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La agitación no cede en Francia

La canciller alemana respaldó la reforma jubilatoria del gobierno de Sarkozy.

A dos días de que el Senado galo someta a votación la reforma de pensiones, una nueva jornada de protestas se produjo ayer en toda Francia, la sexta contra la controversial medida que genera fuerte rechazo y hasta el momento produjo el arresto de más de 1.100 jóvenes.

En París, grupos de estudiantes protagonizaron fuertes enfrentamientos con la policía, y una joven resultó herida en un incendio, mientras que en Lyon grupos de jóvenes prendieron fuego a automóviles.

En Le Mans, se incendió un colegio en circunstancias aún no establecidas. Los investigadores encontraron indicios que apuntan a que pudo ser intencionado, aunque aún no se sabe si el caso está relacionado con las protestas.

Como viene siendo habitual, el gobierno y los sindicatos aportaron cifras muy diferentes respecto al número de manifestantes.

Según el primer ministro conservador, François Fillon, éstos no pasaron del medio millón, cifra inferior a la de la semana pasada. Según los sindicatos, tan sólo en Marsella hubo 240.000 manifestantes, cifra que el gobierno estimó en 23.000 personas.

El tráfico ferroviario, las universidades y los colegios y los servicios postales volvieron a verse afectados por las huelgas que pretenden frenar la ley que ampliará la edad mínima de jubilación de los 60 a los 62 años.

Además se prevé que un tercio de los vuelos queden suspendidos, cifra que en el aeropuerto parisino de Orly podría elevarse hasta el 50 por ciento. Según fuentes sindicales, alrededor de un centenar de manifestantes bloquearon ayer el aeropuerto de Burdeos.

La situación podría agravarse hoy ya que el sindicato CGT planea una huelga del personal de aeropuertos en todo el país, mientras el transporte terrestre también podría verse afectado ante la falta que combustible ya que, como informó el primer ministro, un tercio de los departamentos del país sufren problemas de abastecimiento.

Según los medios de comunicación, más de 2.500 estaciones de servicio están ya desabastecidas ante la falta de suministro y los conductores se informan a través de diferentes páginas web de los lugares en los que aún pueden cargar los tanques de sus vehículos.

Incluso, cuando concluyan las protestas y huelgas, serán necesarios cuatro o cinco días hasta que se restablezca la normalidad.

Sarkozy, que ayer se reunía en Deauville con sus colegas de Rusia y Alemania recibió el apoyo de la canciller germana, Angela Merkel.

“Creo que la población alemana y la francesa no podrán evitar enfrentarse a la verdad. Y la verdad es que la gente vive más”, dijo Merkel en declaraciones a la emisora francesa France 2. “Y si queremos garantizar unas pensiones razonables, el hecho de que vivamos más, llevará que la vida laboral sea más larga”, añadió.

Previamente, Sarkozy había anunciado que adoptaría “en forma inmediata” medidas contra el bloqueo de las refinerías. El mandatario aseguró que su intervención en la crisis de escasez de combustible estará dirigida a “mantener el orden”.

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