A pesar de que la obra fue anunciada hace ya más de tres años, la Biblioteca del Bicentenario aún se encuentra en etapa de proyecto. Tras el anuncio y la reciente puesta en marcha de una parte de las obras que se van a desarrollar en el ex Batallón 121, el Ejecutivo hizo algunas modificaciones técnicas al proyecto y está trabajando en la “readaptación” de los pliegos licitatorios. Además, en busca de fondos, aún se sigue gestionando la financiación ante la Nación y, fundamentalmente, en organismos internacionales de crédito. Si bien no hay plazos previstos para abrir la licitación –y mucho menos el comienzo de los trabajos– en el municipio aspiran a tener algún tipo de avance antes de fin de año.
La historia de la Biblioteca del Bicentenario comenzó a gestarse en abril de 2010, cuando el (por el entonces) intendente de la ciudad, Miguel Lifschitz, anunció el proyecto entregando detalles y números con bombos y platillos (ver aparte).
Lejos de aquel lanzamiento ambicioso, aún se sigue trabajando en el proyecto y no hay plazos en torno a cuándo comenzarán las tareas. Es que, según contó el subsecretario de Planeamiento, Eduardo González, la obra sigue en proceso previo al de llamado a licitación, en el cual se apuntala el pliego pertinente.
“Se hicieron ajustes para que la biblioteca esté armónicamente enlazada al Área Tecnológica Nodo Rosario que ya comenzó a desarrollarse dentro del ex Batallón 121 y el Centro Municipal de Distrito Sur. Todo con la idea de que éste no quede como un proyecto separado de aquellos”, sostuvo el funcionario.
González recordó que cuando se anunció el proyecto de la biblioteca aún no existía certeza de que es lo que se iba desarrollar en del Batallón. “Además del proyecto productivo para la zona también tuvimos que pasar a tener en cuenta en el último tiempo el tema de las viviendas. Por lo que de igual forma lo readaptamos en función de eso”, agregó.
El funcionario aclaró que no se están planteando modificaciones estructurales en los pliegos y al respecto sólo mencionó que se está adaptando la fachada y su entorno público exterior a los cambios que se vienen en la zona.
“No son cuestiones de fondo. Pero cuando estás armando un pliego y se producen estos cambios te modifican el presupuesto y siempre hay que seguir ajustando”, mencionó el subsecretario de Planeamiento.
Lo cierto es que la lentitud que rodea a la iniciativa no se circunscribe a ajustes técnicos, sino (y fundamentalmente) al financiamiento de los 10 millones de dólares que, cuando se anunció el proyecto, se dijo que requería. “Estamos barajando opciones para que, en caso de que se caiga una vía pensada, tengamos alternativas”, añadió González.
En concreto, el funcionario señaló que las gestiones para conseguir dinero se están realizando en todos los órdenes; a nivel internacional, nacional y provincial.
“En su momento se hicieron presentaciones, pero a medida que se sigue adelante con el proyecto hay que actualizar los expedientes. Por eso estamos afinando los pliegos licitatorios”, sostuvo. “Cuando te presentás a pedir a nivel internacional y si la obra es muy grande, hay que cubrir los trabajos en parte con fondos propios. Todo pedido de financiamiento tiene su contraparte y seríamos muy irresponsables si no tenemos atado ese dinero. Hay que tener un reaseguro muy grande para desarrollar una obra así”, agregó.
Por último, el secretario de Planeamiento sostuvo que no hay plazos previstos para salir a licitar y, mucho menos, para el inicio de obras, pero que “de poder” el objetivo sería tener algún grado de avance antes de fin de año.
Un homenaje calcado del siglo pasado
La idea inicial del municipio –en 2010– fue la de conmemorar los 200 años de la Revolución de Mayo construyendo una nueva biblioteca en la ciudad, repitiendo lo mismo que se hizo a comienzos del siglo pasado, en 1912, con la Biblioteca Argentina “Juan Álvarez” en el centenario de la patria. Así fue que se hizo pública la intención de realizar el proyecto de la construcción de la Biblioteca del Bicentenario. Más tarde se organizó un concurso latinoamericano de ideas junto a los colegios de arquitectos de la provincia, de la ciudad y la federación que los nuclea a nivel nacional, para luego llevar adelante su edificación. Al primer premio lo obtuvo el estudio AFT de la ciudad de Córdoba.
Según se destacaba oficialmente “la nueva biblioteca será también una institución abierta, no sólo a las demás instituciones culturales -públicas y privadas- de la ciudad, del país y del mundo, con las que mantendrá un diálogo permanente a fin de establecer redes duraderas de circulación de información y recursos, sino a los programas públicos transversales de educación y democratización del conocimiento”. La ubicación pensada para la misma es en las proximidades del Centro Municipal de Distrito Sur “Rosa Ziperovich”, con una superficie cercana a los 7 mil metros cuadrados cubiertos.
A fines de mayo de 2011, este diario tomaba contacto con las máximas autoridades de la Secretaría de Planeamiento del municipio de aquel momento quienes anunciaban que se continuaba trabajando “rumbo a la concreción” del proyecto y se estimaba que los trabajos estarían comenzando antes de fin de año para estar terminados en un lapso mínimo de doce meses, lo que hubiera sido fines del año pasado.
“Estuvimos observando los planos y el legajo técnico de la obra con los profesionales. Nos trajeron la propuesta y nos mostraron cómo queda el proyecto definitivo. Estuvimos evaluando distintos puntos y discutiendo sobre cómo se llevará adelante el proceso constructivo”, explicaba en aquel entonces Mirta Levín, secretaria de Planeamiento. A tres años de aquello, todavía se analizan los pormenores técnicos y la obra sigue siendo un sueño a concretarse, sin mayores avances.
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