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A clases, pochoclo en mano

El complejo de cines Monumental recibe a las escuelas para las proyecciones especiales del filme “Revolución”, dirigida por Leandro Ipiña, que evoca la gesta libertadora del general José de San Martín.

El cine es una de las herramientas más utilizadas en materia de educación e información. Sea en formato de documental, de corto o largometraje, el séptimo arte es una fuente inagotable de visiones sobre hechos históricos que –muchos de ellos– pueden aportar al estudio de un determinado fragmento de la concepción, en este caso, de la independencia de un país. En el complejo de cines Monumental se proyecta el film Revolución para estudiantes primarios y secundarios. Las funciones se organizan con la administración del complejo y las escuelas y con entradas a precios populares. Los docentes interesados pueden informarse sobre las proyecciones al 4400019, de lunes a viernes, de 9 a 17.

Según explicó Daniel Grecco, responsable del complejo de salas de San Martín y San Luis, “esta no es la primera vez que se realizan funciones especiales, las escuelas ya conocen esta predisposición del cine y están atentas al estreno de alguna producción de este tipo por su contenido educativo y, también, organizar una actividad fuera del aula, para salir de la rutina”.

La película dirigida por Leandro Ipiña tiene como protagonista a Rodrigo de la Serna, quien interpreta a un general José de San Martín mucho más humano y hasta crudo del que se conoce en los manuales de historia argentina.

La experiencia ya fue compartida entre alumnos de colegios como Nuestra Señora del Valle, el colegio Da Vinci y Leloir, entre tantos otros y pronto harán lo mismo las Técnicas 661 y 393.

Algunos de ellos, convocados por el profesor Rubén Lescano, son citados con anterioridad para conocer la muestra de Cati Tarsitano en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia. “Después de la muestra, ingresamos al cine y, a los más grandes, les presentamos la sala de proyección. Claro que todos hacen referencia a (el filme) Cinema Paradiso”, confió. Una vez terminado el recorrido por el complejo de cines, se proyecta la producción de Ipiña.

“Cada jornada es especial, de alto grado educativo. Con Revolución los docentes pueden trabajar con sus alumnos varias temáticas como la histórica, cívica, los ideales y la importancia de la libertad, la lengua”, sostuvo Lescano a este medio.

Ante la experiencia de acompañar a los cursos de primaria y secundaria, el profesor y camarógrafo compartió que los docentes “quedan sorprendidos por las actuaciones y el despliegue escenográfico, pero sobre todo por la cercanía que pueden tener los chicos con este fragmento de la historia argentina”.

Con el concepto de su trayectoria en los trabajos audiovisuales, Lescano aseguró: “Lo que llega por los ojos y los oídos queda mejor guardado en nuestra memoria, y si después hacemos comentarios y opinamos sobre lo visto,  esos chicos registran lo aprendido de manera más intensa”.

Cabe señalar que si bien estas funciones se organizan de manera especial con cada una de las escuelas interesadas, el accionar educativo del complejo continuará de acuerdo a la permanencia que tenga la película en cartelera. “Cada lunes nos enteramos si el jueves siguiente seguirá o no en cartel, esperemos que siga un poco más así muchos más estudiantes pueden conocer un poco más sobre la gesta libertadora”, dijo Grecco, aunque confió: “De no seguir en cartel, pediremos a la distribuidora que nos permita quedarnos con una copia del filme, haremos lo posible por seguir con estas funciones”.

Detrás de escena

La crítica sostuvo que Ipiña y De la Serna compusieron a un San Martín de carne y hueso, un hombre excepcional pero imperfecto, lleno de contradicciones y miedos, frágil ante el frío extremo de la cordillera, pero con una entereza y una fuerza de voluntad tan grandes que pudo vencer los obstáculos internos y externos para cumplir sus objetivos políticos y militares.

La intención fue bajar a San Martín del pedestal de bronce, porque “con la personalización absoluta que se hizo de él a partir de 1880, se desdibujó la revolución como tal, ya que pasaba a ser algo dictado por el destino. Se lo muestra como un superhombre y no como un hombre de acción, mientras se le quita al pueblo su papel de hacedor de su propio destino”, dijo.

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