders Fogh Rasmussen confirmaba que los países de la Otán se entrevistarán la semana próxima con representantes de la rebelión libia.

Armados por los franceses y con el camino despejado por los últimos bombardeos de la Otán, los rebeldes lanzaron la ofensiva que llevaban días anunciando, tomaron Gualich, hicieron retroceder a las tropas de Gaddafi y capturaron a varios mercenarios que formaban parte de las mismas, según un colaborador de la agencia de noticias AFP. Varios de estos soldados dijeron venir de Ghana o Mali.

“Esperábamos antes de lanzar este ataque; obtuvimos finalmente luz verde de la Otán esta mañana (miércoles) y la ofensiva comenzó”, declaró un miembro del comité revolucionario de Zenten, a 120 kilómetros de Trípoli. La Otán anunció el miércoles que había destruido seis vehículos militares, incluidos cuatro tanques de las fuerzas de Gaddafi en Gharyan.

El sábado, la Alianza Atlántica dijo haber intensificado sus bombardeos en el oeste, donde destruyó unos cincuenta blancos militares durante la semana.

Además del apoyo aéreo de la Otán, los rebeldes de las montañas bereberes recibieron recientemente armamento que Francia les lanzó en paracaídas en las montañas de Nefusa.

Pero París ha dejado de efectuar estos lanzamientos de armas que fueron motivo de discrepancias en la coalición internacional, en particular de Gran Bretaña, y reforzaron las críticas de los opositores a la intervención armada, sobre todo de Rusia.

Desde el 15 de febrero, el conflicto en Libia causó miles de muertos y el éxodo de cientos de miles de personas, según diversas agencias de la ONU.

En el plano diplomático, Gaddafi “dijo que no quiere obstaculizar un posible arreglo y que, por ende, se mantendrá al margen de las negociaciones”, declaró la ministra de Relaciones Exteriores de Sudáfrica Maite Nkoana-Mashabane en rueda de prensa, después de que emisarios de Gaddafi tomaran contacto con el presidente sudafricano Jacob Zuma.

Zuma forma parte de un equipo de negociadores designados por la Unión Africana para llegar a un plan de paz regional que ponga fin al conflicto libio. Hasta ahora, este plan ha sido rechazado por los insurgentes, quienes insisten en que primero Gaddafi debe dejar el poder.

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