Ciudad

Vigiladores privados dejan las garitas para movilizarse

Se concentrarán hoy en la sede local de Trabajo por reclamos salariales y malas condiciones laborales.

La Unión de Vigiladores de Rosario (UVR) se movilizará hoy hasta las puertas de la sede local del Ministerio de Trabajo de la provincia a las 10 de la mañana para reclamar por las condiciones laborales y salariales de los trabajadores que desempeñan sus actividades en la vigilancia privada local. Según datos brindados por esa organización hay cerca de diez mil personas que cumplen esas funciones en el Gran Rosario, mientras que los policías son 6.032 en el departamento Rosario. Esto deja al descubierto la presencia de un auténtico ejército paralelo –sobre cuyas espaldas pesa la responsabilidad de la seguridad en edificios, empresas, bancos, countries, barrios abiertos, espectáculos y toda actividad que requiera de sus servicios– que cumple sus funciones día a día,  muchas veces hacinados en una garita de menos de un metro cuadrado, sin un baño cerca y en extenuantes jornadas de trabajo que cotidianamente superan las doce horas.

El secretario general de la UVR, Félix Romero, explicó a El Ciudadano que están exigiendo que las empresas prestadoras de los servicios de vigilancia privada cumplan con la ley 20.744 de contrato de trabajo. “Esta norma indica que la jornada laboral debe ser de ocho horas y cada hora que se trabaja por fuera de ellas debe ser pagada adicionándole un 50 por ciento a su costo. Los sábados, por su parte, se trabaja hasta las 13, a partir de esa hora y durante todo el domingo la hora se le debe sumar un 100 por ciento más. Lo mismo ocurre los feriados y también en horario nocturno. Esto no está cumpliéndose o se cumple a medias en muchos casos. Es por eso que nos movilizamos para que el Estado tome cartas en el asunto”, destacó.

“Esta ley no es nueva, tiene mucho tiempo y fue homologada en el Senado de la Nación, lo que pasa es que las empresas no la cumplen. Vamos a presentar una denuncia para que se cite a las empresas y éstas expliquen por qué no cumplen con la normativa”, continuó el vigilador, quien se desempeña en la actividad desde hace más de once años.

Romero explicó que la mayoría de los trabajadores del sector hacen turnos de doce horas en las empresas. “Nuestro convenio dice que nuestra jornada laboral es de ocho horas de lunes a viernes. Una vez superado eso, las horas se pagan al 50 por ciento. Lo que está pasando es que los compañeros hacen cuatro horas de más por las cuales no se les paga ese incremento que marca la ley”, subrayó.

El vigilador privado tiene además un alto componente de riesgo, ya que es el responsable de velar por la seguridad de su lugar de trabajo. “Hay compañeros que han respondido con su vida frente a determinadas situaciones”, destacó el secretario general de la UVR.

Empresas

Sobre la cantidad de empresas de seguridad privada que brinda ese servicio en la ciudad y zona, Romero dijo desconocer el número exacto ya que “existe una gran informalidad en el sector. Si bien hay empresas que cumplen con los requisitos necesarios, hay muchas que son truchas. Muchas de ellas son de ex policías. Tenemos casos de empresas que brindan servicios en los countries más caros de la ciudad con compañeros cobrando un sueldo básico de 1.400 pesos, trabajando doce horas por día y a los cuales no les dan ni siquiera la vestimenta básica para desarrollar las actividades”, relató.

“¿Es complicado juntar a los vigiladores para que reclamen por su derechos?”, se le preguntó desde este diario. “Sí, es muy difícil. Ocurre que todos estos son resabios de la última dictadura. Está esa cosa del no meterse y acatar. Es por eso que muchos compañeros están trabajando en condiciones de marginación total. El vigilador, en general, tiene miedo a reclamar porque muchas veces empiezan los hostigamientos para después obligarlo a renunciar. Nosotros lo que estamos buscando es que los compañeros tomen conciencia sobre cuáles son sus derechos. Que aquel que tenga problemas sepa que se puede acercar a nosotros y que se va a pelear por sus derechos, de manera gremial y legal”, respondió.

Al ser consultado sobre qué pasará si sus reclamos no son respondidos en el Ministerio de Trabajo local, el representante de los vigiladores contestó: “El próximo paso será ir a la sede que tiene en Rosario el Ministerio de Trabajo de la Nación, en calle Rioja. Vamos a esperar hasta fin de mes y a partir de allí comenzaremos a notificar sobre nuestra situación a las empresas y a los objetivos. Acto seguido enviaremos cartas documento notificando que si las empresas no cumplen con esto lo van a tener que hacer los clientes, para que éstos luego arreglen con quienes les prestan el servicio”.

Por último, Romero habló sobre la realidad que pasan todos los días –en verano e invierno, con lluvia y buen tiempo– los vigiladores privados que principalmente desempeñan sus funciones en los coquetos countries de las afueras de la ciudad. “Los compañeros trabajan, en muchos casos, en muy malas condiciones laborales. Están adentro de minúsculas garitas y el reglamento dice que por cada puesto tiene que haber un baño químico y eso en muchos casos no se cumple, con todo lo que eso significa para una persona que tiene que hacer guardia durante doce horas. Por esto y por muchas cosas más es que estamos convencidos de que es hora de pelear por nuestros derechos”, concluyó.

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