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Seis años por una cartera

El joven fue detenido el año pasado en barrio Ludueña después de robarle el bolso a una mujer. La pena se le acumuló con una condena anterior, por lo que pasará los próximos 9 años preso.

La Sala III de la Cámara de Apelación Penal confirmó la pena de nueve años de prisión impuesta a un joven de 28 años, quien fue apresado y golpeado por vecinos del barrio Ludueña hace poco más de un año, luego de intentar robarle la cartera a una mujer a la que amenazó con un cuchillo. Por ese hecho y otro similar cometido el mismo día, Cristian G. fue condenado en primera instancia a seis años de prisión, pena que se acumuló con otra anterior y ascendió a nueve.

Los jueces Otto Crippa García, Juvencio Mestres y Carina Lurati confirmaron la sentencia dictada en primera instancia por el magistrado Gustavo Salvador, quien encontró a Cristian G., de 28 años, culpable de un robo calificado por el uso de arma y otro en grado de tentativa, ambos registrados el 18 de marzo de 2009 en la zona noroeste de la ciudad.

Ese día, el ladrón de carteras fue detenido y golpeado por vecinos de barrio Ludueña, que escucharon gritos provenientes de la intersección de las calles Junín y Cullen. El hecho se registró a primera hora de la mañana cuando una mujer que esperaba el colectivo se resistió al robo de su bolso. Según denunció la víctima en sede policial, el muchacho le arrebató la cartera y trató de huir en bicicleta, pero ella lo corrió y logró agarrar sus pertenencias, lo que provocó la caída del joven. Una vez en el piso, un numeroso grupo de transeúntes y vecinos se abalanzaron sobre el muchacho, propinándole golpes en el rostro y la cabeza, hasta que llegó un patrullero y lo llevó detenido.

En la comisaría se determinó que el muchacho tenía en su poder 50 pesos, dos billetes de un dólar y un juego de tres llaves, según detalla el fallo judicial de primera instancia. Durante la misma jornada una mujer se presentó en la seccional para radicar una denuncia sobre el robo de su cartera, poco después de las siete de ese mismo día en Tucumán y Solís. Mientras le tomaban declaración, la denunciante reconoció las llaves de su casa, las mismas que tenía en su poder el detenido.

Cristian fue reconocido por las dos mujeres en una rueda de personas, tras lo cual fue hallado culpable por el juez de Sentencia de la 5ª Nominación. El magistrado lo condenó por esos dos hechos a seis años de cárcel, y los sumó a otros tres por una condena anterior de septiembre de 2008.

La resolución fue apelada por la defensa del imputado, pero los jueces de alzada no hallaron válidos los argumentos y confirmaron la resolución de Salvador. Entre los argumentos esgrimidos por la defensa se encuentra que Cristian nunca admitió su autoría y que tampoco se practicaron pericias sobre el arma.

Pero la fiscalía de cámara entendió, por el contrario, que los elementos reunidos contaban con la convicción suficiente para tener por “acreditadas en cabeza del imputado los delitos que se le reprochan”. En ese sentido, valoró las declaraciones de las víctimas que coincidieron con las características físicas y la vestimenta del sospechoso, a lo que se agrega el secuestro del arma, el reconocimiento de los elementos recuperados y la sintonía de ambos hechos en un mismo “modus operandi”. El reconocimiento de Cristian por ambas víctimas en rueda de personas resultó ser contundente a la hora de adjudicarle la autoría de los hechos. Así, el muchacho deberá pasar los próximos nueve años tras las rejas.

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