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A juicio por maltratar a ex mujer

El juez de Instrucción 9ª, Javier Beltramone, procesó a un hombre de 42 años que, según la acusación, mantuvo encerrada en una habitación y sometió a ultrajes físicos y verbales a la madre de sus hijos durante casi dos semanas.


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A fines del año pasado, un hombre de 42 años encontró mensajes en el teléfono celular de su esposa –de la cual estaba distanciado– que lo enfurecieron, llevando a encerrarla por más de 15 días en una pieza de la vivienda que supieron compartir en un precario asentamiento de la zona oeste y someterla a maltratos verbales y físicos, que incluyeron la falta de alimentos, reza la acusación. Como pudo, la señora logró escapar y huyó junto con sus hijos hasta la casa de una amiga, quien le dio refugio. Pero el hombre, quien tenía una orden de restricción de acercamiento, logró ubicarla, golpearla y amenazarla de muerte. Ante esto, la víctima hizo la denuncia en sede judicial y el imputado fue detenido. Finalmente fue procesado por el Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación y deberá enfrentar un juicio por reducir a la servidumbre a su ex pareja, amenazarla de muerte y quebrantar una orden judicial de prohibición de acercamiento.

Marina vivía junto a sus hijos en una villa de emergencia de Felipe Moré y Uruguay, estaba separada de su pareja, de quien recibía maltratos constantes, pero hace casi ocho meses unos mensajes de texto que su ex concubino descubrió en el teléfono celular de la mujer –que fueron enviados por otro hombre– desataron la violencia, reconstruya el fallo.

Según fuentes del caso, el imputado, identificado como Gustavo Sergio S., optó por encerrar a la mujer en una habitación de la precaria vivienda de la víctima, donde no la dejaba salir, le pegaba todo el día, no le daba de comer, la quemaba con cigarrillos y la obligaba a mantenerse sentada en un rincón, y cuando se iba de la casa la encerraba con candado junto a sus hijos, quienes fueron testigos de sus sufrimientos, refiere el relato de la víctima.

Incluso, un testigo aseveró que pudo hablar con el victimario, quien le aseguró que todo lo que la mujer le había contado era cierto y que no abusó sexualmente de ella junto a sus amigos porque estaba indispuesta y vivía sucia, sostiene el fallo.

El encierro duró aproximadamente 15 días, hasta que el 9 de octubre de 2012 la mujer pudo escapar de casa con sus niños y refugiarse en la vivienda de una amiga que le dio asilo. Pero eso no fue impedimento para que el hombre continuara con los tormentos. Al mes siguiente, el imputado se presentó en la casa donde residía Marina y le exigió que volviera con él o la mataría. Mientras la amenazaba, le golpeó la cabeza contra la pared y le dio puñetazos en el estómago además de apuntarla con un revólver en presencia de testigos.

Entonces, la mujer decidió presentar la denuncia en sede policial y judicial y Gustavo Sergio S. marchó preso. El Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación, a cargo de Javier Beltramone, dispuso su indagatoria donde el hombre negó los hechos, pero su versión fue desestimada por el juez, que en base a las pruebas colectadas en la causa procesó al acusado por reducción a la servidumbre, desobediencia y amenazas coactivas en calidad de autor.

El juez Beltramone sostuvo que el testimonio de la víctima condice con los resultados del informe forense sobre las lesiones sufridas, y se respaldan con los dichos de testigos que incluso sostienen que los hijos de la mujer mostraban cómo su padre golpeaba a su madre y la mantenía encerrada.

El magistrado también comprobó que la orden judicial emitida por el Tribunal de Familia que ordenaba la prohibición de acercamiento que pesaba sobre el acusado, fue violada en distintas oportunidades. Por todos estos hechos, Gustavo Sergio S. será sometido a juicio.

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