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Japón suspendió la caza de ballenas en la Antártida

La medida se tomó debido a la presión de ecologistas y estudian interrumpir antes su misión anual.

Los balleneros japoneses suspendieron su actividad en la Antártida, a raíz de las presiones ejercidas por grupos ecologistas, y estudian la posibilidad de terminar antes de lo previsto su misión anual, informó ayer la agencia de pesca de Japón.

Activistas de la ONG de defensa del medio ambiente Sea Shepherd Conservation Society han perseguido y hostigado a la flota japonesa durante meses para que detuviese la caza de ballenas.

La asociación ecologista partió hacia la zona del polo sur hace unos meses para impedir que la flota pesquera nipona cazara ballenas y se produjeron violentos enfrentamientos en alta mar con los marinos japoneses.

Un responsable de la agencia de pesca nipona, Tatusia Nakaoku, indicó que el barco factoría Nisshin Maru, que ha sido perseguido por Sea Shepherd, “ha suspendido la operaciones el 10 de febrero para garantizar la seguridad” (de la tripulación).

El buque realizaba su faena en aguas cercanas a las jurisdiccionales de Chile.

“Estamos estudiando la situación, incluyendo la posibilidad de terminar la misión antes”, dijo Nakaoku a la agencia AFP, confirmando informaciones de prensa, aunque aclarando que “no se ha decidido nada hasta el momento”.

Sin citar fuentes, la agencia de prensa Jiji Press indicó que el gobierno estaba considerando hacer regresar a la flota antes del final habitual de la misión anual, prevista hasta mediados de marzo.

La televisión TBS también aseguró que “el gobierno está juzgando la situación como tan peligrosa que podría haber víctimas, y preparándose para ordenar a la flota el regreso y final de la misión ballenera antes de lo previsto”.

Países latinoamericanos miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), entre ellos Chile, Brasil y la Argentina, pidieron el martes a Japón que cesara su “caza científica” de ballenas en una área del mar Antártico que la CBI determinó como protegida.

En 1986 entró en vigor una moratoria que prohíbe la caza con fines comerciales. Desde entonces, cerca de 40.000 ballenas han sido cazadas en el mundo por países que se niegan a someterse a la prohibición, o bajo el pretexto de las cazas “científica” y “tradicional”, autorizadas según cuotas muy precisas por la CBI.

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