El ministro de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, confirmó ayer que mantienen reuniones y contactos para encontrar una salida al grave problema que el tarifazo eléctrico en el mercado mayorista provocó en el sector industrial, en particular los electrointensivos, que están recibiendo facturas con subas de entre 300 y 400 por ciento.
“Me preocupa que el gobierno nacional tomó muchas medidas en poco tiempo. Lo que vemos es que están faltando medidas específicas que atiendan los problemas que se van generando”, indicó Contigiani.
“Tomaron la medida, bien, pero ahora se espera que digan «qué hacemos con las empresas a las que el aumento de tarifa les cambió la ecuación de un día para el otro». Ahora, si el gobierno nacional cree que este problema que se generó lo van a resolver las distribuidoras de energía de las provincias, primero que no es posible, y segundo que vamos a quebrar la EPE”, advirtió.
El gobierno nacional anunció en enero la quita de subsidios y un aumento de costos de la energía en el mercado mayorista de 300 por ciento o más.
El sector industrial local, que ya viene en alerta por la caída de consumo y la apertura de importaciones, es de los más castigados. En particular, el sector de los electrointensivos, es decir aquellos que demandan por encima de 300 kilovatios de potencia, como las fundiciones. A este lote de industrias, el aumento les pega de pleno: entre 300 y 400 por ciento.
El caso más dramático parece ser el de Fundición Martínez. “Acá el problema es que pagaba una factura de 150 mil pesos y ahora nos viene una de 750 mil”. Así lo explicó el empresario Ignacio Boero, quien volverá a reunirse con funcionarios provinciales. “La empresa se volvió inviable. Pasar de 150 mil a 750 mil es imposible, para colmo en un mercado recesivo como el actual. No digo que no aumente la tarifa, pero por lo menos que se aplique de forma progresiva, no de golpe”, sostuvo Boero, titular de la empresa rosarina Carlos Boero SRL, fabricante de ejes y suspensiones para camiones y semirremolques que en marzo de 2015 compró el concurso preventivo de Fundición Martínez, donde hoy trabajan entre 50 y 60 metalúrgicos.
Boero insistió en que el contexto metalmecánico “es recesivo; Vulcamet cerró, Metalúrgica Tandil está mal y hay otras empresas en el Gran Rosario que cayeron”.
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