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“Estábamos cansados”

Marcelo Vaquero enumeró los argumentos que motivaron su renuncia como entrenador del conjunto charrúa.

No hay duda de que su repentino cambio de parecer agarró a más de uno desprevenido, más aún después de haber confirmado su continuidad en el cargo apenas 24 horas antes. No por eso se puede decir que la decisión que tomó Marcelo Vaquero sorprendió a alguien, cuando el martes por la mañana oficializó su renuncia como entrenador de Central Córdoba tras varios meses aguantando agravios de todo tipo e innumerables inconvenientes  en lo institucional.

“La verdad es que ya estábamos un poco cansados”, sentenció Vaquero en diálogo con El Hincha, a la hora de comenzar a enumerar las principales razones que lo motivaron a dar un paso al costado.

“Desde hacía tiempo estábamos trabajando condicionados. Además, las amenazas que empezamos a recibir del padre de uno de los juveniles que formaba parte del plantel sólo lograron empeorar más las cosas”, afirmó el DT a este diario.

“Según mi criterio, a este chico todavía le faltaba un poco para jugar en primera y por ese motivo no demoraba su debut”, relató Vaquero a este diario y luego agregó: “El problema es que nunca se pudo razonar con el padre de este muchacho, que llegó a recurrir a todo tipo de amenazas pensando que de esa manera estaba ayudando a su hijo”.

En los meses previos a su renuncia, Vaquero debió soportar pintadas en su contra, amenazas telefónicas y hasta un acto vandálico contra su auto, que quedó prácticamente arruinado luego de ser totalmente pintado con aerosol en el predio de Renato Cesarini, tras una nueva jornada de entrenamientos. 

Escraches, intimidaciones, sueldos atrasados, jugadores que se fueron y otros que nunca llegaron; los principales ingredientes de una final por demás de anunciado.

Después de recibir pleno apoyo por parte del plantel y la comisión directiva, tras una reunión celebrada en el Gabino Sosa en la mañana del lunes, Vaquero había aceptado seguir en su cargo con custodia policial en todos los entrenamientos, con la intención de prevenir otro episodio como el de Renato Cesarini.

La gota que colmó el vaso llegó esa misma noche luego de confirmar su continuidad al frente del equipo, cuando el profesor Ricardo Trusendi fue amenazado telefónicamente.  

“Esa noche el profe pasó un momento difícil y juntos tomamos la decisión de dar un paso al costado. La verdad es que ya no aguantábamos más seguir trabajando en un ambiente así”, aseguró el técnico.

De esta manera, Marcelo Vaquero le puso fin a su ciclo como entrenador de Central Córdoba luego de 24 partidos al frente del equipo, donde ganó diez, empató siete veces y cayó en las restantes siete presentaciones. 

“Me voy tranquilo. Hasta último momento mantuve una muy buena relación tanto con los jugadores como con los dirigentes y siempre busqué lo mejor para el club”, finalizó diciendo el entrenador.

Vaquero se fue dejando al Charrúa séptimo en la tabla de posiciones con 37 unidades, a una considerable distancia de Liniers, único puntero del certamen con 52 puntos. Desde hace tiempo, la meta principal era lograr ingresar al reducido de final de temporada (objetivo que por ahora se estaría cumpliendo), ya que las posibilidades de conseguir el ascenso directo se habían esfumado tiempo atrás debido a la falta de resultados positivos.

Ahora la comisión directiva deberá encontrar lo más rápido posible un candidato para reemplazar a Vaquero, ya que el campeonato de Primera C no se detiene y mañana ya está programado el próximo compromiso, como visitante ante el siempre difícil elenco de Laferrere (ver aparte).

¿Candidatos? Muchos, pero por ahora no hay nada confirmado (ver aparte). Es que primero los dirigentes charrúas deberán solucionar unos cuantos problemas internos antes de empezar a buscar un nuevo entrenador, principalmente con respecto al padre de este juvenil que tantos dolores de cabeza le dio a Vaquero, si es que esta vez realmente desean evitar un final tan amargo y polémico como el que el que sufrió el último técnico.

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