Edición Impresa

“Tenemos dificultades con el idioma”, admitió Ghirardi

El secretario de Seguridad Pública informó que se continúa analizando el entrecruzamiento de llamados.

Por: Lucía Demarchi

El hermetismo en torno al secuestro de Lin Su Zhu, el supermercadista chino que fue raptado el lunes por la noche en la puerta de su casa y a metros de su comercio en la zona de Riccheri y San Juan, continúa con el paso de los días. Así, a más de 72 horas de que el joven oriental de 25 años fuera subido a la fuerza a una furgoneta color gris con vidrios polarizados, la investigación se basa más en hipótesis que en datos certeros, a pesar de que la Justicia Federal, que investiga el hecho, ha ordenado algunas medidas, como los peritajes de las cintas de seguridad de los peajes de la zona, y entrecruzamientos de llamados. “Todavía no podemos hablar de que se trate de la mafia china, porque no hay elementos que nos permitan corroborar nada. Nos basamos sólo en hipótesis, y la familia sigue sin colaborar”, dijo una alta fuente policial. Hasta ayer el supermercado de Riccheri 1050 permanecía cerrado, a pesar de que el martes uno de sus empleados había vaticinado su reapertura.

La investigación del secuestro de Lin Su Zhu, conocido como Víctor no ha tenido grandes avances. En medio de un estricto secreto de sumario y del silencio de la familia, que por el momento se abstuvo de declarar en los Tribunales federales, algunas medidas están en curso, pero no habían arrojado resultados positivos, confiaron fuentes del caso.

Según dijo a El Ciudadano Horacio Ghirardi, secretario de Seguridad de Santa Fe, ayer se continuaba analizando el entrecruzamiento de llamados telefónicos de la familia Lin. “Tenemos dificultades con el idioma, pero ya hay un traductor que está trabajando”, explicó el funcionario.

Es este sentido, una alta fuente policial explicó que la escasa colaboración de la familia hace que se desconozca la totalidad de las líneas que utilizan, por lo que se pidió colaboración a las empresas de telefonía celular.

Por otro lado, el vocero policial remarcó que la Justicia ordenó peritar los videos de seguridad de los peajes de los distintos accesos a Rosario, para determinar si antes o después del secuestro pasó por allí el vehículo utilizado por los captores de Su Zhu: una furgoneta Peugeot Partner color gris con vidrios polarizados. “Esto se dificulta porque no tenemos la patente”, explicó la fuente. Anteayer, un investigador dijo a este diario que se descartó que dentro de la comunidad china de Rosario existiera un vehículo de estas características: Partner color gris con vidrios polarizados, aunque resta investigar si ése fue el color del rodado o si en realidad no se pudo apreciar bien porque era de noche.

“No podemos afirmar que se trate de un hecho en el que esté involucrado la llamada «mafia china», porque por ahora trabajamos sólo sobre hipótesis. La familia sigue sin hablar, así que tenemos pocos datos”, confió un pesquisa, quien se quejó de la falta de colaboración: “Esta gente maneja el castellano. No perfecto, pero se les entiende. Pero ahora parece que todos se olvidaron del idioma”.

Anteayer, Osvaldo Luna, el carnicero del supermercado Riccheri, dijo que el jueves el autoservicio reabriría sus puertas. Sin embargo, ayer el comercio continuaba con las persianas bajas. También dijo que Susana, la madre de Víctor, le había contado que su marido, que está en China, había recibido un llamado del muchacho secuestrado. Este relato fue ratificado por el carnicero ante el juez a cargo de la causa, Marcelo Bailaque. Sin embargo, el magistrado declinó brindar datos al respecto.

El joven conocido como Víctor fue secuestrado alrededor de las 23.30 del lunes 19 en Riccheri al 1000, a metros de su casa y de su supermercado, cuando entre dos y tres personas lo levantaron cuando caminaba junto a su pequeña hija de 3 años. Un rato más tarde, la propia víctima se comunicó con su familia y pidió que juntaran dos millones de pesos como rescate.

Comentarios

10