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A Grassi sólo le queda una chance

La Cámara en lo penal de Morón rechazó el pedido de excarcelación del cura, por lo que continuará preso en Campana. Sólo resta que se pronuncie la Corte Suprema de Justicia, en lo que será la última oportunidad de salir de la cárcel.


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El sacerdote Julio César Grassi, condenado a 15 años de cárcel por abuso sexual de menores, deberá seguir cumpliendo la prisión preventiva, la cual fue confirmada ayer por la Cámara en lo penal de Morón. Ahora sólo falta que se pronuncie la Corte Suprema de Justicia, en lo que será la última oportunidad de Grassi de obtener la libertad.

Fuentes judiciales informaron que los camaristas Fabián Cardoso, Aldo Acosta Argañaraz y Elisabet Miriam Fernández resolvieron rechazar el pedido de excarcelación que había pedido el sacerdote, quien fuera detenido este año luego de obtener fallos adversos que confirmaran su condena en la Cámara de Casación Bonaerense así como en la Suprema Corte.

Grassi fue detenido el 7 de octubre pasado por decisión del Tribunal Oral Criminal 1 de Morón que lo había condenado en julio de 2009, pero el sacerdote permaneció en libertad porque el fallo no estaba firme.

A Grassi se lo condenó por “abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada”.

“El código adjetivo ha establecido como principio general la libertad del imputado durante todo el desarrollo del proceso penal, pero tal decisión no resulta absoluta y en consecuencia se admiten situaciones en las cuáles el mismo puede ser privado de la misma en forma cautelar”, advirtió la Cámara en su fallo.

“Tales casos suceden en las circunstancias en que se deba garantizar el resultado de la investigación o se presuma que el procesado intentará fugarse, situaciones que fundamentan el sistema de medidas asegurativas que se pueden aplicar sobre el mismo”, consideró el Tribunal.

Los jueces tuvieron en cuenta “la circunstancia que no resulta un dato menor” que la condena fuese ratificada en dos instancias judiciales (la Casación y la Suprema Corte) y que el delito por el cual fue acusado Grassi “no permiten la excarcelación”.

También valoraron “la pluralidad de hechos” de los que fue víctima el menor por el cual Grassi fue condenado, “el lugar de comisión de los mismos y su calidad de sacerdote, todos estos elementos dan suficiente sustento y legalidad a la medida cautelar decretada en autos”.

Asimismo, los jueces declararon abstracto otro planteo de Grassi contra la orden de detención de octubre pasado, y rechazaron la recusación de la defensa del sacerdote hacia uno de los jueces del Tribunal 1 de Morón.

Por lo pronto, la defensa de Grassi ya planteó un recurso extraordinario ante el fallo de la Suprema Corte que confirmó su condena de 15 años de prisión lo que luego derivó en la detención en su contra.

Ahora, sólo resta que sea la Corte Suprema de Justicia la que se pronuncie sobre el caso y será la última chance que tenga el sacerdote.

Grassi en persona había pedido su libertad en una audiencia desarrollada semanas atrás, en la que aprovechó para expresar que él tiene “la contención” de la Iglesia católica, y fustigó contra la condena que recibió en su contra.

El sacerdote purga la prisión preventiva en el penal de Campana, y cumple detención por primera vez desde que fuese condenado en 2009 puesto que los últimos dos años gozó de una libertad vigilada.

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