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A juicio por matar a un vecino

Un joven de 19 años fue procesado por el crimen de Luis Mendoza, cometido durante un asalto en su casa. El imputado negó los cargos, pero ropa manchada con sangre y testimonios de habitantes del barrio terminaron por incriminarlo.


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Un joven de 19 años apodado Chapita fue procesado por el asesinato de Luis Mendoza, un hombre de 66 años, quien a mediados de mayo del año pasado fue hallado sin vida producto de 11 puñaladas en el interior de su precaria vivienda de French al 6700, en barrio Empalme Graneros, al intentar evitar ser asaltado.

El homicidio de Mendoza ocurrió el 16 de mayo de 2012 alrededor de las 23 cuando fue sorprendido por un joven, identificado como Marcos Ezequiel N., de 19 años, mientras estaba recostado (y con la ropa puesta) en la habitación de su casa de French 6671. El intruso le pidió dinero. El hombre, que desde hacía un tiempo se había “echado al abandono”, intentó levantarse de la cama y recibió 11 puntazos por parte de la visita, quien tomó una suma de dinero que no pudo ser especificada, para luego huir a la carrera del lugar, según la acusación.

De acuerdo con la investigación, a la mañana siguiente, un vecino advirtió que la puerta de entrada de la vivienda de Mendoza estaba abierta, por lo que alertó a Leonor, una hermana del hombre.

Cuando la mujer entró a la casa encontró el cuerpo sin vida de su hermano, lleno de sangre y tirado al lado de la cama, agregaron las fuentes, quienes agregaron que Leonor reconoció que su hermano tenía la costumbre de juntarse con “gente de mal vivir para tomar bebidas alcohólicas y para acostarse con mujeres”.

Dos días después de conocerse el crimen, uniformados de la comisaría 12ª junto a personal de la Brigada de Homicidios realizaron un allanamiento a una vivienda ubicada en Esquiú al 6300 –a 7 cuadras del domicilio del fallecido–  en la que secuestraron en el lavadero una remera y un pantalón corto manchados con sangre. Al día de hoy, las prendas todavía no fueron sometidas a exámenes y cotejos de ADN con la sangre del procesado y las muestras que se tomaron a la víctima fatal, sostuvo en la resolución judicial el magistrado Juan Andrés Donnola, a cargo de la etapa instructiva.

Al enterarse que habían allanado la casa de su familia, el acusado se presentó de forma espontánea en Tribunales donde aseguró en su defensa que el día del crimen habia estado en la casa de un amigo desde las 15 hasta el día siguiente.

Sin embargo, en la resolución de primera instancia emitida por el magistrado a cargo del Juzgado de Instrucción 7ª se concluye que “quedó debidamente probada la responsabilidad penal del procesado en orden a las propias constancias de la causa como lo son los testimonios que indican la forma en que lo observan al procesado momentos después del hecho, cuando les requiere un short a unas vecinas para cambiarse porque sus ropas se encontraban manchadas de sangre o para ocultar su fisonomía a la Policía que lo pueda identificar o relacionar con el hecho”.

Con respecto a este tema, en el escrito se detalla que los testigos contaron que tras prestarle el pantalón corto también escucharon de boca del acusado –como lo declararon otras personas en la causa– que se había “mandado una cagada”, con una persona mayor a la que había apuñalado.

Por lo tanto, el juez a cargo de Instrucción 7ª resolvió procesar al joven como también dictar su prisión preventiva.

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